“¡ALÉGRENSE CON JERUSALÉN Y
REGOCÍJENSE”…… “LA MANO DEL SEÑOR SE MANIFESTARÁ A SUS SERVIDORES”….. “¡ACLAME
AL SEÑOR TODA LA TIERRA! ¡CANTEN LA GLORIA DE SU NOMBRE!”…. “DIGAN AL SEÑOR:
“¡QUÉ ADMIRABLES SON TUS OBRAS!”……. “YO SÓLO ME GLORIARÉ EN LA CRUZ DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO”…. “¡VAYAN! YO LOS ENVÍO COMO A OVEJAS EN MEDIO DE
LOBOS”….. “DIGAN A LA GENTE: ‘EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA DE USTEDES’”. Reflexión desde las Lecturas del XIV Domingo del Tiempo
Ordinario, Ciclo C Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant 1 ¡VAYAN!
YO LOS ENVÍO
¡Vayan! Yo los envío”, pónganse en camino. Todo cristiano es
misionero. Bautizado y confirmado, es enviado por Cristo al mundo para ser
testigo suyo. En cualquier situación o circunstancia, en cualquier época o
ambiente, el cristiano es un enviado, va en nombre de Cristo, para hacerle
presente, para ser sacramento suyo. Y las palabras de Jesús revelan la
urgencia de esta misión ante las inmensas necesidades del mundo y, sobre
todo, por el anhelo de su corazón. ¿Me veo a mí mismo como un enviado de
Cristo en todo momento y lugar? No lleven dinero, ni provisiones, ni calzado. El que va en nombre
de Cristo se apoya en el poder del Señor. Su autoridad no viene de sus
cualidades, ni su eficacia de los medios de que dispone. Al contrario, su ser
enviado se pone de relieve en su pobreza, y el poder del Señor se manifiesta en
la desproporción de los medios: «No tengo oro ni plata, te doy lo que tengo:
en nombre de Jesucristo, echa a andar» (Hech 3,6), Lo más contradictorio con
el apóstol es la búsqueda de seguridades fuera de Cristo. El que trabaja merece su salario. En este contexto la expresión
“el que trabaja merece su salario” significa “coman y beban de lo que
tengan”, es decir, vivid de limosna. Una Iglesia que no es pobre no es ya Les he dado poder para vencer todas las fuerzas del enemigo. Les
he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas
las fuerzas del enemigo. Una Iglesia que va en nombre de Cristo, pobre
apoyada sólo en él, no tiene motivos para asustarse ni desanimarse ante el
mal. Con las armas de Cristo –no las de este mundo: 1 Cor 2,1-5; 2 Cor
10,4-5– ha recibido poder para combatir y vencer el mal. 2 PRIMERA
LECTURA Is 66, 10-14
A través de las imágenes del cuidado y las actitudes maternales, se
describe el tiempo de restauración del pueblo y de Jerusalén, mostrando así
la grandiosidad de un Dios dispuesto a dar la vida y de cuidarla, así como la
madre amamanta, acaricia y consuela a sus hijos. Lectura del libro de Isaías. ¡Alégrense con Jerusalén y
regocíjense a causa de ella, todos los que la aman! ¡Compartan su mismo gozo
los que estaban de duelo por ella, para ser amamantados y saciarse en sus
pechos consoladores, para gustar las delicias de sus senos gloriosos! Porque
así habla el Señor: Yo haré correr hacia ella la prosperidad como un río, y
la riqueza de las naciones como un torrente que se desborda. Sus niños de
pecho serán llevados en brazos y acariciados sobre las rodillas. Como un
hombre es consolado por su madre, así Yo los consolaré a ustedes, y ustedes
serán consolados en Jerusalén. Al ver esto, se llenarán de gozo, y sus huesos
florecerán como la hierba. La mano del Señor se manifestará a sus servidores,
y a sus enemigos, su indignación. Palabra de Dios. 2.1 LA MANO DEL SEÑOR SE MANIFESTARÁ A SUS SERVIDORESLa perspectiva del nacimiento de una nueva nación debe constituir la
alegría de todos los que esperaban en las promesas del Señor; “¡Alégrense
con Jerusalén y regocíjense a causa de ella, todos los que la aman!”. Se
acerca la hora del triunfo, y por ello deben participar de su alegría los que
en otro tiempo participaron en su duelo; “¡Compartan su mismo gozo los que estaban
de duelo por ella”. A Jerusalén se la presenta como una madre generosa que ofrece sus
pechos para que se sacien de su alegría sus habitantes: para mamar, del pecho
de sus consolaciones., de su gloria; “para ser amamantados y saciarse en sus
pechos consoladores, para gustar las delicias de sus senos gloriosos!” Jerusalén
ha sido “consolada,” y deben sus ciudadanos participar de estas
consolaciones proporcionadas por el Señor, y con ello la gloria, de la que
también ellos deben participar. Jerusalén, que ha sufrido tanto, está ahora
como embriagada de consuelo al sentirse vindicada bajo la protección del
Señor. Y se especifican esas consolaciones, y la primera de ellas, “la
prosperidad”; “Porque así habla el Señor: Yo haré correr
hacia ella la prosperidad como un río”. Jerusalén, siempre en tensión
con las invasiones de sus enemigos, va a sentir por primera vez la máxima
consolación, la prosperidad, que trae la paz total como consecuencia de un
nuevo estado de cosas. Y con ella vendrá la gloria de las naciones; “y
la riqueza de las naciones como un torrente que se desborda”, sus
riquezas y tesoros. Y sobre todo vendrán los hijos de Sión que se hallan
dispersos y: “Sus niños de pecho serán llevados en brazos y acariciados sobre las
rodillas” Es la misma profecía que hemos visto en Isaías 60:4. Los gentiles
llevarán a los judíos, acariciándolos como niños de pecho sobre su seno. El
Señor mismo consolara personalmente a los israelitas como lo hace una madre
con su hijo. Jerusalén será motivo de consuelo para sus habitantes: “Como
un hombre es consolado por su madre, así Yo los consolaré a ustedes, y
ustedes serán consolados en Jerusalén”. Ante este espectáculo, los
ciudadanos de Sión sentirán que sus huesos reverdecerán como la hierba; “Al
ver esto, se llenarán de gozo, y sus huesos florecerán como la hierba. Es
la consecuencia de la alegría profunda que siente. La tristeza seca los
huesos, según repetidamente se dice en la Biblia (4 Cf. Sal 31:10; 32:3. La alegría vivifica: Is 44:34), y, al
contrario, el gozo y la satisfacción los vivifican, como se vivifican las
hierbas con la humedad. Y todo ello como consecuencia de que la mano del Señor se dará a
conocer a sus siervos; “La mano del Señor se manifestará a sus
servidores, y a sus enemigos, su indignación”, su omnipotencia (la
mano del Señor) se manifestará plenamente en la inauguración de la nueva era
mesiánica, castigando con furor a sus enemigos. Es la contrapartida. Los
justos serán felices, mientras que los impíos, que se opusieron como enemigos
a la manifestación de Dios, serán duramente castigados. 3 SALMO
Sal 65, 1-3. 4-7. 16. 20
R. ¡Aclame al Señor toda la
tierra! ¡Aclame al Señor toda la
tierra! ¡Canten la gloria de su Nombre! Tribútenle una alabanza gloriosa,
digan al Señor: “¡Qué admirables son tus obras!”. R. Toda la tierra se postra ante
ti, y canta en tu honor, en honor de tu Nombre. Vengan a ver las obras del
Señor, las cosas admirables que hizo por los hombres. R. Él convirtió el mar en tierra
firme, a pie atravesaron el río. Por eso, alegrémonos en Él, que gobierna
eternamente con su fuerza. R. Los que temen al Señor, vengan
a escuchar, yo les contaré lo que hizo por mí. Bendito sea Dios, que no
rechazó mi oración ni apartó de mí su misericordia. R. 3.1 ¡ACLAME AL
SEÑOR TODA LA TIERRA!
Este salmo es un himno de
alabanza al Señor y una acción de gracias colectiva, el poeta invita a todos
los pueblos a alegrarse por las maravillas realizados por el Señor en favor de
su pueblo. Recordemos que el paso del mar Rojo y paso del Jordán habían
quedado en la épica popular de Israel como símbolo del poder de Dios
desplegado en favor del pueblo elegido. También puede haberse cantado por
haberles recientemente otorgado la liberación de un poderoso enemigo, esta
suposición se basa en que la nación se encontró en diversas ocasiones con
amenaza de su existencia como pueblo. En la entrada, el salmo nos
hace una invitación a alabar a Dios, “¡Aclame al Señor toda la tierra!, “Canten
la gloria de su Nombre! Tribútenle una alabanza”, como se hace en
otras composiciones salmódicas. El poeta invita a toda la
tierra a unirse en la alabanza al Dios poderoso, que obra prodigios
admirables. Sus obras reflejan su inmenso poder, ante El tienen que plegarse
sus enemigos, es decir, los que se oponen al pueblo de Dios en sus designios
providenciales históricos. “Toda la tierra se postra ante
ti, y canta en tu honor, en honor de tu Nombre” La omnipotencia
divina ha dominado y sometido a los que se oponían a sus designios sobre su
pueblo; si ellos quieren subsistir, tienen que humillarse y reconocer su
superioridad, halagándole para atraer su benevolencia. La expresión está
tomada de la costumbre de adular los pueblos vencidos al vencedor. En realidad,
toda la tierra ha sido testigo de los prodigios obrados por el Señor, y, por
tanto, también ella — por sus habitantes — debe sumarse a la glorificación de
su nombre, es decir, de la manifestación de su gloria entre todas las gentes,
ya que su nombre es el símbolo del poder supremo de la divinidad. “Vengan a ver las obras del
Señor, las cosas admirables que hizo por los hombres”, son los
prodigios del Señor. “Él convirtió el mar en tierra firme, a
pie atravesaron el Río. Por eso, alegrémonos en El, que gobierna eternamente
con su fuerza”. Son muchas las
gestas de Dios en favor de los hombres — aquí el pueblo elegido —, pero en la
épica popular de la historia de Israel destacaban las maravillas del paso del
mar Rojo y del Jordán. El poeta recuerda ambos situaciones admirables como
prenda de aún mayores o similares actos de protección hacia su pueblo. En
realidad, el Señor es siempre el mismo, pues domina por la eternidad, y, en
consecuencia, siempre está dispuesto a desplegar su poder contra las gentes que,
atacando al pueblo elegido, se oponen a sus designios históricos. Todos los
acontecimientos de la historia están sometidos a la marcha impuesta por el
Todopoderoso, conforme a su insondable sabiduría. “Los que temen al Señor, vengan
a escuchar, yo les contaré lo que hizo por mí: Bendito sea Dios, que no
rechazó mi oración ni apartó de mí su misericordia” Dios escucha la
súplica de los que a Él se dirigen. La experiencia de haber sido salvado por
el Señor le fuerza a declarar su gratitud hacia Él, para que los
conciudadanos se acojan a Él en los momentos de angustia. Públicamente, en la
asamblea solemne, quiere relatar el beneficio recibido para que sirva de
esperanza y estímulo a los que se hallen en similar situación. Canta el
salmista “Yo les contaré lo que hizo por mí: Bendito sea Dios”,
mostrando su alegría porque Dios le escuchó al ver En la sinceridad de su
corazón y por ello se manifestó una vez más su piedad para con sus fieles. Por todo lo que por nosotros hace también hoy el
Señor: ¡Aclame
al Señor toda la tierra! 4 SEGUNDA
LEC TURA Gál 6, 14-18
En este relato el Apóstol de su puño y letra nos recuerda que todo
orgullo debe estar centrado en la cruz de Cristo, en su muerte y sacrificio
por amor. No hay otra cosa de la cual gloriarse que no sea de participar en su
pasión y predicarla como único medio de salvación. Lectura de la carta del Apóstol
san Pablo a los cristianos de Galacia. Hermanos: Yo sólo me gloriaré
en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado
para mí, como yo lo estoy para el mundo. Estar circuncidado o no estarlo, no
tiene ninguna importancia: lo que importa es ser una nueva criatura. Que todos los que practican
esta norma tengan paz y misericordia, lo mismo que el Israel de Dios. Que
nadie me moleste en adelante: yo llevo en mi cuerpo las cicatrices de Jesús.
Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo permanezca con ustedes.
Amén. Palabra de Dios. 4.1 “YO SÓLO ME
GLORIARÉ EN LA CRUZ DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO”.
Este es la última parte de la carta a los Gálatas, en la que san Pablo
comienza diciendo “Miren con qué
grandes letras les escribo de mi propia mano”, (v.11), es decir, esta
parte fue redactada de su puño y letra y no utilizó lo que era normal por
aquel tiempo, el amanuense. Primeramente San Pablo, pone de manifiesto el
móvil bastante poco meritorio por el que actúan los predicadores judaizantes.
Han sido, sí, incorporados a Cristo por el bautismo, pero temen que sus
compatriotas judíos les persigan a causa de “la cruz de Cristo”; (Los
que quieren gloriarse en la carne, ésos os fuerzan a circuncidaros, sólo para
no ser perseguidos por la cruz de Cristo. Ni los mismos circuncidados guardan
la Ley, pero quieren que vosotros os circuncidéis para gloriarse en vuestra
carne. v.12-13), como están haciendo con Pablo (Pero yo, hermanos, si aún predicara la circuncisión, ¿por qué
soy aún perseguido? ¡Luego se acabó el escándalo de la cruz! Gál 5:11);
por eso, aunque ni ellos mismos “guardan
la Ley” e inducen a los gálatas a circuncidarse, con lo que aumentan el
número de prosélitos del judaísmo y se congracian con sus compatriotas
judíos, pudiendo gloriarse ante ellos “en
vuestra carne” (v.13), es decir, en el hecho de vuestra circuncisión. Se
ve que, llevados de su orgullo nacional y con miedo a las persecuciones, se
preocupan más de hacer discípulos para su pueblo que de hacerlos para Cristo.
No así Pablo; “Yo sólo me gloriaré en la cruz
de nuestro Señor Jesucristo”. Para San Pablo, sólo en “la cruz de Cristo” está la salud; “por
quien el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo”,
a cuya muerte ha sido incorporado por el bautismo (Gal 5:24), pudiendo con
toda razón decir; “por quien el mundo está crucificado”, esto es ha sido crucificado para el mundo
(el mundo de la carne y del pecado) y el mundo para él; “como yo lo estoy para el mundo”
pues no solamente hay entre ellos absoluta separación, como la que hay entre
un muerto y un vivo, sino que mutuamente se desprecian con ese desprecio que
inspira a su contrario un crucificado.. Ni la circuncisión ni la
incircuncisión le importan nada, sino únicamente que; “Estar circuncidado o no
estarlo, no tiene ninguna importancia: lo que importa es ser una nueva
criatura”, o lo que es lo
mismo, la nueva existencia sobrenatural a la que nacemos por nuestra
incorporación a Cristo. 4.2 “PAZ Y MISERICORDIA” San Pablo confesando valientemente la eficacia de la cruz de Cristo,
añade que la misma regla de vida han de seguir todos aquellos que quieran
participar de “la paz y misericordia” divinas, con todos los beneficios que
ello lleva consigo; “Que todos los que practican esta norma tengan
paz y misericordia, lo mismo que el Israel de Dios”. Esos beneficios
no son otros sino los beneficios mesiánicos, que han de recaer sobre los
descendientes de Abraham o “lo mismo que el Israel de Dios”,
en contraposición al Israel de la carne o el mundo. Parece que el Apóstol, con esa “paz y misericordia” sobre el “Israel
de Dios”, iba a poner ya punto final; pero en ese momento le vienen a
la mente las insidiosas manipulaciones con que los judaizantes atacaban su
condición de apóstol, de que trató de defenderse en la primera parte de la
carta, y prorrumpe en ese grito de desahogo muy propio de su temperamento: “Que
nadie me moleste en adelante”, poniendo en duda mi calidad de
apóstol, pues “yo llevo en mi cuerpo las cicatrices de Jesús”. Es una
alusión a la costumbre de grabar sobre la carne de los animales y de los
esclavos con un hierro candente una determinada señal para indicar que se
pertenecía a este o aquel amo, a esta o aquella divinidad. San Pablo no tiene otra marca que la de Cristo, de quien se declara
siervo (cf. 1:10), llevando en su cuerpo las cicatrices de los malos tratos
sufridos por El. Hecho este desahogo, que constituye una especie de
paréntesis, no queda sino el acostumbrado saludo final. “Hermanos, que la gracia de
nuestro Señor Jesucristo permanezca con ustedes” Así lo hace el
Apóstol, con la particularidad de que nuevamente vuelve a mencionar el “espíritu,”
como un último recuerdo a los gálatas de que, si quieren conseguir la salud,
no han de vivir según la carne, sino según el espíritu “permanezca con ustedes” 5 EVANGELIO
Lc 10, 1-12. 17-20
Lucas habla de la misión de los discípulos, que en este caso son 72,
aludiendo así a la versión griega del Antiguo Testamento, donde este número
corresponde al de las naciones consideradas paganas. También se habla de las
exigencias con que debe ser llevada a misión a los gentiles ante la proximidad
del reino, y del poder sobre el mal que se ha manifestado en los discípulos y
que viene de Jesús. Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo según san Lucas. El Señor designó a otros
setenta y dos, además de los Doce, y los envió de dos en dos para que lo
precedieran en todas las ciudades y sitios adonde Él debía ir. Y les dijo:
“La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño
de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío
como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni provisiones, ni
calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una
casa, digan primero: ‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’. Y si hay allí
alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario,
volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que
haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En
las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; sanen a
sus enfermos y digan a la gente: ‘El Reino de Dios está cerca de ustedes’.
Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas
y digan: ‘¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies,
lo sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está
cerca’. Les aseguro que en aquel Día, Sodoma será tratada menos rigurosamente
que esa ciudad”. Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo:
“Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre”. Él les dijo: “Yo
veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Les he dado poder para caminar
sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y
nada podrá dañarlos. No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les
sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo”. Palabra del Señor 5.1 LOS ENVIÓ
DE DOS EN DOS
“El Señor designó a otros
setenta y dos, además de los Doce, y los envió de dos en dos”, para que lo precedieran en todas las
ciudades y sitios adonde él debía ir. Jesús envío ahora un nuevo conjunto de
nuevos enviados, además de sus doce más íntimos, ellos van con la misma
finalidad evangélica. Con esto el Señor nos quiere enseñar que la misión de
evangelizar no es exclusiva de 5.2 RUEGUEN AL
DUEÑO DE LOS SEMBRADOS QUE ENVÍE TRABAJADORES PARA
|
…..
………