CUÁN ANGOSTA ES LA SENDA QUE GUÍA A LA VIDA ETERNA Sobre la necesidad de entrar por la senda angosta que conduce a la
vida, comentario al Capítulo 7, 1-4 Subida del Monte Carmelo de San Juan de
la Cruz Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant San Juan de la Cruz, en el libro Subida
del Monte Carmelo, capítulo 7, trata: “En el cual se trata cuán (que) angosta (estrecha)
es la senda que guía (conduce) a la vida eterna y cuán (que) desnudos y
desembarazados (libres) conviene que estén (han de estar) los que han de caminar por ella.” Y así es
como; “Comienza a hablar de la desnudez del entendimiento (inteligencia).”
Habla el santo de una de las tres potencias del alma, el entendimiento. Al comentar Cantico
Espiritual, el santo aclara que una de las potencias del alma es el
entendimiento: “Porque el alma que de veras ama a Dios con amor de alguna
perfección, en la ausencia padece ordinariamente de tres maneras, según las
tres potencias del alma, que son; entendimiento, voluntad y memoria.” (CB
2,6). También nos dirá luego “la inteligencia de las tales virtudes de Dios
se sienten en el oído del alma, que es en el entendimiento.” (CB 14,13) Angosto o estrecho es el camino a la
vida eterna. El Hijo del hombre fue levantado para que todo el que crea tenga
por él vida eterna. Y porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único,
para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. (Cfr
Jn 3, 13-15) No fue ancha para el Hijo de Dios la senda por la cual el
anduvo, no es ancha (a placer) nuestra senda para llegar hasta Él. Además él,
que sabe lo que nos conviene, nos recomienda; “Entrad por la entrada estrecha”
y nos da la razón; “porque ancha es la entrada y espacioso el camino que
lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha
la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y poco son los que
lo encuentran.” (Mt 7,13-14) Dos caminos nos ponen este Evangelio, espacioso
el camino que lleva a la perdición y
angosto el camino que lleva a la Vida. Pero antes de eso le había dicho el
Señor a sus discípulos: “No juzguéis, para que no seáis juzgados.” ¿Será esta
una condición para pasar esta puerta? También antes había dicho: “Pedid y se
os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá” (¿La puerta?). “Porque
todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”
(¿La puerta?).” Y también “vuestro Padre que está en los cielos dará cosas
buenas a los que se las pidan” (Mt 7) Dice el Señor: “Yo soy la puerta; si uno
entra por mí, estará a salvo” (Jn 10,9) Y no solo eso, Jesús es el pan de
vida (Jn 6,35.51), la luz del mundo (Jn 8,12), el buen pastor (Jn 10,11.14),
la resurrección y la vida (Jn 11,25), el camino, la verdad y la vida (Jn
14,6), la vid verdadera (Jn 15,1.5); San Jerónimo. (Catena aurea), hablando
en ese sentido de ambos caminos, dice que: “Son muchos los que andan por el
camino ancho y pocos los que andan por el estrecho. No buscamos el camino
ancho ni necesitamos encontrarlo, porque se ofrece él espontáneamente, y es
el camino de los que yerran. (Deambulan y equivocan) Mas el camino estrecho
no lo encuentran todos, ni los que lo encuentran penetran en él
inmediatamente. Muchos después de haber encontrado el camino de la verdad,
cautivados por los placeres del mundo, se vuelven desde la mitad del camino.” En el Evangelio de Lucas, uno le dijo a
Jesús: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?” Él les dijo: “Luchad por entrar
por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no
podrán.” (Lc 13, 23-24). El que le pregunta al Señor se ve que está muy
preocupado: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?” La respuesta del Señor es
una exhortación y advertencia, “Luchad por entrar.” Con todo, lo esencial del
Evangelio es una llamadas al camino del arrepentimiento, al de la fe, y por
esa senda a seguir a Cristo. Quizás, originariamente, el pensamiento de
Cristo seguramente se refiere a los obstáculos y dificultades que se
presentan en el mundo contemporáneo para su ingreso en el reino, razones para
luchar y perseverar. Canta el salmista: “Tenme piedad, Señor,
ve mi aflicción, tú que me recobras de las puertas de la muerte” (Sal 9,13) y
también canta: “Aquí está la puerta del Señor, por ella entran los justos.”
(Sal 118,20) y dice el sabio: “El camino de los pecadores está bien
pavimentado” (Eclo 21.10) “Porque el Señor
conoce el camino de los justos, pero el camino de los impíos se
pierde” (Sal 1,6) El camino no conduce a la puerta, pero por uno de ellos se
llega. Dice el sabio: “Hay caminos que parecen rectos, pero, al cabo, son
caminos de muerte.” (Prov 14,12) como queriendo decir que hay “caminos”
morales que “nos parecen derechos, pero que acaban, al fin, en la muerte. San Juan de la Cruz dice en Noche
Oscura: que: “muy pocos los que sufren y perseveran en entrar por esta puerta
angosta, y por el camino estrecho que guía a la vida” Luego dice: Porque la
angosta puerta es esta noche del sentido, (Los sentidos corporales son ver,
oír, oler, gustar y tocar) del cual se despoja y desnuda el alma para entrar
en ella, juntándose en fe, que es ajena de todo sentido, para caminar después
por el camino estrecho, que es la otra noche de espíritu, en que después
entra el alma para caminar a Dios en pura fe, que es el medio por donde el
alma se une con Dios. También dice el santo que el camino puede ser: tan
estrecho, oscuro y terrible y además son muchos menos los que caminan por él”
(N 11,4) Es así como San Juan de la Cruz, ahora
nos hablará sobre lo estrecha (angosta) que es la senda (el camino) que
conduce a la vida eterna, sobre la condición de desnudos y libres que han de
estar, los que han de caminar por ella y sobre el requisito de la desnudez de
la inteligencia y el entendimiento. En el primer párrafo del Capítulo 7 de
Subida, viene a decirnos que pudiese bien dar a entender a los espirituales
cuán angosto (lo estrecho) sea este camino que dijo nuestro Salvador (Cristo).
En este apartado escribe el Santo: “Para haber ahora de tratar de la
desnudez (despojo) y pureza de las tres potencias del alma, (entendimiento,
voluntad y memoria) era necesario otro mayor saber (mayor ciencia) y espíritu
que el mío, con que pudiese bien dar a entender a los espirituales cuán
angosto (lo estrecho) sea este camino que dijo nuestro Salvador que guía
(conduce) a la vida, para que, persuadidos (convencidos) en esto, no se
maravillen (no se admiren) del vacío y desnudez en que en esta noche habemos
de (hay que) dejar las potencias del alma (en esta noche) Dice el santo “con que pudiese bien dar
a entender a los espirituales cuán angosto sea este camino” Por otra parte
hablando de los espirituales, comenta en Cantico Espiritual que por vía
natural es imposible amar si no se entiende primero lo que se ama; más por
vía sobrenatural bien puede Dios infundir amor” y luego dice que “esto
experimentado está de muchos espirituales, los cuales muchas veces se ven
arder en amor de Dios sin tener más distinta inteligencia que antes: porque
pueden entender poco y amar mucho, y pueden entender mucho y amar poco.” Y
sigue diciendo después “Antes, ordinariamente aquellos espirituales que no
tienen muy aventajado entendimiento acerca de Dios, suelen aventajarse en la
voluntad, y bástales la fe infusa (que Dios infunde) por ciencia de
entendimiento, mediante la cual les infunde Dios caridad y se la aumenta, y
el acto de ella, que es amar más” (CB 24,8) En el segundo párrafo del Capítulo 7 de
Subida, pide San Juan de la Cruz que oigamos atentamente las palabras de
Cristo. En este apartado escribe el Santo: “Para
lo cual se deben notar con advertencia las palabras que por san Mateo, en el
capítulo 7 (v.14), nuestro Salvador (Cristo) dijo de este camino, diciendo
así: ¡Cuán angosta es la puerta y estrecho el camino que guía a la vida, y
pocos son los que le hallan! En la cual autoridad debemos mucho notar aquella
exageración y encarecimiento que contiene en sí aquella partícula quam
(cuan); porque es como si dijera: de verdad es mucho angosta más que pensáis.
Y también es de notar que primero dice que es angosta la puerta, para dar a
entender que para entrar el alma por esta puerta de Cristo, que es el
principio del camino, primero se ha de angostar (reducir, disminuir) y
desnudar la voluntad en todas las cosas sensuales y temporales, amando a Dios
sobre todas ellas; lo cual pertenece a la noche del sentido, que habemos
dicho.” Subraya el santo, las palabras de
exageración y encarecimiento que expresa la conjunción “cuan”, comentando que
parece que el Señor nos está diciendo que en verdad es mucho más angosta de
lo que suponemos. También subraya el
santo: “desnudar la voluntad en todas las cosas sensuales y
temporales, amando a Dios sobre todas ellas” Se lee en el Deuteronomio: “¿qué
te pide tu Dios, sino que temas al Señor tu Dios, que sigas todos sus
caminos, que le ames, que sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con
toda tu alma, que guardes los mandamientos del Señor y sus preceptos que yo
te prescribo hoy para que seas feliz? (Dt 10,12-13) En el tercer párrafo del Capítulo 7 el
santo dice que estrecha es la senda (el camino) y que este es el camino de la
perfección. En este apartado escribe el Santo: “Y
luego dice que es estrecho el camino, conviene a saber, de la perfección;
para dar a entender que, para ir por el camino de perfección, no sólo ha de
entrar por la puerta angosta, vaciándose de lo sensitivo, mas también se ha
de estrechar, desapropiándose (desapegándose) y desembarazándose
(liberándose) propiamente (puramente)
en lo que es de parte del espíritu. Y así, lo que dice de la puerta angosta
podemos referir (aplicarse) a la parte sensitiva del hombre; y lo que dice
del camino estrecho, podemos entender de la espiritual o racional; y en lo
que dice que pocos son los que le hallan, se debe notar la causa, que es
porque pocos hay que sepan y quieran entrar en esta suma desnudez y vacío de
espíritu. Porque esta senda del alto monte de perfección, como quiera que
ella vaya hacia arriba y sea angosta, tales guiadores requiere, que ni lleven
carga que les haga peso cuanto a lo inferior ni (cosa) que les haga embarazo
cuanto a lo superior: que, pues es trato en que sólo Dios se busca y se
granjea, sólo Dios es el que se ha de buscar y granjear. (Conseguir) Señala el santo que la senda angosta
(estrecha) es la espiritual o racional y son pocos los que dan con ella,
porque no todos quieren entrar desnudos, libres y vacíos de espíritu. Porque
en este camino del alto monte de perfección, como asciende hacia lo alto y es
estrecha, exige trepadores (escaladores) que suban libres de pesos, es decir
no cargados, para que no se sientan
inclinados a lo inferior ni lleve ninguna cosa que les estorbe. Por eso hay
que entender, que solo a Dios se busca y se consigue o se conquista, “sólo
Dios es el que se ha de buscar y granjear”
Subió Jesús al monte y se sentó allí en
compañía de sus discípulos. (Jn 6,3) “Sucedió que unos ocho días después de
estas palabras, tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a
orar.” (Lc 8,28) En el cuarto párrafo del Capítulo 7 el
santo dice que el alma ha de ir desprendida de todo lo que es criatura y
también en su espíritu ha de estar desposeída y anonadada. En este apartado escribe el Santo; “De
donde se ve claro que no sólo de todo lo que es de parte de las criaturas ha
de ir el alma desembarazada (desprendida), mas también de todo lo que es de
parte de su espíritu ha de caminar desapropiada (desposeída) y aniquilada
(anonadada). De donde, instruyéndonos e induciéndonos nuestro Señor en este
camino, dijo por san Marcos, capítulo 8 (v 34-35) aquella tan admirable
doctrina, no sé si diga tanto menos ejercitada de los espirituales cuanto les
es más necesaria, la cual, por serlo tanto y tan a nuestro propósito, la
referiré aquí toda, y declararé según el germano y espiritual sentido de
ella. Dice, pues, así: Si alguno quiere seguir mi camino, niéguese a sí mismo
y tome su cruz y sígame. Porque el que quisiere salvar su alma, perderla ha;
pero el que por mí la perdiere, ganarla ha. (“Si alguno quiere venir en pos
de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar
su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la
salvará.” Mc 8, 34-35) Acentúa el santo, que Cristo nos
instruye y nos exhorta a ir por este camino, en doctrina tan admirable, no
muy practicada por los espirituales cuanto les es más necesaria. También en
Cantico Espiritual, dice el santo que: “la puerta es la cruz, que es angosta.
Y desear entrar por ella es de pocos; más desear los deleites a que se viene
por ella, es de muchos.” (CB 36,13) “¡Oh, quién pudiera aquí ahora dar a
entender (hacer y comprender) y a ejercitar (practicar) y gustar qué cosa sea
este consejo que nos da aquí nuestro Salvador (Cristo) de negarnos a nosotros
mismos, para que vieran los espirituales cuán diferente es el modo que en
este camino deben llevar del que muchos de ellos piensan!” (2S 7,5) San Gregorio comenta: “Aunque la caridad
sea ancha, sin embargo, no arranca a los hombres de la tierra, sino
haciéndolos caminar por sendas arduas y estrechas. Y ciertamente que es
bastante estrecho dejarlo todo, amar a uno solo, no ambicionar las cosas
prósperas y no temer las adversas.” homiliae in Hiezechihelem prophetam, 17. (Catena
aurea) El Señor nos ha dicho; “Porque mi yugo
es suave y mi carga ligera.” (Mt 11,30), pareciendo señalar que debe
entenderse que el camino es estrecho y difícil, pero a su vez también que ese
camino es fácil y suave, puesto que es camino y puerta, pero también son
pocos los que la encuentran, descubriendo la pereza de muchos por hallarla. En nuestra fe tenemos dos caminos, uno
que conduce al perdón y lleva al paraíso y el otro que me lleva al destierro
eterno, y aún no se con certeza cual voy tomar, pero pido al Señor, como lo
hacía cantando David: “Me enseñarás el camino de la vida, hartura de goces,
delante de tu rostro, a tu derecha, delicias para siempre” (Sal 16, 11) El Señor nos bendiga Pedro Sergio Antonio Donoso Brant S= Subida del Monte Carmelo N= Noche Oscura CB= Cantico Espiritual Textos Bíblico de la Sagrada Biblia de Jerusalén Escrito en el CITeS, Universidad, Universidad de la mística, AVILA Mayo de 2016 Revisado por Anita Luz Nuñez F. |