MISA DIARIA DE CAMINANDO CON
JESUS
"La Eucaristía es fuente
y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11)
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4-06-2024
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Edición Nº 9.628
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LITURGIA DE LAS HORAS
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ANTÍFONA DE ENTRADA
Señor, yo confío en tu misericordia; que mi corazón se alegre porque
me salvaste. Cantaré al Señor, porque me ha favorecido.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, que meditando sin cesar las
realidades espirituales, llevemos a la práctica en palabras y obras, cuanto
es de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos.
LECTURA 2 Ped 3, 11-15. 17-18
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro.
Hermanos: ¡Qué santa y piadosa debe ser la conducta de ustedes,
esperando y acelerando la venida del Día del Señor! Entonces se consumirán
los cielos y los elementos quedarán fundidos por el fuego. Pero nosotros,
de acuerdo con la promesa del Señor, esperamos un cielo
nuevo y una tierra nueva donde habitará la justicia. Por eso,
queridos hermanos, mientras esperan esto, procuren vivir de tal manera que
él los encuentre en paz, sin mancha ni reproche. Tengan en cuenta que la
paciencia del Señor es para nuestra salvación. Hermanos míos, ustedes están
prevenidos. Manténganse en guardia, no sea que, arrastrados por el extravío
de los que hacen el mal, pierdan su firmeza. Crezcan en la gracia y en el
conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea la gloria,
ahora y en la eternidad!
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Al concluir la segunda carta de Pedro, se exhorta a vivir en
santidad, como una forma de apresurar la venida del Señor. De este modo el
autor sostiene que en esa espera, hay que vivir y trabajar para que el
mundo camine por senderos de paz, de honestidad y reconciliación.
SALMO Sal 89,
2-4. 10. 14. 16
R. ¡Tú eres nuestro refugio, Señor!
Antes que fueran engendradas las montañas, antes que nacieran
la tierra y el mundo, desde siempre y para siempre, tú eres Dios. R.
Tú haces que los hombres vuelvan al polvo, con sólo decirles:
“Vuelvan, seres humanos”. Porque mil años son ante tus ojos como el día de
ayer, que ya pasó, como una vigilia de la noche. R.
Nuestra vida dura apenas setenta años, y ochenta, si tenemos
más vigor: en su mayor parte son fatiga y miseria, porque pasan pronto, y
nosotros nos vamos. R.
Sácianos en seguida con tu amor, y cantaremos felices toda
nuestra vida. Que tu obra se manifieste a tus servidores, y que tu
esplendor esté sobre tus hijos. R.
ALELUYA Cfr.
Ef 1, 17-18
Aleluya. El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestros
corazones, para que podamos valorar la esperanza a la que hemos sido
llamados. Aleluya.
EVANGELIO Mc
12, 13-17
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Le enviaron a Jesús unos fariseos y herodianos para
sorprenderlo en alguna de sus afirmaciones. Ellos fueron y le dijeron:
“Maestro, sabemos que eres sincero y no tienes en cuenta la condición de
las personas, porque no te fijas en la categoría de nadie, sino que enseñas
con toda fidelidad el camino de Dios. ¿Está permitido pagar el impuesto al
César o no? ¿Debemos pagarlo o no?”. Pero él, conociendo su hipocresía, les
dijo: “¿Por qué me tienden una trampa? Muéstrenme un denario”. Cuando se lo
mostraron, preguntó: “¿De quién es esta figura y esta inscripción?”.
Respondieron: “Del César”. Entonces Jesús les dijo: “Den al César lo que es
del César, y a Dios, lo que es de Dios”. Y ellos quedaron sorprendidos por
la respuesta.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
La pregunta de los fariseos y herodianos tiene sabor a
hipocresía y engaño. La respuesta de Jesús “a Dios lo que es de Dios”
significa que Dios no se identifica con ningún proyecto político en
particular, sino con todos aquellos que se identifiquen con las necesidades
del pueblo.
ORACIÓN SOBRE LAS
OFRENDAS
Al celebrar estos misterios con la debida reverencia, te suplicamos,
Señor, que los dones ofrecidos para tu gloria nos obtengan la salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUN IÓN
Sal 9, 2-3
Proclamaré todas tus maravillas; quiero alegrarme y regocijarme en
ti y cantar himnos a tu nombre, Altísimo.
O bien: Jn 11, 27
Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía
venir al mundo.
ORACIÓN DES PUÉS DE LA
COMUN IÓN
Dios todopoderoso, concédenos alcanzar la salvación eterna, cuyo
anticipo hemos recibido en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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REFLEXIÓN
BÍBLICA
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“Dar a Dios lo que es de
Dios.”
Mc 12, 13 -17:
Autor: Pedro Sergio Antonio
Donoso Brant
1. ESTA FUE UNA INSIDIA
FARISAICA BIEN PREMEDITADA.
San Mateo y San Marcos tienen
una narración muy semejante, también la trae el Evangelio de san Lucas. La
mención de los “herodianos” lleva preferentemente a situar la escena en la
época galilea. La pregunta no sólo era capciosa, sino especialmente comprometida
en aquella época de exaltación mesiánico-política de independencia de Roma
y de los “zelotes.” Admitir pagar tributo al Cesar era enemistarle con el
pueblo. Negarlo era enemistarlo con las autoridades romanas y sanedritas, que lo utilizarían como halago a Roma.
La respuesta “Dad al Cesar lo
que es del Cesar, y a Dios lo que es de Dios” es una respuesta habilísima.
La tradición cristiana primitiva exigirá la obediencia a los poderes
constituidos (Rom 13:7; 1 Pe 2:13-14). El Estado tiene sus exigencias
legítimas, pero no al margen de Dios. Precisamente se ha de estar “sujetos
a toda ordenación humana por respeto a Dios” (1 Pe 2:13; Ap 17:Ι7-18).
La respuesta de Cristo tiene un enunciado “sapiencial.” También la
dominación romana, como castigo, contaba en el plan de Dios.
2. LAS INTRIGAS CONTRA CRISTO
CONTINUABAN.
Los fariseos le enviaron algunos
de los suyos, según san Mateo, discípulos suyos que eran estudiantes ya
aprovechados de la Ley, pero que aún no habían recibido el título oficial
de rabí. Estos jóvenes, que podrían aparentar más naturalidad, pero eran
los espías que le enviaron para sus oscuros propósitos.
Con ellos le enviaron también
una representación de herodianos. Estos eran los partidarios de la dinastía
de Herodes, por oposición a los partidarios de Antígono , lo mismo que
gentes palaciegas de esta dinastía, y que estaban en buenas relaciones con
la autoridad romana.
La pregunta podía encerrar un
problema moral para algún judío de conciencia recta. Como seguía teniendo
interés para las comunidades judeo-cristianas
antes de la catástrofe de los años 70, y, en sentido más general, para el
tema de la obediencia a la potestad civil (cf. Rom 13:6-7; 1 Pe 2:13). El
Señor de Israel era Dios.
3. PAGAR UN TRIBUTO A OTRO QUE
NO FUERA EL REPRESENTANTE DE DIOS
Pagar un tributo a otro que no
fuera el representante de Dios ¿No era renunciar a la teocracia sobre
Israel? Hasta hubo un levantamiento por este motivo. A la muerte de
Arquelao, bajo el procurador Coponius (6 d.C.),
Judas el Galileo (Act 5:37) armó una revuelta
echando en cara a los judíos que pagasen el tributo a los romanos y que
sufriesen otros señores mortales distintos de Dios. La pregunta está muy
bien ambientada en aquella época de zelotes. Se entendía por el impuesto
del censo todos los impuestos que habían de pagarse, en contraposición a
los impuestos aduaneros. Podría referirse a la capitación, que era el
tributo personal que debían pagar al César todas las personas, incluidos
los siervos; los hombres desde los catorce años, y las mujeres desde los
doce, hasta la edad de sesenta y cinco años para todos. Pero sería muy
probable que, por la palabra impuesto, se refiriese aquí a todos los
impuestos que los judíos tenían que pagar, directa o indirectamente, a
Roma, en contraposición al medio siclo que, por motivo religioso, se pagaba
al templo.
4. LA PREGUNTA CAPCIOSA QUE SE
HACÍA A CRISTO ERA DE GRAVEDAD EXTREMA.
Si decía que había que
pagarlo, iba contra el sentido teocrático nacional, pues sometía la
teocracia al Cesar y a Roma; aprobaba a los publicanos, estos eran muy
odiados por recaudar estas contribuciones; y hasta querían ponerlo en
contradicción consigo mismo, al admitir injerencias extranjeras en el
reinado mesiánico: él que se proclamaba Mesías.
5. PERO LA RESPUESTA DE CRISTO
FUE INESPERADA.
En el Evangelio según san
Mateo se refleja, probablemente, mejor las palabras de Cristo: “Mostradme
la moneda del censo.” Aquí en san Marcos: “Traedme un denario para verlo.”
Le traen un denario. Talvez este denario podía
tener la imagen de Augusto o de Tiberio. Ya que las monedas del emperador
anterior tenían curso válido en el del siguiente. Lo interesante es que
pertenecía al Cesar.
Los judíos usaban las monedas
romanas en su nación, por lo que reconocían de hecho el dominio sobre ellos
del Cesar. La moneda extranjera se tenía por señal de sujeción a un poder
extranjero. Por eso, si ellos reconocían este dominio de hecho, también de
hecho, por ser súbditos de un poder y gobierno, estaban obligados a las
relaciones que este gobierno les imponía. No sería eso para la nación
teocrática lo ideal, pero sí era una situación de hecho, un gobierno de
hecho, y de hecho había que cumplir con él las obligaciones exigidas por el
bien común. La Iglesia primitiva insistirá sobre estas obligaciones (Roma
13:7; 1 Pe 2:13-14) al poder constituido.
6. “DAR A DIOS LO QUE ES DE
DIOS.”
Los dirigentes de la nación
preferían esta situación y veían en ello una buena protección contra la
tiranía de Herodes. Ellos mismos rechazarán la realeza mesiánica de Cristo,
diciéndole a Pilato: “No tenemos más rey que al Cesar” (Jn 19:15). Era el
claro reconocimiento de la soberanía que el Cesar tenía en ellos, y de que
ellos se consideraban de hecho sus súbditos.
Pero si, por tanto, había que
dar “al Cesar lo que es del Cesar,” había otra obligación también en los
súbditos. Hay también que “dar a Dios lo que es de Dios.” En realidad, este
precepto abarca el otro, de sumisión al poder constituido, y en éste cobra su
fuerza aquél. Que den, pues, “a Dios lo que es de Dios,” no sólo en el
orden moral personal, sino en el colectivo de la nación, en cuanto las
exigencias teocráticas sean compatibles, en aspectos no esenciales, con las
determinaciones del poder que los tiene sometidos. Las obligaciones para
con el Cesar son temporales; las obligaciones para con Dios son
trascendentales. Fue una de estas enseñanzas definitivas de Jesucristo con
una gran repercusión social-estatal.
7. ¿DEBEMOS OBEDECER A LOS QUE
NOS GOBIERNAN?
El Maestro nos enseña que
debemos obedecer a los que nos gobiernan, cuando lo hacen según la ley
moral. San Hilario de Poitiers comenta: “¡Oh respuesta verdaderamente
admirable y claridad absoluta de la palabra celestial! Todo está allí
medido, entre el desprecio del mundo y la ofensa al César (Mt 22,21).”
Declarando que es necesario “dar al César lo que es del César”, libra a los
espíritus consagrados a Dios de toda preocupación y deber humano.
En efecto, si nada de lo que
pertenece al César se retiene en nuestras manos, nosotros no quedamos
ligados por la obligación de devolverle las cosas que son suyas. “Si, por
el contrario, nos dedicamos a sus cosas y nos sometemos al cuidado del
patrimonio ajeno, no es injusticia devolver al César lo que es del César, y
tener que dar a Dios las cosas que son suyas como el cuerpo, el alma, la
voluntad. “Es Dios, en efecto, quien da y acrecienta todos los bienes que
tenemos y, por consiguiente, es completamente justo devolver todo esto a
Dios; a quien, según se nos recuerda, debemos su origen y progreso
(Comentario al Evangelio de San Mateo 23,2).
El
Señor les Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
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PARA LA LECTIO DIVINA (3)
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DAR
A DIOS Y AL CÉSAR LO QUE LE CORRESPONDE A CADA UNO
Esperar y apresurar el día
del Señor. Dar a Dios y al césar lo que le corresponde a cada uno. En estas
imágenes encontramos descrita la vida del cristiano. Esta es, antes que
nada, acontecimiento de espera, anuncio de que el Esposo no ha llegado
todavía, nostalgia de un amor más grande que todo afecto humano, como un
deseo extinguido... Pero, al mismo tiempo, el creyente vive y celebra cada
día como día del Señor, indica en él la presencia misteriosa del Esposo,
expresa la alegría del encuentro con él, del deseo inextinguible. Algo así
como una espera que se realiza y se vuelve cada vez más intensa y acelera
en cierto modo la venida del Señor. Por eso el cristiano no se evade del
mundo ni de la historia, sino que está bien implantado en ellos,
precisamente para indicarle al mismo mundo lo que hay en él de Dios y debe
volver a El, o bien, lo que en el corazón humano
pertenece al Altísimo y sólo en él encuentra la paz, y también lo que es
corruptible y tiene que ser abandonado; lo que es bello, pero con una belleza
que pasa; aquello que tal vez pueda atraer al corazón hecho de carne, pero
no lo puede llenar del todo después. No por desprecio a lo humano, sino -al
contrario- para darle a todas las realidades su justo peso y mantener viva
la esperanza del «día de Dios», en el que todo lo terreno (afectos y
esperanzas, debilidades y angustias...) se fundirá en el fuego del amor
eterno. Y habrán «unos cielos nuevos y una tierra nueva»...
|
ORACION (3)
|
Señor,
Dios de la historia, Eterno sin tiempo, te alabo porque has creado también
nuestra historia y nuestro tiempo. Ambos te pertenecen y están repletos de
ti. De ti proceden y a ti deben volver, del mismo modo que nuestra persona,
con todo lo más humano que posee, como el deseo de vivir y de amar...
Cuando llevamos a cabo tal recorrido y confesamos que, verdaderamente, tú
eres la fuente y el término de lo que somos y tenemos, nuestro tiempo entra
en tu eternidad y nuestra historia se convierte en historia de salvación,
al tiempo que la vida celebra tu soberanía y la muerte es como una vuelta a
casa.
Perdóname,
Dios, que haces nuevas todas las cosas, por todas las veces que he
pretendido apropiarme de mi tiempo y no he sabido esperar la novedad de tu
día; por todas las veces que no he sabido reconocer tu imagen en las cosas
y he dirigido hacia mí lo que hubiera debido «devolverte». En esas
ocasiones, en vez de soñar con «unos cielos nuevos y una
tierra nueva» y reconocer el alborear de tu día, he preferido
ilusiones inmediatas y satisfacciones más seguras en apariencia, gustos y
sabores ya conocidos y ya viejos, aunque sólo para encontrar al final
aburrimiento y frustración, o ese regusto doloroso del placer que se repite
por inercia, tristemente semejante a sí mismo.
«Maestro,
tú que eres sincero», enséñame a esperar el día de Dios y, mientras lo espero,
«a dar a Dios lo que es de Dios»: todos los latidos de mi corazón, cada
aliento de mi vida.
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FUENTES DE LA PAGINA
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La Pagina de la Misa Diaria, esta
preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant ocds, desde Santiago de
Chile, como un servicio de apostolado, amor por Nuestro Señor Jesucristo y
por la Iglesia. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este
servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.
Nota: Para la Liturgia de la
Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el
estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia
Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ),
(3) Para la Lectio Divina, Lectio
Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra
(Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.
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