MISA DIARIA DE CAMINANDO CON JESUS

"La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)

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30-05-2024

Edición Nº 9.624

LITURGIA DE   LAS HORAS  

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ANTÍFONA DE ENTRADA    Rom 5, 5; cf. 8, 11

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA     

Dios nuestro, que elevas a tus servidores fieles a la gloria de los santos, concédenos que el Espíritu Santo nos encienda con aquel fuego que penetró admirablemente el corazón de san Felipe Neri. Por nuestro Señor Jesucristo...

LECTURA  1 Ped 2, 2-5. 9-12

Lectura de la Primera carta del Apóstol san Pedro.

Queridos hermanos: Como niños recién nacidos, deseen la leche pura de la Palabra, que los hará crecer para la salvación, ya que han gustado qué bueno es el Señor. Al acercarse a él, la piedra viva, rechazada por los hombres pero elegida y preciosa a los ojos de Dios, también ustedes, a manera de piedras vivas, son edificados como una casa espiritual, para ejercer un sacerdocio santo y ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo. Ustedes son una “raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido” para anunciar las maravillas de Aquél que los llamó de las tinieblas a su admirable luz. Ustedes, que antes “no eran un pueblo, ahora son el Pueblo de Dios”; ustedes, que antes “no habían obtenido misericordia, ahora la han alcanzado”. Queridos míos, yo los exhorto, como a gente de paso y extranjeros: no cedan a los deseos carnales que combaten contra el alma. Observen una buena conducta en medio de los paganos y así, los mismos que ahora los calumnian como a malhechores, al ver sus buenas obras, tendrán que glorificar a Dios el día de su visita.

Palabra de Dios.

Comentario: La imagen de “extranjeros en la tierra” alude a la condición del creyente en un medio ambiente hostil o indiferente. A todos nos habrá ocurrido alguna vez sentirnos “sapo de otro pozo”, o darnos cuenta de que éramos señalados a causa de nuestra fe. La postura del autor de esta carta es clara: simplemente, demos testimonio con nuestra conducta en la sociedad en la que nos toque estar.

SAL 99, 1b-5

R. ¡Aclame al Señor toda la tierra!

Aclame al Señor toda la tierra, sirvan al Señor con alegría, lleguen hasta él con cantos jubilosos. R.

Reconozcan que el Señor es Dios: Él nos hizo y a él pertenecemos; somos su pueblo y ovejas de su rebaño. R.

Entren por sus puertas dando gracias, entren en sus atrios con himnos de alabanza, alaben al Señor y bendigan su Nombre. R.

¡Qué bueno es el Señor! Su misericordia permanece para siempre, y su fidelidad por todas las generaciones. R.

ALELUYA        Jn 8, 12

Aleluya. “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue tendrá la luz de la Vida”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO     Mc 10, 46-52

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Cuando Jesús salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo -Bartimeo, un mendigo ciego- estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: “¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!”. Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: “¡Hijo de David, ten piedad de mí!”. Jesús se detuvo y dijo: “Llámenlo”. Entonces llamaron al ciego y le dijeron: “¡Ánimo, levántate! Él te llama”. Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él. Jesús le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?”. Él le respondió: “Maestro, que yo pueda ver”. Jesús le dijo: “Vete, tu fe te ha salvado”. En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino.

Palabra del Señor.

Comentario: “Hay muchos que creen ver y por eso mismo están ciegos. Pensamos tener todas las respuestas, y dejamos a Jesús al borde del camino en vez de seguirlo. Para dejar de ser ciegos hay que aceptar que tenemos necesidad de Dios. La vista recuperada es el comienzo de un camino vocacional, es decir, de la respuesta a un llamado explícito de Dios, que nos invita a ir tras los pasos de Jesús” (Sergio Briglia, “Evangelio de Marcos”, en Comentario Bíblico Latinoamericano, Ed. Verbo Divino).

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS        

Señor, te ofrecemos este sacrificio de alabanza; concédenos que, siguiendo el ejemplo de san Felipe, estemos siempre dispuestos, con alegría, a glorificar tu Nombre y a servir a los hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN        Jn 15, 9

“Así como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes, dice el Señor; permanezcan en mi amor”. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Saciados con el pan del cielo, te suplicamos, Padre, que imitando el ejemplo de san Felipe, anhelemos siempre el alimento que nos da la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.

  REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“¡Animo, levántate! Él te llama”.

Mc 10, 46-52

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.      BARTIMEO, UN MENDIGO CIEGO

Este relato lo encontramos en el evangelio según San Marcos y según San Mateo, la diferencia está en que Mateo pone la curación de dos ciegos, y Marcos de uno. Otra diferencia es que Marcos es el único que da el nombre de éste: Bartimeo; como su nombre indica, hijo de Timeo, acaso una traducción.

San Mateo-San Marcos dice que el milagro tiene lugar al salir Jesús de Jericó, san Lucas al acercarse a Jericó. Se han propuesto varías teorías para armonizar esto. Ni San Mateo ni San Marcos dan tampoco grandes precisiones: el ciego estaba sentado junto al camino, sugiriendo que fuera de la ciudad, pues el ciego, curado, seguía a Jesús por el camino, y la curación la pone a la salida de Jericó - San Marcos -. Son las conocidas divergencias redaccionales de encuadramiento literario.

2.      JESÚS, HIJO DE DAVID, TEN PIEDAD DE MÍ

El ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna, - el hijo de Timeo - Bartimeo, un mendigo ciego--- Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía. El ciego, no conocía a Jesús, por supuesto él no lo había visto antes. Es así como él pregunta porque tanta gente. Así fue como él se enteró de que pasaba Jesús, el Nazareno. Sin embargo el grita; - Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí -. Cabe entonces una pregunta ¿Por qué llama a Jesús así? Un ciego ve la luz del mundo.

El llamarle Hijo de David es título mesiánico. A estas alturas ya se había corrido la creencia en el mesianismo de Jesús. Los tres sinópticos recogen esta aclamación.

3.      “¡ANIMO, LEVÁNTATE! EL TE LLAMA”.

Jesús, no solo está atento a atendernos para aliviar nuestros padecimientos, además él no deja de llamarnos aún en medio de la oscuridad, habla de corazón a corazón; en oírle está todo nuestro bien. Y cuando Jesús llama, todo cambia.

Hay que estar atento del paso de Jesús por nuestra vida,  en este relato el ciego estaba sentado junto al camino y el paso del Señor le cambio la vida, lo transformo en un hombre nuevo. Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia Él. "¡Ánimo! ¡Levántate! Él te llama".

Ciertamente, muchas veces nos hace falta ese “ánimo animoso” tan teresiano para ser como Bartimeo, ante este llamado donde se puso de pie de un salto y fue hacia Jesús.  Teresa de Jesús, nos dice: Harto gran misericordia hace a quien da gracia y ánimo para determinarse a procurar con todas sus fuerzas este bien; porque si persevera, no se niega Dios a nadie; poco a poco va habilitando Él el ánimo para que salga con esta victoria. (Vida 1, 4.5.)

4.      ¿QUÉ QUIERES QUE HAGA POR TI?

Quizás como muchos judíos, sabían que el Mesías nacería de la estirpe de David, ¿pero cómo iba a saber que era El que pasaba por allí? Como sería que los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte. Pero él no se acobardó, como sabiendo que la fe que lucha, es la que triunfa por sobre los obstáculos.

Jesús, oye y se detiene a la voz del que lo llama con fe y así es como mira a los que lo invocan. Entonces, Jesús deteniéndose manda que le traigan a este hombre que le había llamado y cuando estuvo cerca le pregunta; ¿Qué quieres que haga por ti? La pregunta se la hace por su natural misericordia y para que los presentes vean que el ciego no pedía limosna, sino que la gracia divina y lo hacía con fe. Entonces cuando el ciego expuso su petición, Maestro, que yo pueda ver, Jesús le dice: Vete, tu fe te ha salvado.

5.      LAS PALABRA DE JESÚS, SE TRANSFORMAN EN LUZ PARA LOS CIEGOS

Los beneficios del Señor se obtienen por la fe y según sea esta es la gracia que se recibe. Mientras más abras la ventana de tu corazón, más luz entrará. Las palabra de Jesús, se transforman en luz para los ciegos.

El Evangelio continúa; En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino. En el mismo momento, el ciego recuperó la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios. Un doble beneficio gana el ciego, la vista y la fe en Dios, esto es, termina con su ceguera corporal y aumenta su fe en el Señor. Al ver esto, todo el pueblo alababa a Dios.

Muchos son los que desconocen la luz y viven en las tinieblas, pero quien se acerca a la verdadera Luz, esto es a Jesús, verá la luz eterna.

6.      MIENTRAS MÁS SE CLAME O MÁS SE PIDA, MAS SE RECIBE

El ciego nos demuestra que mientras más se clame o más se pida, más se recibe. Así como cuando insistimos en la oración con toda nuestra vehemencia, Dios se detiene en nuestro corazón y recobramos la vista perdida.

Pero él gritaba más fuerte, dice el Evangelio, para que se oiga por sobre el ruido que produce el tumulto, así nuestra oración debe oírse por sobre todo lo demás, con insistencia, por encima de la ceguera que nos rodea, para que el mundo sea testigo de la luz de Jesús.

La fe salvo al ciego, y la fe puede salvarnos a nosotros, siempre que nuestra fe sea como la del ciego, confiada, firme y perseverante.

Y cuando recibamos beneficios del Señor, seamos como el ciego de Jericó, que recobro la vista y siguió glorificando a Dios.

Jesús, siempre estará esperando que acudamos a Él, si le llamamos siempre vendrá nosotros a iluminarnos.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

PARA LA LECTIO DIVINA  (3)

 

LA BONDAD MISERICORDIOSA DE JESÚS, QUE NOS HA HECHO COMPRENDER QUE DIOS ES PADRE

La bondad misericordiosa de Jesús, que nos ha hecho comprender que Dios es Padre, nos ha abierto unos ojos limpios para reconocer todo esto. Jesús está dispuesto a abrirnos los ojos si, como Bartimeo, somos capaces de gritarle: « ¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!». Este ciego, en realidad, «ha visto bien», puesto que se ha dirigido a aquel que podía resolver su problema. Lo ha hecho con insistencia, superando las resistencias de la gente. Obtiene la vista física, pero también un mayor conocimiento de quién es Jesús, al que sigue después: «Y al momento recobró la vista y le siguió por el camino».

Nosotros, antes que nada, debemos convencernos de que somos ciegos o, al menos, de que tenemos cataratas en los ojos. Necesitamos que el Señor nos restituya la vista para ver el bien, para admirar su obra de amor, para ser cada vez más poetas que cantan la vida y admiran el cielo, espejo de la belleza y del amor divinos.

ORACION (3)

 

Bendice al Señor, alma mía:

¡Señor, Dios mío, qué grande eres!

Vestido de majestad y de esplendor,

envuelto en un manto de luz,

tú despliegas los cielos como una tienda

y construyes tus aposentos sobre las aguas;

haces de las nubes tu carroza,

avanzas sobre las alas del viento;

tomas a los vientos por mensajeros,

a las llamas ardientes por servidores.

Asentaste la tierra sobre sus cimientos

y permanecerá inconmovible por siempre;

le pusiste el océano como vestido

y las aguas cubrían los montes.

Pero a tu bramido, las aguas huyeron;

al fragor de tu trueno, se retiraron:

subieron a los montes, bajaron por los valles,

ocuparon el lugar que tú les señalaste.

Les pusiste una frontera que no deben pasar,

para que no vuelvan a cubrir la tierra.

De los manantiales sacas los ríos

que corren entre las montañas;

en ellos beben todas las bestias del campo

y los asnos salvajes apagan su sed.

En sus riberas anidan las aves del cielo,

que dejan oír su canto entre las frondas.

Desde tus aposentos riegas las montañas,

con tu acción fecundas la tierra.

Haces brotar la hierba para el ganado

y las plantas que el hombre cultiva

para sacar el pan de la tierra

y el vino que alegra a los hombres,

el aceite que hace brillar su rostro

y el alimento que los conforta.

Los árboles del Señor quedan bien regados,

los cedros del Líbano que él plantó.

En ellos anidan los pájaros,

en su copa pone su morada la cigüeña;

en los riscos habitan las cabras monteses,

en las rocas tienen su madriguera los tejones.

Hiciste la luna para marcar los tiempos

y el sol que conoce el momento de su ocaso;

derramas las tinieblas y llega la noche,

en la que rondan las fieras de la selva;

los leoncillos rugen por la presa,

pidiéndole a Dios su comida.

Sale el sol y ellos se retiran,

van a sus guaridas a tumbarse.

El hombre entonces se dirige a su faena,

a su trabajo, hasta el caer de la tarde.

¡Cuántas son tus obras, Señor!

Todas las hiciste con sabiduría,

la tierra está llena de tus criaturas.

Ahí está el vasto y anchuroso mar,

hervidero de animales incontables, grandes y pequeños.

Lo surcan los navíos y, también, el Leviatán,

a quien formaste para que jugase en él.

Todos, Señor, están pendientes de ti

y esperan que les des la comida a su tiempo.

Tú se la das y ellos la toman,

abres tu mano y quedan saciados.

Más si ocultas tu rostro, se estremecen;

si retiras tu soplo, expiran y vuelven al polvo.

Envías tu espíritu, los creas

y renuevas la faz de la tierra.

Gloria al Señor por siempre,

pues el Señor se alegra por sus obras.

El Señor mira a la tierra y ella tiembla,

toca las montañas y echan humo.

Cantaré al Señor toda mi vida,

tocaré para mi Dios mientras exista.

¡Ojalá le sea agradable mi canto!

Yo pondré mi alegría en el Señor.

¡Que se acaben los pecadores en la tierra,

que los malvados dejen de existir!

¡Bendice al Señor, alma mía! ¡Aleluya!

(Salmo 104).

 

FUENTES DE LA PAGINA

 

La Pagina de la Misa Diaria, esta preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),

(3) Para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.

 

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