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25 años de
vida religiosa Septiembre 2010 P. Eduardo Sanz de Miguel, o.c.d. |
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Esta semana se cumplen 25 años desde que comencé el Santo noviciado,
con la ceremonia de vestición del hábito de En el noviciado, teníamos encuentros de formación todas las mañanas,
aunque lo verdaderamente importante era la práctica de la oración y la vida
fraterna. Aprendíamos cantos para la liturgia, trabajábamos la huerta,
limpiábamos la casa y enseñábamos el museo conventual a los turistas. El
maestro nos recordaba que ya tendríamos tiempo de estudiar y de hacer
apostolado. Ahora, lo importante era aprender a convivir con otros hermanos y
construir una sólida relación de amistad con Cristo. Su ejemplo era un
estímulo para nosotros. Y su trabajo no fue infecundo en mí, aunque tanto dejo
aún que desear. Durante el postulantado, leí las obras de Santa Teresa de Jesús y,
durante el noviciado, las de San Juan de Ya he comentado otras veces que nuestra Orden surgió en el Monte
Carmelo, en Tierra Santa. En hebreo, “Carmelo” significa “jardín de Dios,
viña de Dios” y es símbolo de belleza y de estabilidad. Además, es el
arquetipo de toda la historia de la salvación: recuerdo del jardín que Dios
plantó para el hombre, al principio de los tiempos, y anticipo de Por el contrario, cuando el hombre se arrepiente de sus faltas, Dios
envía la lluvia fecunda sobre el Carmelo, que vuelve a ser lugar de bendición
para el creyente, como en los tiempos del profeta Elías (cf.
1Re 18,41ss). Los profetas anuncian el reverdecer del Carmelo y la
transformación del desierto en un gran “Carmelo” (vergel, jardín de Dios),
como imagen del perdón de Dios: «El Líbano se convertirá en Carmelo y el
Carmelo será un bosque, los sordos oirán, los ciegos verán, los humildes se
alegrarán con Yahvé y los pobres serán felices» (Is
29,17). Este Carmelo transfigurado por el poder de Dios, donde reinará la paz
y la justicia, será el gran regalo de Dios en los tiempos mesiánicos: «El
desierto se convertirá en un Carmelo y el Carmelo será un bosque. El derecho
habitará en la soledad y la justicia en el Carmelo […] Mi pueblo descansará
en la hermosura de la paz y de la confianza» (Is
32,15-18). Igual que la historia del Éxodo consistió en que Dios condujo a su
pueblo desde la esclavitud de Egipto a la libertad en las tierras del Carmelo
(Jr 2,7), el Exilio en Babilonia concluirá con el
regreso de los desterrados a las tierras del Carmelo: «Haré volver a Israel a
su pradera y pacerá hasta saciarse en el Carmelo» (Jr
50,19). Por último, en los días del Mesías, Jerusalén será renovada y
embellecida con la gloria del Carmelo: «Se alegrará el desierto y la tierra
árida, la estepa se regocijará y florecerá como un narciso, dará gritos de
alegría, porque le darán la gloria del Líbano y la hermosura del Carmelo; y
verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios» (Is
35,1ss). Así, en el Carmelo se reúnen las tradiciones bíblicas sobre En estos 25 años, he podido visitar el Monte Carmelo en distintas
ocasiones y he guiado varias peregrinaciones (la última, este verano),
alojándonos en el santuario de Santa Teresa de Jesús me dejó un programa de vida, que quiero tener
siempre presente: «Algunas veces oigo decir sobre los principios de las
Órdenes religiosas que, como eran los cimientos, hacía el Señor mayores
mercedes a aquellos Santos nuestros pasados. Y es así, mas todos deberían
recordar siempre que son cimiento de los que están por venir [...] Porque
está claro que los que vienen no se acuerdan tanto de los que vivieron hace
muchos años, como de los que ven ahora presentes. Malo sería que yo me excuse
con que no viví en esos tiempos y no mire la diferencia que hay de mi vida y
virtudes a la de aquellos a quienes Dios hacía tan grandes mercedes [...] Me
pesa, Dios mío, ser tan ruin y servirte tan mal. Y sé que no me haces las
mismas gracias que a los Santos pasados sólo por mi culpa. Señor, me da pena
de mi vida cuando la comparo con la de ellos, y no lo puedo decir sin
lágrimas. Veo que yo he perdido lo que ellos trabajaron, y que en ninguna
manera me puedo quejar de ti, ni nadie debería hacerlo, sino que, quien viere
que va cayendo en algo su Orden, procure ser piedra tal, con que se vuelva a
levantar el edificio, que el Señor ayudará para ello» (Fundaciones 4,6-7). Pido al Señor que llene de su paz y de su amor a todas las personas
que Él ha puesto en mi camino a lo largo de estos años, a todos los que en
este tiempo habéis entrado a formar parte de mi vida. Y os pido que me
ayudéis a darle gracias por los 25 años transcurridos desde el inicio de mi
noviciado. A Cristo, que se fió de mí y me llamó a su servicio, por pura
gracia suya, sin méritos de mi parte, sean dadas la gloria y la alabanza por
los siglos. Amén. En este link se puede ver y oír al Padre Eduardo
Sanz de Miguel en el Desierto de las Palma http://www.carlosaltafulla.com/DEMOS/PiedrasVivas/ |
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Caminando con Jesús Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds |