CONFESION Y
EXAMEN DE CONCIENCIA Autor: Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant SALMO 102 El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; no está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo; no nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras
culpas. |
Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y cambiar, para ser
mejores y poder vivir más cerca de Cristo, por tanto, no debemos dejar pasar
la oportunidad para recibir EL
SACRAMENTO DE Este sencillo trabajo, tiene por fin ser una pequeña ayuda para prepararnos para la confesión a través del examen de conciencia. 1. REFLEXIONEMOS LA PALABRA DE DIOS (1) En la tarde de Pascua, el Señor Jesús se mostró a sus apóstoles y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos" (Jn 20, 22-23). "Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados dice entonces al paralítico: «Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa». El se levantó y se fue a su casa. Y al ver esto, la gente temió y glorificó a Dios, que había dado tal poder a los hombres." — Mateo 9, 6-7 2. LA MISERICORDIA DE DIOS, LLEGA A SER CASI INCOMPRENSIBLE La Misericordia de Dios, llega a ser casi incomprensible, ¿Por qué?, porque pecamos una y otra vez, nos arrepentimos y luego volvemos a cometer las mismas faltas, provocamos el enojo de Dios y sin embargo el no deja de ser misericordioso con nosotros. La Misericordia de Dios, es la perfección del Amor, tanto así, que El envió a su propio Hijo engendrado al mundo, permitiendo su muerte en la cruz y de este modo nuestros pecados fuesen perdonados. En Justicia Dios nos condena pero en Misericordia nos salva. Es bueno preguntarse, ¿tenemos derecho a su Misericordia?, ¿tenemos derecho al perdón?, eso es lo incomprensible, entre más pecamos y mas provocamos el enojo de Dios, más derecho tenemos. 3. REFLEXIONEMOS LA PALABRA DE DIOS (2) Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Pero los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos». Lc 15, 1-3 Cristo Jesús quiere que nosotros seamos misericordiosos como El Padre Celestial es Misericordioso. "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia". Mateo 5:7 Dice Jesús: Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse". (Lc 15-7) San Pablo nos exhorta a lo que el Padre más desea: que nos reconciliemos con él por medio de Cristo y de la Iglesia, para que "seamos criatura nueva" 2 Cor 5,17. 4.
SANTA
TERESA DE JESÚS, ESCRIBE SOBRE LA CONFESIÓN Di prisa a confesarme, que siempre era muy
amiga de confesarme a menudo. Pensaron que era miedo de morirme y, por no me
dar pena, mi padre no me dejó…(V 5, 9)….. La pena de
mi padre era grande de no me haber dejado confesar… (V 5, 10)…… Luego me
quise confesar. Comulgué con hartas lágrimas; mas a mi parecer que no eran
con el sentimiento y pena de sólo haber ofendido a Dios, que bastara para
salvarme, si el engaño que traía de los que me habían dicho no eran algunas
cosas pecado mortal… (V 5, 10)…… y que le diese cuenta de toda mi vida por
una confesión general, y de mi condición, y todo con mucha claridad; que por
la virtud del sacramento de la confesión le daría Dios más luz; que eran muy
experimentados en cosas de espíritu; que no saliese de lo que me dijese en
todo, porque estaba en mucho peligro si no había quien me gobernase. (V 23,
14)…. Mas si en el confesor se entendiere va encaminado a alguna vanidad,
todo lo tengan por sospechoso, y en ninguna manera, aunque sean buenas
pláticas, las tengan con él, sino con brevedad confesarse y concluir. Y lo
mejor sería decir a la prelada que no se halla bien su alma con él y mudarle.
Esto es lo más acertado, si se puede hacer sin tocarle en la honra. (C 4,
13). La confesión es para decir las culpas y
pecados, y no las virtudes ni cosas semejantes de oración, si no fuera con
quien se entienda que se puede tratar (Escritos Menores 4) 5.
TERESA
DE LISIEUX Hice, no obstante, una confesión general,
como nunca la había hecho. Al terminar, el Padre me dijo estas palabras, las
más consoladoras que jamás hayan resonado en los oídos de mi alma: "En
presencia de Dios, de la Santísima Virgen y de todos los santos, declaro que
nunca has cometido ni un solo pecado mortal". (confesión con el p. Pichon, Manuscritos 5) 6. CONFESARSE Para mucho de nosotros, no es fácil y en otras ocasiones, no nos parece agradable confesarnos, arrodillarnos frente al sacerdote pareciera doblegarnos. Sin embargo, después de la confesión tenemos una gran paz espiritual, esta nos restituye nuestra amistad con Dios, nos aumenta la gracia santificante, nos refuerza la fe, nos aumenta la fuerza para evitar cometer mas falta, nos da vigor para no caer en la tentación y nos compromete a no ofender a Dios. Sin embargo, después de confesarnos, muchas veces nos sucede que no nos sentimos seguros si hemos hecho una buena confesión, como también nos ocurre que cuando estamos frente al sacerdote nos cohibimos o nos contenemos de decir todas nuestras faltas. Más de alguna vez, pensamos que ciertas cosas no son faltas y no las decimos o nos justificamos. ¿Entonces que hacer? , 7. EXAMEN DE CONCIENCIA Cada cual puede tener un método para prepararse para la confesión, muchos proponen un examen de conciencia previo a confesarse, ¿Cómo hacerlo?, creo que sin angustiarse y sin apesadumbrarse con las faltas, pero con mucha confianza en Dios sabiendo que seremos perdonados. “Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder” Santiago 5, 16 Examinemos nuestra conciencia en oración ante Dios, escuchando su voz en nuestro corazón, Dios siempre perdona cuando hay arrepentimiento. Contemplen al que traspasaron" Jn 19:37 Contemplemos a Cristo, su amor manifiesto en su Cruz, el nos ayudara a prepararnos. Al preparar nuestro Examen de Conciencia, recordemos que tenemos Diez Mandamientos que cumplir y observemos en cuales hemos faltado. También podemos profundizar en los llamados Siete Pecados Capitales, sin olvidar que faltamos muchas veces al no admitir nuestros defectos de carácter y no aprovechamos los dones que Dios nos ha dado para servirle. A continuación propongo algunas preguntas a responder, quizás falten
muchas mas, ya que esto es una mínima ayuda. DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS I. AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS Amo de verdad a Dios Siente mi corazón que ama a Dios Confío siempre en Dios Le doy a Dios un instante de mi tiempo personal Me dejo guiar por Dios Alabo a Dios Agradezco a Dios Escucho a Dios Uso los dones que Dios me ha dado II. NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO Hablo bien de Dios He mentido tomando a Dios por testigo Utilizo el nombre de Dios para las cosas frívolas III. SANTIFICAR EL DÍA DEL SEÑOR Voy a Misa los Domingo Rezo con amor durante la Eucaristía Pido perdón a Dios durante la celebración Me reconcilio con mis hermanos durante la Misa Voy a la Misa diaria si puedo o prefiero ir a otro lugar IV. HONRAR PADRE Y MADRE Me preocupo por cuidar a mis padres Atiendo las necesidades de mis padres Doy tiempo a mis padres Ayudo económicamente cuando lo necesitan Soy obediente a mis padres Miento a mis padres V. NO MATARÁS He participado en la muerte de alguien Promuevo y acepto el aborto He pensado suicidarme Conduzco irresponsablemente Pongo en peligro la vida de los demás VI. NO COMETER ACTOS IMPUROS Soy fiel a esposo o esposa Busco la afectividad fuera del matrimonio Mantengo relaciones sexuales fuera del matrimonio Practico la fantasía sexual Leo o veo pornografía VII. NO ROBAR He robado Le he quitado indebidamente algo a alguien He engañado para mi beneficio No he devuelto lo que no es mío Me aprovecho de mi situación en mi beneficio VIII. NO LEVANTARÁS FALSOS TESTIMONIOS NI MENTIRÁS Digo la verdad Hablo mal de los demás Revelo secretos que se me ha confiado Busco que otros opinen mal de mis hermanos Induzco a pensar erróneamente de alguien IX. NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS. Vivo con desorden a las facultades morales del hombre Permito o promuevo a otros a cometer pecados X. NO CODICIARÁS LOS BIENES AJENOS. Tengo deseos de avaricia Deseo cosas que no me pertenecen Me siento envidioso Le deseo mal a otros DE LOS PECADOS CAPITALES Los pecados o vicios capitales son aquellos a los que la naturaleza
humana caída está principalmente inclinada. Es por eso muy importante para
todo el que desee avanzar en la santidad aprender a detectar estas tendencias
en su propio corazón y examinarse sobre estos pecados. Los pecados capitales
son enumerados por Santo Tomás como siete: soberbia (orgullo), avaricia,
lujuria, ira, gula (glotonería), envidia, acidia (pereza). 1.- SOBERBIA: Consiste en una estima de sí mismo, o amor propio indebido, que busca la atención y el honor y se pone uno en antagonismo con Dios. Me he rehusado a Obedecer a Dios Vanagloria, la siento de sí mismo a causa de las ventajas que tengo y me jacto de poseer por sobre los demás Jactancia, me esmero alabarme a mismo para hacer valer vistosamente mi superioridad y mis buenas obras. Me elevo por sobre los demás en dignidad exagerando, para ello, el lujo en los vestidos y en los bienes personales. Soy altanero, trato al prójimo, hablándole con orgullo, con terquedad, con tono despreciativo y mirándolo con aire desdeñoso. Soy ambicioso, con deseo desordenado de elevarme en honores y dignidades como cargos o título. Soy hipócrita, hago simulación de la virtud y la honradez con el fin de ocultar los vicios propios o aparentar virtudes que no se tengo. Soy presumido y confío demasiado de que soy capaz de efectuar mejor que cualquier otro ciertas funciones. 2.- AVARICIA: Inclinación o deseo desordenado de placeres o de posesiones. Es uno de los pecados capitales, está prohibido por el noveno y décimo mandamiento. Tengo apego inmoderado a los bienes con; “esa pasión ardiente de adquirir o conservar lo que tengo a toda costa. Me resisto a dar al que necesita. He privado a otros de algún bien. Le he negado a un hermano algo que me sobra. He participado de hechos fraudulentos para mi beneficio Soy tacaño 3.- LUJURIA: El deseo desordenado por el placer sexual. Los
deseos y actos son desordenados cuando no se conforman al propósito divino,
el cual es propiciar el amor mutuo de entre los esposos y favorecer Practico la fornicación. He sentido el deseo de estupro He efectuado algún tipo de rapto Soy partidario del incesto He sido adultero Practico la sodomía 4.- IRA: Uno de los siete Pecados Capitales. El sentido emocional de desagrado y, generalmente, antagonismo, suscitado por un daño real o aparente. La ira puede llegar a ser pasional cuando las emociones se excitan fuertemente. He actuado contrario a la razón. Actúo sin moderación Tengo deseos de venganza Me siento maquiavélico Me domina la pasión en las discusiones Me indigno sin razón Participo de alguna riña 5.- GULA: La gula es el deseo desordenado por el placer conectado con la comida o la bebida. He respetado el ayuno Practico el hurto para comer solo por placer. Mi deleite en el comer se reduce a un fin único y preponderante en la vida. No soy capaz de guardar abstinencia en los días de precepto Me provoco voluntariamente el vómito para continuar el deleite de la comida. 6.- ENVIDIA: Rencor o tristeza por la buena fortuna de alguien, junto con el deseo desordenado de poseerla. Es uno de los siete pecados capitales. Se opone al décimo mandamiento. Me entristece que otros tengan bienes materiales Me aflige si otro tiene un puesto que yo deseo Siento insatisfacción por los bienes que pose otro. Me angustia que otros sean felices Le deseo mal a alguien 7.- ACIDIA (PEREZA): Falta culpable de esfuerzo físico o espiritual; acedia, ociosidad. Deliberadamente me entristece sentirme obligado cooperar con mis hermanos. Descuido mi salud, me pereza ir al medico Soy inconsistente en el bien Desisto rápidamente de mis obligaciones. No ejecuto lo que se me ha encomendado No me atrevo a ayudar y me abandono en la inacción Me siento ocioso Soy cómodo y no me agrada el sacrificio de levantarme temprano Me fugo del trabajo REFLEXION FINAL Todos estamos muy necesitados de la paz interior, reconocer nuestras faltas, es un paso para lograrlo, la culpa se elimina reconociéndola. La confesión nos invita a hacer un examen profundo de nuestra conciencia, descubrir lo que llevamos adentro, por tanto nos ayuda a conocernos mas, Pero hay algo de gran importancia, necesitamos saber si estamos en condiciones de ser perdonados, y necesitamos saber que hemos sido perdonados. No olvidemos que una cosa es pedir perdón y otra distinta ser perdonado. Del Catecismo Católico, 1422 "Los que se acercan al sacramento de la penitencia obtienen de la misericordia de Dios el perdón de los pecados cometidos contra El y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que ofendieron con sus pecados. Ella les mueve a conversión con su amor, su ejemplo y sus oraciones" (LG 11). Necesitamos una confirmación exterior, sensible, de que Dios ha aceptado nuestro arrepentimiento. Esto sucede en la confesión: cuando recibimos la absolución, sabemos que el sacramento ha sido administrado, y como todo sacramento recibe la eficacia de Cristo. Que el Señor les Bendiga Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |