EL
CUIDADO Y DE
LOS ENFERMOS Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant “Estuve enfermo y fueron a visitarme” (San Mateo 25,36)” |
IV La enfermedad nos hace reflexionar
profundamente, es este un momento propicio para la oración y la conversación
intima con Dios de corazón a corazón. Ante la enfermedad, tanto en la persona
que la padece, como en sus íntimos amigos y familiares, espontáneamente nace
la necesidad de orar y pedir al Padre su ayuda. Es así como frente a esta
situación vamos en la búsqueda de la plegaria precisa. Esta en lo posible,
debe ser con el enfermo y por el enfermo al mismo tiempo. Cada persona y especialmente según el estado de ánimo, tiene un forma
distinta de orar y la fuerza de ella es inmedible. Nuestro buen Padre escucha
todo tipo de súplicas, es así como creo que es conveniente acompañar la
oración con profundo respeto a la realidad de la persona, con especial
consideración a su carácter, forma de ser, educación religiosa, su medio
socio económico y cultural. La oración es uno de los recursos más importantes de los que dispone
el enfermo y su seres queridos para crear un ambiente de espiritualidad y de
paz al enfermo y quienes, están solidariamente con el. Pero también la
oración, es una gran ayuda para conocer y descubrir la voluntad de Dios. La
energía espiritual, ayuda a llevar con amor los padecimientos de la
enfermedad y soportar los dolores, nos identifica y nos hace más comprensivos
con el sufrimiento de Cristo, así, como nos da la esperanza de que estamos en
el paso hacia el reencuentro definitivo con el señor en su casa. Pero la oración ha de surgir de la necesidad y deseo del enfermo,
todo esto coherente con su realidad del tipo de enfermedad que está viviendo.
Por ello, la oración con el enfermo necesita de mucha comprensión, acompañamiento
y tiempo para oír sus angustias, sus vivencias y estados de ánimo. De este
modo, sabremos ser solidarios y acogedores con los diversos sentimientos que
son notorios en los enfermos, es decir la angustia, la amargura, el abandono
y el desamparo que sienten. El comprender bien los sentimiento y la historia
del enfermo, es una buena forma de ayudar al que sufre a que camine con su
dolor junto al Señor, y así hacerle sentir lo efectiva que es la oración y la
entrega confiada a las manos del Señor de la situación que esta pasando con
su enfermedad. La oración por los enfermos ha estado y está presente en la vida de
los hombres, en los hospitales, en los hogares y en Ayudar y orar con el hermano enfermo, es estar en gracia de Dios. |
La
oración, bella oportunidad para dialogar con Dios. Estén
siempre alegres, oren si cesar, (1 Tes 5,15) Unidos
en la Oración Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant |