MISA DIARIA DE CAMINANDO
CON JESUS
"La Eucaristía es fuente
y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
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12-05-2024
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Edición Nº 9.606
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LITURGIA
DE LAS HORAS
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Domingo, VII Semana de Pascua, La Ascensión del
Señor
Jesús resucitado se apareció a los Once y les
dijo: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la
creación. Oremos Junto a María Santísima, Madre de Dios y Madre
de la Iglesia, estrella de la evangelización, para que proteja y acuda en
ayuda a todos aquellos que trabajan en el campo de la comunicación del
Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo y de la Iglesia a través del
Internet. Nuestra Reina del cielo, nos ayude también a todos nosotros a
vivir con la mirada constantemente dirigida a Cristo, en especial en la
fiesta de hoy, que es la fiesta del triunfo glorioso de Cristo “sentado a
la derecha del Padre”. Triunfo que esperarnos compartir también nosotros
que somos miembros de su Cuerpo, que es la Iglesia.
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ASCENSIÓN DEL SEÑOR
Actuaba con ellos
Mc 16,15-20
El breve texto de san Marcos nos presenta de Jesús
como un ser llevado “al cielo”, es decir, al lugar propio de Dios, y un
“sentarse” a la derecha de Dios. Efectivamente, el misterio de la ascensión
significa que el que por nosotros tomó la condición de siervo, pasó por uno
de tantos y se humilló hasta la muerte de cruz (Fil 2,6-10), ahora ha sido
exaltado, enaltecido, constituido “Señor”. Cristo en cuanto hombre se ha
sentado en el trono de su Padre (Ap 3,21), ha recibido todo poder en el
cielo y en la tierra (Mt 28,18) y ha sido constituido Señor del Universo
ante el que toda rodilla se dobla.
Sin embargo, ascensión no significa ausencia de Cristo. A renglón
seguido de narrar la ascensión de Jesús, san Marcos subraya que “El Señor
actuaba con ellos”. Ciertamente Cristo ha dejado su presencia visible,
sensible. Pero sigue presente. Y lo manifiesta “cooperando” con la acción
de los discípulos. En estas breves palabras queda resumido todo misterio de
la Iglesia. Toda acción de la Iglesia –y de cada cristiano en ella– no es
algo simplemente humano, sino acción de Cristo a través de ella. Cuando alguien
bautiza, es Cristo quien bautiza... Por tanto, todo nuestro empeño ha de
ser buscar la sintonía con Cristo para que realice esa cooperación y
nuestros actos sean también suyos y tengan un valor inmenso: “El que cree
en mí hará las obras que yo hago y aún mayores” (Jn 14,22).
De ahí la importancia de los signos, que indica el evangelio. Los
signos manifiestan que la Iglesia es más que palabras, es hechos. Mediante
ellos se ve la acción del Señor. Ya no se tratará de coger serpientes en
las manos, pero hay que preguntarnos cómo hoy nosotros podemos ser
“milagro” – es decir, signo que se ve – para aquellos con los que vivimos. (P. Julio Alonso Ampuero, Meditaciones Bíblicas Sobre el Año
Litúrgico)
Para ver la Reflexión
completa de las 3 lecturas y el salmo de la Liturgia de este domingo
pinchar este link: (Enlace): PALABRA DE
DIOS
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I.-RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA Hech 1, 11
Hombres de Galilea, ¿por qué siguen mirando al cielo? Este Jesús, que
les ha sido quitado y elevado al Cielo, vendrá de la misma manera que lo
han visto partir. Aleluya.
ACTO PENITENCIAL
·
Tú que estás glorificado
junto al Padre. Señor, ten piedad.
·
Tú que nos llamas
a participar de tu gloria. Cristo, ten piedad.
·
Tú que nos hiciste
testigos tuyos. Señor, ten piedad.
SE DICE GLORIA A DIOS
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama
el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te
glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre
todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra suplica; tú que estás
sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres
Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, darte gracias con santa alegría,
porque en la Ascensión de Cristo, tu Hijo, nuestra humanidad es elevada
junto a ti, ya que él, como cabeza de la Iglesia, nos ha precedido en la
gloria que nosotros, su cuerpo, esperamos alcanzar. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
II.-LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El libro de los Hechos narra la Ascensión de
Jesús y la promesa de enviar el Espíritu Santo.
Lectura de los Hechos de los
apóstoles. Hech 1, 1-11
En mi primer Libro, querido Teófilo, me referí a todo lo que hizo y
enseñó Jesús, desde el comienzo, hasta el día en que subió al cielo,
después de haber dado, por medio del Espíritu Santo, sus últimas
instrucciones a los Apóstoles que había elegido. Después de su Pasión,
Jesús se manifestó a ellos dándoles numerosas pruebas de que vivía, y
durante cuarenta días se les apareció y les habló del Reino de Dios. En una
ocasión, mientras estaba comiendo con ellos, les recomendó que no se
alejaran de Jerusalén y esperaran la promesa del Padre: “La promesa”, les
dijo, “que yo les he anunciado. Porque Juan bautizó con agua, pero ustedes
serán bautizados en el Espíritu Santo, dentro de pocos días”. Los que
estaban reunidos le preguntaron: “Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar
el reino de Israel?”. Él les respondió: “No les corresponde a ustedes
conocer el tiempo y el momento que el Padre ha establecido con su propia
autoridad. Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre
ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y
hasta los confines de la tierra”. Dicho esto, los Apóstoles lo vieron
elevarse, y una nube lo ocultó de la vista de ellos.
Como permanecían con la mirada puesta en el cielo mientras Jesús
subía, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:
“Hombres de Galilea, ¿por qué siguen mirando al cielo? Este Jesús que les
ha sido quitado y fue elevado al cielo, vendrá de la misma manera que lo
han visto partir”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Jesús
no niega que el Reino de Dios tendrá una realización material; pero afirma
que a los auténticos discípulos no les es lícito hacer cálculos. La
plenitud del Reino vendrá cuando Dios lo quiera y en los momentos menos
esperados. En cuanto a la Ascensión se ofrece como respuesta a la pregunta
de los apóstoles. Es necesario que el Maestro les sea “quitado”, para que
éstos comprendan, al fin, que él es verdaderamente el Señor, que su Reino no es de este mundo, sino que debe
construirse aquí y ahora bajo el impulso del Espíritu, y gracias al
testimonio misionero, hasta fines de la tierra. A partir de aquí lo que
importa es poner manos a la obra y dejar de “quedarse mirando al cielo”.
SALMO
Frente al triunfo de Cristo, el salmo
46 es un canto triunfal, a Dios, rey de toda la tierra. La Iglesia lo aplica a
Jesús. Participamos de esta oración, aclamando: “El Señor asciende entre
aclamaciones.”
Sal 46, 2-3. 6-9
R. El Señor asciende entre
aclamaciones.
O bien: Aleluya.
Aplaudan, todos los pueblos, aclamen al Señor con gritos de alegría;
porque el Señor, el Altísimo, es temible, es el soberano de toda la tierra.
R.
El Señor asciende entre aclamaciones, asciende al sonido de
trompetas. Canten, canten a nuestro Dios, canten, canten a nuestro Rey. R.
El Señor es el Rey de toda la tierra, cántenle un hermoso himno. El
Señor reina sobre las naciones; el Señor se sienta en su trono sagrado. R.
SEGUNDA LECTURA
En un texto muy bello, san Pablo
explica como Dios resucitó y glorificó a Jesús y “lo sentó a su derecha”.
Lectura de la carta del
apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso. Ef 1, 17-23
Hermanos: Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la
gloria, les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les
permita conocerlo verdaderamente. Que él ilumine sus corazones, para que
ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros
de gloria que encierra su herencia entre los santos, y la extraordinaria
grandeza del poder con que él obra en nosotros, los creyentes, por la
eficacia de su fuerza. Éste es el mismo poder que Dios manifestó en Cristo,
cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el
cielo, elevándolo por encima de todo Principado, Potestad, Poder y
Dominación, y de cualquier otra dignidad que pueda mencionarse tanto en
este mundo como en el futuro. Él puso todas las cosas bajo sus pies y lo
constituyó, por encima de todo, Cabeza de la Iglesia, que es su
Cuerpo y la Plenitud
de Aquél que llena completamente todas las cosas.
COMENTARIO
San
Pablo quiere inspirar nuestra esperanza cristiana que consiste en esperar
firmemente la realización de las promesas de Dios al hombre: total
liberación y felicidad en Cristo. Se subraya la causa de nuestra esperanza:
la promesa ya se realizó en la humanidad de Jesús, que resucitó de entre
los muertos.
Palabra de Dios.
ALELUYA Mt 28, 19. 20
Aleluya. “Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos.
Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo”, dice el Señor.
Aleluya.
EVANGELIO
Jesús asciende al cielo, y nos
constituye en “testigos” de su resurrección y su mensaje.
Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo según san Marcos. Mc 16, 15-20
Jesús resucitado se apareció a los Once y les dijo: “Vayan por todo
el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se
bautice, se salvará. El que no crea, se condenará. Y estos prodigios
acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y
hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si
beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre
los enfermos y los sanarán”. Después de decirles esto, el Señor Jesús fue
llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron a
predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra
con los milagros que la acompañaban.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
El
anuncio del Evangelio no es una mera predicación, sino, al mismo tiempo, la
realización de unos signos puestos al servicio del proceso de liberación
integral de todo hombre y de todos los hombres. Marcos quiere convencer a
los destinatarios de su mensaje, haciéndoles ver que los tiempos últimos
han llegado efectivamente. La prueba de ello es la acción misionera y su
eficacia milagrosa. El Señor Jesús ha puesto manos a la obra, con su
presencia y asistencia a sus discípulos, confirmando su predicación con los
signos que los acompañaban.
SE DICE EL CREDO
Creo en Dios Padre todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra. Y
en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el
poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a
los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los
cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí
ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de
los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne, y la
vida eterna. Amén
ORACION DE LOS FIELES
A cada intención, pedimos: Ayúdanos a ser testigos y misioneros.
·Para que se multipliquen los testigos y misioneros de Cristo en todos
los pueblos.
Oremos.
·Para que el amor triunfe sobre la indiferencia y las naciones ricas
ayuden solidariamente a los pueblos pobres. Oremos.
·Para que los derechos de todos los hombres —en particular los
indefensos— sean respetados, y que nadie esclavice al prójimo. Oremos.
·Para que cada uno de nosotros acepte la misión evangelizadora que lo
hace testigo de Jesús. Oremos,
III.-LITURGIA EUCARISTICA
Presentación de la Ofrendas: Cristo
estuvo presente en su palabra, pronto lo estará en su eucaristía. Unidos a
él, junto al pan y el vino, llevemos altar las intenciones que guardamos en
el corazón y el deseo de ser testigos de Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos humildemente este sacrificio, Señor, en la admirable
ascensión de tu Hijo; concédenos por este sagrado intercambio elevarnos
hacia los bienes celestiales. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de la Ascensión:
Jesús nos constituyó sus testigos. Junto al celebrante, demos gracias al
Señor, nuestro Dios, porque Jesús, Rey de la gloria, nos hará seguirlo a su
reino glorioso. Coronamos la alabanza con el canto del Santo, canto de
todos los que fueron testigos de Cristo.
PREFACIO DE LA ASCENSIÓN I
EL MISTERIO DE LA ASCENSIÓN
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno:
Porque el Señor Jesús, Rey de la gloria, triunfador del pecado y de
la muerte, ante la admiración de los ángeles ascendió (hoy) a lo más alto
de los cielos, como Mediador entre Dios y los hombres, Juez del mundo y
Señor de los espíritus celestiales. No lo hizo para apartarse de la
pequeñez de nuestra condición humana sino para que lo sigamos confiadamente
como miembros suyos, al lugar donde nos precedió él, cabeza y principio de
todos nosotros. Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero
está llamado a la alegría junto con los ángeles y los arcángeles que cantan
un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
RITO DE COMUNIÓN
PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga
a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la
tentación, y líbranos del mal.
LA PAZ
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi
paz os doy”. No tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu
Iglesia, y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
CORDERO
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de
nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de
nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Mt 28, 20
Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo. Aleluya.
Comunión: La unión con Jesús en la
eucaristía es un anticipo de nuestra futura gloria junto a él en el cielo.
Llenos de gozo, vayamos a comulgar.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que nos permites participar en la tierra
de los misterios divinos, concede que nuestro fervor cristiano nos oriente
hacia el cielo, donde ya nuestra naturaleza humana está contigo. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
IV.-RITOS DE CONCLUSION
BENDICION SOLEMNE
Dios todopoderoso los bendiga en este día en que su Hijo subió al
cielo y les abrió la entrada de la gloria para llegar a estar junto a él.
R. Amén.
Y al proclamarlo glorioso junto al Padre, les conceda la alegría de
experimentar que permanece con ustedes hasta el fin del mundo, como lo ha
prometido. R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso, del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. R. Amén.
Cristo, que se apareció a sus discípulos después de su Resurrección,
se manifieste también a ustedes lleno de misericordia, cuando venga para el
juicio final. R. Amén.
ENVIO
Jesús
prometió enviar el Espíritu Santo. Lo celebraremos el próximo domingo. Con
alegría por ser testigos de Jesús, nos retiramos cantando.
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REFLEXIÓN BÍBLICA
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“Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la
creación”
Mc 16, 15-20
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.
VAYAN POR TODO EL MUNDO, ANUNCIEN EL EVANGELIO A TODA LA
CREACIÓN
En aquel tiempo, Jesús se apareció a los Once y les dijo: Vayan por
todo el mundo, anuncien el Evangelio a toda la creación. El que crea y se
bautice se salvará. El que no crea se condenará. Resucitado Cristo, se
apareció varias veces a los Once. Se apareció a los once cuando estaban
reunidos, para que todos fuesen testigos, y refiriesen a todo el mundo lo
que habían visto y oído. Al decir once, se designa a todo el colegio
apostólico antes de que Matías ocupase el lugar de Judas. Y después de la
ascensión ellos debían de predicar el Evangelio a gentes que debían creer
sin haber visto a Jesús.
Luego se da la orden de predicar el Evangelio a todas las gentes,
junto con el bautismo. Se observa ya el universalismo cristiano en acción
entre los gentiles.
Este es el gran mandato, la gran misión de Jesús a la que todos
debemos ser fiel, por siempre, hasta el final de los tiempos y en todas las
circunstancias. Esta tarea, que es muy urgente ante los profundos cambios
que se van realizando en nuestra sociedad. Ciertamente, en la medida que a
todos nos sea posible, con los medios que dispongamos y en el ambiente el
cual vivimos, estamos invitados a evangelizar y a seguir con amor este
mandato de “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación”
2.
EL SEÑOR NOS LLAMA A TODOS A QUE DISPONGAMOS LO QUE ESTE EN
NOSOTROS, PARA QUE MUCHOS CREAN
Es así como Jesús, envía a sus apóstoles, por todo el mundo, a
predicar a todas las gentes de todas las naciones, para que la predicación
apostólica, que antes fue rechazada por la soberbia de los judíos, venga en
nuestro auxilio. Cuando Jesús dice a toda la creación, está diciendo a los
creyentes e incrédulos. El que crea y se bautice se salvará. El que no crea
se condenará. Porque no basta creer, porque el que cree y no está bautizado
todavía, no ha alcanzado aún la salvación, sino imperfectamente.
La cifras, hablan por sí sola, de 6.700 millones de habitantes que tiene
nuestro planeta tierra, de estos, 1.990 millones, es decir un 29%, se
declaran cristianos, esto nos revela que hay aproximadamente 4.700 millones
de hombres a los cuales no les han hablado de la buena noticia del
Evangelio. Estas cifras, no pueden dejarnos indiferentes, y tampoco podemos
ser egoístas con ellas, es decir cómodos y opinar, es lo que hay y punto,
todo lo contrario, el Señor nos llama a todos a que pongamos lo que este en
nosotros, para que muchos crean, se bauticen y encuentren la salvación. Por
tanto, tenemos una responsabilidad para que muchos conozcan a Cristo, se
conviertan en
cristianos y se bauticen y si se hacen católicos, mucho mejor
aún.
3.
EL QUE NO CREA SE CONDENARÁ
Antes de partir, increpó también el Señor a sus discípulos cuando iba
a dejarlos corporalmente, para que sus palabras quedasen impresas más
profundamente en sus corazones. Jesús Reprueba la incredulidad, para que la
reemplace la fe; reprueba la dureza del corazón de piedra, para que le
reemplace otro de carne lleno de caridad.
En un momento, a los apóstoles no les fue fácil creer en la
resurrección de Jesucristo, pero los hechos les dieron mayor firmeza, al
comprobar directamente la realidad de los sucesos que estaban presenciando.
Ellos convivieron directamente con el Señor, así ellos constituidos en
testigos, reciben el mensaje y el mandato del Señor Resucitado para
llevarlo a todo el mundo.
Así se dirá tal vez cada cual a sí mismo: Yo seré salvo porque he
creído. Y así será en efecto, si une las obras a la fe; porque la verdadera
fe consiste en que no se contradiga la obra con lo que dice la palabra. “El
que no crea se condenará”
4.
Y ESTOS PRODIGIOS ACOMPAÑARÁN A LOS QUE CREAN
Nos dice Jesús; Y estos prodigios acompañarán a los que crean:
arrojarán demonios en mi nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a
las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará
ningún daño; Puede entenderse también de las serpientes ordinarias, como la
víbora que mordió a Pablo sin causarle daño. Muchos hechos semejantes
encontramos en las historias de hombres a quienes, defendidos bajo el
estandarte de Cristo, no ha podido causar daño el veneno que habían bebido.
También nos dice Jesús; Impondrán las manos sobre los enfermos y los
curarán. Cuando los sacerdotes imponen sus manos sobre los creyentes, ellos
están impidiendo con la gracia que se les ha dado de exorcizar, la
permanencia del espíritu maligno en el corazón de aquéllos, es decir, no
hacen otra cosa que lanzar de ellos a los demonios. De esta forma, liberado
del mal, dominará la serpiente que ha provocado la malicia de su corazón.
Con esto, aunque beba el veneno de la maldad no le hará daño, esto es si oye
malos consejos no se dejara llevar al mal.
Así, nosotros también debemos dar una mano al que esta vacilante en
el camino del bien, para que quede curado y para que se fortifique y pueda
hacer con ánimo un camino de buenas obras.
5.
JESÚS FUE LLEVADO AL CIELO
San Marco termina los 16 capítulos de su evangelio afirmando: Después
de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo, luego proclama la
gloria del Señor Jesús al decir que: y está sentado a la derecha de Dios.
El final del evangelio reconoce la obra misionera de los apóstoles y la
confirmación de ella que Cristo les hacía con milagros diciendo: Ellos
fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su
palabra con los milagros que la acompañaban. Es ya la predicación y extensión
de la fe, vista desde la perspectiva histórica de la Iglesia con unas
decenas de años.
Los Evangelistas refieren el hecho con mucha sobriedad, y sin embargo
su narración hace resaltar el poder de Cristo y su gloria: “Me ha Sido dado
todo poder en el cielo y en la tierra”, se lee en Mateo (28, 18); y Marcos
añade: “El Señor Jesús fue levantado a los cielos y está sentado a la
diestra de Dios” (16, 19). A su vez Lucas recuerda la última bendición de
Cristo a los Apóstoles: Mientras los bendecía se alejaba de ellos y era
llevado al cielo” (24, 51).
También en los últimos discursos de Jesús brilla su majestad divina.
Habla como quien todo lo puede y anuncia a sus discípulos que en su nombre:
“arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán
tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les
hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los sanarán”.
6.
LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR ES EL CORONAMIENTO DE SU RESURRECCIÓN
Es la entrada oficial en la gloria que correspondía al Resucitado
después de las humillaciones del Calvario; es la vuelta al Padre anunciada
por él en el día de Pascua: “Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y
a vuestro Dios” (Jn 20, 17). Había dicho a María Magdalena. Y a los
discípulos de Emaús: No era preciso que el Mesías padeciese esto y entrase
en su gloria” (Lc 24, 26). Tal modo de expresarse indica no sólo una vuelta
y una gloria futuras, sino inmediatas y ya presentes en cuanto estrechamente
ligadas a la Resurrección. Sin embargo, para confirmar a los discípulos en
la fe, era necesario que esto sucediese de manera visible, como se verificó
cuarenta días después de la Pascua.
Los que habían visto morir al Señor en la cruz entre insultos y
burlas, debían Ser los testigos de su exaltación suprema a los cielos. (Comentario de Intimidad Divina, Padre
Gabriel de SMM ocd.)
7.
ESPECTÁCULO MARAVILLOSO QUE DEJÓ A LOS APÓSTOLES ATÓNITOS
Los Hechos de los Apóstoles atestiguan la verdad de todo esto. Y
Lucas, tanto en la conclusión de su Evangelio como en los Hechos, habla de
la gran promesa del Espíritu Santo que confirma a los Apóstoles en la
misión y en los poderes recibidos de Cristo: “Yo os envío lo que mi Padre
os ha prometido” (Lc 24, 49); “recibiréis el poder del Espíritu Santo que
vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos.., hasta el extremo de la
tierra. Diciendo esto, fue arrebatado a Vista de ellos, y una nube le sustrajo a sus ojos” (He 1, 8-9).
Espectáculo maravilloso que dejó a los Apóstoles atónitos, afija la
vista en él, hasta que dos ángeles vinieron a sacarles de su asombro. (Comentario de Intimidad Divina, Padre
Gabriel de SMM ocd.)
8.
LA ASCENSIÓN CONSTITUYE UN GRAN ARGUMENTO DE ESPERANZA PARA EL
HOMBRE
El cristiano está llamado a participar de todo el misterio de Cristo
y por lo tanto también de su glorificación. El mismo lo había dicho: “Voy a
prepararos el lugar. Y cuando yo me haya ido…., volveré y os tomaré
conmigo, para que donde yo estoy estéis también vosotros” (Jn 14, 2-3).
Nuestro Señor Jesucristo, “Resucitado” entra definitivamente en la
gloria de Dios, fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios y
no deja de estar con todos nosotros. Por tanto, la ascensión no habla de un final, sino al
contrario, nos muestra un nuevo inicio. Ciertamente, involucra una
separación, pero, a pesar de ella, provee una comunión más profunda con Él,
una manifestación de esperanza, una comunión que será plena al final de los
tiempos.
La Ascensión constituye por lo tanto un gran argumento de esperanza
para el hombre que en su peregrinación terrena se siente desterrado y sufre
alejado de Dios. Es la esperanza que San Pablo invocaba para los Efesios y
quería que estuviera siempre viva en sus corazones: “El Dios de nuestro
Señor Jesucristo y Padre de la gloria..., ilumine los ojos de vuestro
corazón, para que entendáis cuál es la esperanza a que os ha llamado” (Ef.
1, 17-18).
Cristo Resucitado,
viva en sus corazones
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
|
PARA LA LECTIO DIVINA (3)
|
NUESTROS
OJOS DEBEN SABER MIRAR AL CIELO SIN ALEJARSE DE LA TIERRA
Los verbos de la fiesta de la
ascensión tienen todos, de una manera implícita o explícita, el sentido de
elevación y nos invitan de este modo a mirar a lo alto, a elevar el
corazón, a dirigir los ojos al cielo, a trasladar nuestro corazón al lugar
donde se encuentra Cristo a la derecha del Padre. Así, la solemnidad de la
ascensión nos revela nuestra pertenencia, ya desde ahora, a la Jerusalén
celestial, nuestro habitar en el cielo, “todavía no” con el cuerpo, pero sí
“ya” con el espíritu y el corazón.
Cristo, al ascender al cielo,
se llevó consigo el trofeo de su victoria sobre la muerte: su humanidad
glorificada, la naturaleza que tiene en común con nosotros, con sus
hermanos de carne y de sangre. Nos ha hecho prisioneros, dice Pablo. ¿Cómo
lo ha hecho? Ha hecho prisionero nuestro corazón ligando a El nuestro
deseo, nuestro amor; en efecto, el corazón se encuentra allí donde se
encuentra el objeto que ama. “Si me amarais -afirma incesantemente Jesús-,
os alegrarías de que suba al Padre”.
En la medida en que nos
humillemos y muramos con él, ascenderemos con él al Padre, seremos
liberados de la esclavitud y llegaremos a ser hombres cada vez más libres.
La espera del Cristo glorioso puede resultar difícil si sólo tenemos en
cuenta los acontecimientos dolorosos de la vida humana, de la historia; sin
embargo, es preciso cultivar, como lo hacían las primeras generaciones
cristianas, el sentido de la inminencia. Nuestros ojos deben saber mirar al
cielo sin alejarse de la tierra; más aún, recogiendo a los hermanos de sus
dispersiones, para hacer converger también sus miradas hacia lo alto.
Nuestra manera de trabajar y de cansarnos debería permitirnos también
reposar ya con Cristo en el cielo. Nuestro modo de vivir, de sufrir, de
morir, debería manifestar con claridad que el misterio de la redención se
va cumpliendo en nosotros.
|
ORACION (3)
|
Nosotros, viajeros por
los senderos del mundo, suspiramos por revestirnos con esa túnica de luz
sin ocaso que tú mismo, Señor, nos has preparado en tu amor. Haz que no se
pierda nada de todo lo que, por gracia, has derramado como don en nuestras
pobres manos. Que la fuerza de tu Espíritu plasme en nosotros el hombre
nuevo revestido de mansedumbre y de humildad.
Te rogamos que no
permitas que nos mostremos sordos a tus palabras de vida, porque si no te
seguimos a ti y no nos confiamos al poder de tu nombre, nadie más podrá
salvarnos. Que tu Espíritu triture todos los ídolos que todavía detienen y
obstaculizan nuestro camino. Que nada ni nadie pueda aprisionar nuestro
corazón en esta tierra. Haz que, dirigiendo la mirada a ti y a tu Reino,
consigamos ojos para ver por doquier los prodigios de tu amor.
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FUENTES DE LA PAGINA
ESTA PERMITIDO EL RE-ENVIO, LA
COPIA Y LA PUBLICACIÓN DE ESTA PAGINA, SOLO NO OLVIDE DE INDICAR EL AUTOR Y
LAS FUENTES DE ORIGEN
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La Página de la Misa Diaria, está preparada y es
enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un
servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia.
Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio,
dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo
“Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario
de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o
Biblia de Jerusalén (SBJ),
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Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio
Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de
Santa M. Magdalena ocd.
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caminandoconjesus@vtr.net
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