SEPTIEMBRE, MES DE LA BIBLIA LA BIBLIA ES EL
LIBRO DEL AMOR Autor: Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant La Biblia, no es un libro
cualquiera, es el libro por excelencia, el primero entre todos los libros y
es único, no hay otro igual. ¿Por qué?: Porque a diferencia de los demás
libros, este es único que tiene un doble origen, humano y divino. Juan, el discípulo
amado, escribe en el capitulo: 1Jn 4:7-11: “Amados, amémonos unos a otros,
porque el amor es de Dios. Y todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a
Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
En esto se Mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios Envió a su
Hijo unigénito al mundo para que vivamos por él. En esto consiste el
amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos Amó a
nosotros y Envió a su Hijo en Expiación por nuestros pecados. Amados, ya que
Dios nos Amó Así, también nosotros debemos amarnos unos a otros. Nadie ha
visto a Dios Jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y
su amor se ha perfeccionado en nosotros. Y así lo confirman
todas las intervenciones de Dios en la historia del hombre, realizadas
siempre por amor. ¿Y porque Israel?
Dios elige al pueblo de Israel por puro amor, contemplemos el Libro del
Deuteronomio, en el capítulo: Dt 7:7-9. "No porque vosotros Seáis Más numerosos que todos los
pueblos, Yahvé os ha querido y os ha escogido, pues vosotros erais el Más
insignificante de todos los pueblos. Es porque Yahvé os ama y guarda el
juramento que hizo a vuestros padres, que os ha sacado de Egipto con mano
poderosa y os ha rescatado de la casa de esclavitud, de mano del Faraón, rey
de Egipto. "Reconoce, pues, que Yahvé tu Dios es Dios: Dios fiel que
guarda el pacto y la misericordia para con los que le aman y guardan sus
mandamientos, hasta mil generaciones. Las relaciones de
Dios con su pueblo están descritas bajo el símbolo del matrimonio, en el que
Dios es el esposo y el pueblo la esposa (Os 2:16). “Sucederá en aquel Día, dice Yahvé, que me Llamarás: 'Esposo Mío';
y nunca Más me Llamarás: Señor Mío.” La época
resplandeciente de estas relaciones amorosas es la estadía en el desierto en
tiempo de Moisés. La infidelidad de la esposa y la reconciliación en el amor
están conmovedoramente narradas en el libro del Profeta Oseas, es algo
patético, pero así fue, contemplemos esta lectura: Os 2:4-23. “Tampoco me compadeceré de sus hijos,
porque son hijos de Prostitución. Porque su madre se Prostituyó; la que los
Concibió Actuó desvergonzadamente, porque dijo: 'Iré tras mis amantes que me
dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida.' Por tanto,
he Aquí que yo obstruyo su camino con espinos, y reforzaré su vallado, de
manera que ella no encuentre sus senderos. Ella Irá tras sus amantes, pero no
los Alcanzará; los Buscará, pero no los Hallará. Entonces Dirá: 'Iré y me
volveré a mi primer esposo, porque mejor me iba antes que ahora.' "Pero
ella no Reconoció que era yo el que le daba el trigo, el vino nuevo y el
aceite. Yo le di abundancia de plata y de oro, que ellos usaron para Baal.
Por tanto, volveré a tomar mi trigo a su tiempo y mi vino en su época, y
quitaré mi lana y mi lino que cubren su desnudez. Ahora pondré al descubierto
su locura ante los ojos de sus amantes, y nadie la Librará de mi mano. Haré
cesar todo su regocijo: sus fiestas, sus lunas nuevas, sus Sábados y todas sus
festividades. Arrasaré sus viñas y sus higueras de las cuales ha dicho: 'Son
la paga que me han dado mis amantes.' Yo las reduciré a matorral, y se las
Comerán los animales del campo. La castigaré por los Días dedicados a los Baales, a los cuales ha quemado incienso y para los
cuales se ha adornado con sus aretes y sus joyas. Ella se ha ido tras sus
amantes y se ha olvidado de Mí", dice Yahvé. "Sin embargo, he Aquí
que yo la persuadiré, la llevaré al desierto y hablaré a su Corazón. Y desde
Allí le daré sus viñas, y el valle de Acor Será
como puerta de esperanza. Allí me Responderá como en los Días de su juventud,
y como en el Día en que Subió de la tierra de Egipto. Sucederá en aquel Día,
dice Yahvé, que me Llamarás: 'Esposos Mío'; y nunca Más me Llamarás: 'Señor
Mío.' Porque yo quitaré de su boca los nombres de los
Baales, y nunca Más Serán mencionados sus nombres.
"En aquel Día haré por ellos un pacto con los animales del campo, con
las aves del cielo y con las serpientes de la tierra. Quebraré el arco y la
espada, y anularé la guerra en la tierra. Y les haré dormir seguros. "Te
desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia y derecho,
en lealtad y Compasión. Yo te desposaré conmigo en fidelidad, y Conocerás a
Yahvé. Y Sucederá en aquel Día, dice Yahvé, que responderé a los cielos, y
ellos Responderán a la tierra. La tierra Responderá al trigo, al vino y
al aceite; y éstos Responderán a Jezreel. Yo la
sembraré para Mí en esta tierra, y tendré Compasión de Lo-rujama.
Diré a Lo-Ammí: '¡Pueblo Mío eres Tú!', y él Dirá:
'¡Dios Mío!'" Todo este pasaje es algo patético, pero del mismo
modo, podemos agregar que es emocionante, impresiona por lo enternecedor,
pero al mismo tiempo es turbador, dramático y conmovedor. Pero ante todo, ahí
esta Dios, siempre con los brazos abiertos para acoger a esta infiel esposa,
“su querida” contemplemos al Profeta Jeremías en; Jer 11:15, ¿Qué
derecho tiene mi amada en mi casa, después de haber hecho tantas intrigas?
¿Acaso los votos y la carne santa podrán apartar tu mal de sobre ti? ¿Puedes
entonces alegrarte? Es, “La amada de su alma”, observemos al
mismo profeta en: Jer 12,7, He abandonado mi casa, he desamparado mi
heredad, he entregado lo que amaba mi alma en mano de sus enemigos”. Todo esto, porque
su amor es inquebrantable: “Te amo con un amor eterno” así lo
relata en: Jer 31:3.
Yahvé
me ha aparecido desde hace mucho tiempo, diciendo: "Con amor eterno te
he amado; por tanto, te he prolongado mi misericordia. Pero la prueba más
definitiva del amor de Dios al mundo está en que le dio a su Hijo único, el
cual, a su vez, nos manifestó el más grande amor muriendo por nosotros,
regresamos a contemplar al discípulo amado, san Juan: Jn 15:13. Nadie tiene mayor
amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos. A este amor de
Dios, el hombre debe responder con amor a Dios y al hombre, esta doble
respuesta está resumida toda El amor a Dios debe
ser radical, en plenitud. Dios no admite propinas de amor. Lo quiere todo.
Hay que amar a Dios con todo el corazón y con toda el alma, es así como lo
expresa el libro del Deuteronomio: Dt 6:5. No Debáis a nadie nada, salvo
el amaros unos a otros; porque el que ama al Prójimo ha cumplido la ley. Y con esa misma
fuerza hay que amar a los hombres, esto lo contemplamos en Evangelio de san
Mateo: Mt 22:39. Le preguntan a Jesús: Maestro, ¿Cuál es el gran
mandamiento de la ley? Jesús le dijo: --Amarás al Señor tu Dios con todo tu
Corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el grande y el primer
mandamiento. Y el segundo es semejante a él: Amarás a tu Prójimo como a ti
mismo. De estos dos mandamientos dependen toda Es más, amar al
prójimo es ya amar a Dios; y sin amar al hombre, no es posible amar a Dios.
El siguiente pasaje de san Juan, nos invita a reconocer lo que Jesucristo nos
ha mandado: 1 Jn 3:14-23; Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a
vida, porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en muerte. Todo
aquel que odia a su hermano es homicida, y sabéis que Ningún homicida tiene
vida eterna permaneciendo en él. En esto hemos conocido el amor: en que él
puso su vida por nosotros. También nosotros debemos poner nuestras vidas por
los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve que su
hermano padece necesidad y le cierra su Corazón, ¿Cómo Morará el amor de Dios
en él? Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de
hecho y de verdad. En esto sabremos que somos de la verdad y
tendremos nuestros corazones confiados delante de él; en caso de que nuestro
Corazón nos reprenda, mayor es Dios que nuestro Corazón, y él conoce todas
las cosas. Amados, si nuestro Corazón no nos reprende, tenemos confianza
delante de Dios; y cualquier cosa que pidamos, la recibiremos de él, porque
guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de
él. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo
y que nos amemos unos a otros, como él nos ha mandado. Mas adelante, san
Juan nos observa: 1 Jn 4:19-21. Nosotros amamos, porque él nos
Amó primero. Si alguien dice: "Yo amo a Dios" y odia a su hermano,
es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano a quien ha visto, no puede
amar a Dios a quien no ha visto. Y tenemos este mandamiento de parte de él:
El que ama a Dios ame también a su hermano. ¿Y a quien hay que
amar?, a los amigos es fácil, como lo es con los familiares y cercanos de la
familia, pero Dios no pide que hay que amar a todos, incluso a los enemigos.
Así nos lo dice el Evangelio según san Mateo: Mt 5:43-48. Habéis Oído que
fue dicho: Amarás a tu Prójimo y Aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo:
Amad a vuestros enemigos, y orad por los que os persiguen;
de modo que Seáis hijos de vuestro Padre que Está en los cielos, porque él
hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e
injustos. Porque si Amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen
lo mismo también los publicanos? Y si Saludáis solamente a vuestros hermanos,
¿qué hacéis de Más? ¿No hacen eso mismo los gentiles? Sed, pues, vosotros
perfectos, como vuestro Padre que Está en los cielos es perfecto. Todo esto lo
concretó Jesucristo en el mandamiento nuevo: “Amaos unos a otros como
yo os he amado”, contemplemos a san Juan en: Jn 13:34. 34 Un
mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros. Como os he
amado, amaos también vosotros los unos a los otros. El Discípulo de
Cristo, es un hombre de amor, y debe vivir amando a sus hermanos, eso el lo
que lo distingue, en eso se le conoce. Por eso el lo característico del
cristiano es el amor, así lo manifiesta san Juan: Jn 13:35. En esto
Conocerán todos que sois mis Discípulos, si tenéis amor los unos por los
otros. San Pablo, se
dirige a los Corintios, y no es exagerar el decir que es ésta una de las
páginas más bellas de toda En ese arranque de
amor a Dios, como no puede ser menos, van incluidos también todos los hombres
a quienes El tanto ha amado, y destaco que sin distinción de razas ni
simpatías naturales, exento total de ver la condición económica y social,
hasta el punto de que el amor a Dios y el amor al prójimo no son sino dos
manifestaciones de una misma caridad. Contemplando la
bellísima carta de san Pablo, y me he permitido llamarlo en algunas
ocasiones, Apóstol de amor, enamorado y chiflado por Jesucristo como muchos
quisiéramos imitarlo, aquí, propiamente, no hace distingo en la
descripción de las cualidades de la caridad que se fija en el amor al prójimo
y luego, en una forma muy especial, al final, une la caridad con la fe y la
esperanza y dice que, al contrario que éstas, la caridad no pasará jamás,
sino que se prolongará en un perpetuo abrazo de estrecha unión con Dios. Así es como san
Pablo, nos muestra como sin el amor no hay valor espiritual alguno; el amor,
aparte de dar valor a todo, es el mayor de todos los bienes, contemplemos
finalmente la carta a los Corintios, 1Crón 13:1-13. “Si
yo hablo en lenguas de hombres y de ángeles, pero no tengo amor, vengo a ser
como bronce que resuena o un Címbalo que retiñe. Si tengo Profecía y entiendo
todos los misterios y todo conocimiento; y si tengo toda la fe, de tal manera
que traslade los montes, pero no tengo amor, nada soy. Si reparto todos mis
bienes, y si entrego mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada
me sirve. El amor tiene paciencia y es bondadoso. El amor no es celoso. El
amor no es ostentoso, ni se hace arrogante. No es indecoroso, ni busca lo
suyo propio. No se irrita, ni lleva cuentas del mal. No se goza de la
injusticia, sino que se regocija con la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser. Pero las
Profecías se Acabarán, Cesarán las lenguas, y se Acabará el conocimiento.
Porque conocemos Sólo en parte y en parte profetizamos; pero cuando venga lo
que es perfecto, entonces lo que es en parte Será abolido. Cuando yo era
niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué
a ser hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos oscuramente por medio de
un espejo, pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero
entonces conoceré plenamente, Así como fui conocido. Y ahora permanecen la
fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” No es posible en
unas pocas letras hablar de todo el amor que habla Es así como podemos
llamar también a El amor del hombre
vive en el alma, mora en el corazón, es así como Pero siendo el
libro del amor, la lectura de El Señor les
Bendiga Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant Noviembre 2005 |