EL
CUIDADO Y DE
LOS ENFERMOS Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant “Estuve enfermo y fueron a visitarme” (San Mateo 25,36)” |
XV LOS SALMOS A LOS ENFERMOS SALMO 23 (22) EL SEÑOR ES MI PASTOR 1 Salmo de David. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. 2 Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas 3 y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. 4 Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza. 5 Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. 6 Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en por muy largo tiempo. SALMO 41 (40) ACCIÓN DE GRACIAS DE UN ENFERMO RESTABLECIDO 1 Del maestro de coro. Salmo de David. 2 Feliz el que se ocupa del débil y del pobre: el Señor lo librará en el momento del peligro. 3 El Señor lo protegerá y le dará larga vida, lo hará dichoso en la tierra y no lo entregará a la avidez de sus enemigos. 4 El Señor lo sostendrá en su lecho de dolor y le devolverá la salud. 5 Yo dije: "Ten piedad de mí, Señor, sáname, porque pequé contra ti". 6 Mis enemigos sólo me auguran desgracias: "¿Cuándo se morirá y desaparecerá su nombre?". 7 Si alguien me visita, habla con falsedad, recoge malas noticias y las divulga al salir. 8 Mis adversarios se juntan para murmurar contra mí, y me culpan de los males que padezco, diciendo: 9 "Una enfermedad incurable ha caído sobre él; ese que está postrado no volverá a levantarse". 10 Hasta mi amigo más íntimo, en quien yo confiaba, el que comió mi pan, se puso contra mí. 11 Pero tú, Señor, ten piedad de mí; levántame y les daré su merecido. 12 En esto reconozco que tú me amas, en que mi enemigo no canta victoria sobre mí. 13 Tú me sostuviste a causa de mi integridad, y me mantienes para siempre en tu presencia. 14 ¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, desde siempre y para siempre! ¡Amén! ¡Amén! SALMO 42 (41) NOSTALGIA DE 1 Del maestro de coro. Poema de los hijos de Coré. La amargura del destierro 2 Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. del Dios viviente: ¿Cuándo iré a contemplar el rostro de Dios? 4 Las lágrimas son mi único pan de día y de noche, mientras me preguntan sin cesar: "¿Dónde está tu Dios?". 5 Al recordar el pasado, me dejo llevar por la nostalgia: ¡cómo iba en medio de la multitud y la guiaba hacia entre cantos de alegría y alabanza, en el júbilo de la fiesta! 6 ¿Por qué te deprimes, alma mía? ¿Por qué te inquietas? Espera en Dios, y yo volveré a darle gracias, a él, que es mi salvador y mi Dios. por eso me acuerdo de ti, desde la tierra del Jordán y el Hermón, desde el monte Misar. 8 Un abismo llama a otro abismo, con el estruendo de tus cataratas; tus torrentes y tus olas pasaron sobre mí. 9 De día, el Señor me dará su gracia; y de noche, cantaré mi alabanza al Dios de mi vida. 10 Diré a mi Dios: "Mi Roca, ¿por qué me has olvidado? ¿Por qué tendré que estar triste, oprimido por mi enemigo?". 11 Mis huesos se quebrantan por la burla de mis adversarios; mientras me preguntan sin cesar: "¿Dónde está tu Dios?". 12 ¿Por qué te deprimes, alma mía? ¿Por qué te inquietas? Espera en Dios, y yo volveré a darle gracias, a él, que es mi salvador y mi Dios. SALMO 91 (90) La protección divina en medio de los peligros 1 Tú que vives al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Todopoderoso, 2 di al Señor: "Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío". 3 Él te librará de la red del cazador y de la peste perniciosa; 4 te cubrirá con sus plumas, y hallarás un refugio bajo sus alas. 5 No temerás los terrores de la noche, ni la flecha que vuela de día, 6 ni la peste que acecha en las tinieblas, ni la plaga que devasta a pleno sol. 7 Aunque caigan mil a tu izquierda y diez mil a tu derecha, tú no serás alcanzado: 4c su brazo es escudo y coraza. 8 Con sólo dirigir una mirada, verás el castigo de los malos, 9 porque hiciste del Señor tu refugio y pusiste como defensa al Altísimo. 10 No te alcanzará ningún mal, ninguna plaga se acercará a tu carpa, 11 porque él te encomendó a sus ángeles para que te cuiden en todos tus caminos. 12 Ellos te llevarán en sus manos para que no tropieces contra ninguna piedra; 13 caminarás sobre leones y víboras, pisotearás cachorros de león y serpientes. Oráculo del Señor 14 "Él se entregó a mí, por eso, yo lo libraré; lo protegeré, porque conoce mi Nombre; 15 me invocará, y yo le responderé. Estaré con él en el peligro, lo defenderé y lo glorificaré; 16 le haré gozar de una larga vida y le haré ver mi salvación". |
La
oración, bella oportunidad para dialogar con Dios. Estén
siempre alegres, oren si cesar, (1 Tes 5,15) Unidos
en la Oración Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant |