“TU
PUEBLO ESPERABA, A LA VEZ, LA SALVACIÓN DE LOS JUSTOS”…, “TÚ NOS CUBRISTE DE
GLORIA, LLAMÁNDONOS A TI”…..¡FELIZ EL PUEBLO QUE EL
SEÑOR SE ELIGIÓ COMO HERENCIA!”....... “LA FE ES LA GARANTÍA DE LOS BIENES QUE
SE ESPERAN, LA PLENA CERTEZA DE LAS REALIDADES QUE NO SE VEN”….."VENDAN
SUS BIENES Y DENLOS COMO LIMOSNA”….. “ACUMULEN UN
TESORO INAGOTABLE EN EL CIELO”….. “PORQUE ALLÍ DONDE
TENGAN SU TESORO, TENDRÁN TAMBIÉN SU CORAZÓN” Reflexión desde las Lecturas del XIX Domingo del Tiempo
Ordinario, Ciclo C Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant 1. UN
TESORO INAGOTABLE “Un tesoro inagotable”. Toda palabra de “Estén preparados”. La parábola siguiente nos recuerda una verdad esencial de la enseñanza
de Jesús: que Él va a volver y que hay que permanecer vigilantes, a la
espera. Los bienes materiales pueden hacernos olvidar lo único importante: ¡sería
trágico! Todo lo de aquí abajo es provisional, es relativo (cf. 1Cor
7,29-31). “Administrador fiel y previsor”. Mientras estamos en este mundo somos nada
más –¡y nada menos!– que administradores de los
bienes que Dios nos confía. Unos bienes que –empezando por la misma vida– no
nos pertenecen en propiedad y hemos de saber administrar con sensatez según
el querer de Dios. Sólo con sentido de eternidad podemos administrar
rectamente. Sólo a la luz de los bienes del cielo –los definitivos y eternos–
podemos valorar y usar justamente los de la tierra. 2. PRIMERA
LECTURA Sab 18, 5-9 Este texto del libro de la Sabiduría recuerda al pueblo los prodigios
obrados por Dios en su beneficio como la décima plaga en Egipto que exterminó
a los primogénitos y la liberación de la esclavitud, demostrando así ante sus
enemigos que Israel era hijo de Dios.
Lectura del libro de Como los egipcios habían
resuelto hacer perecer a los hijos pequeños de los santos —y de los niños expuestos
al peligro, uno solo se salvó— para castigarlos, Tú les arrebataste un gran
número de sus hijos y los hiciste perecer a todos juntos en las aguas
impetuosas. Aquella noche fue dada a conocer de antemano a nuestros padres,
para que, sabiendo con seguridad en qué juramentos habían creído, se
sintieran reconfortados. Tu pueblo esperaba, a la vez, la salvación de los
justos y la perdición de sus enemigos; porque con el castigo que infligiste a
nuestros adversarios, Tú nos cubriste de gloria, llamándonos a ti. Por eso,
los santos hijos de los justos ofrecieron sacrificios en secreto, y
establecieron de común acuerdo esta ley divina: que los santos compartirían
igualmente los mismos bienes y los mismos peligros; y ya entonces entonaron
los cantos de los Padres. Palabra de Dios. 2.1 LOS HEBREOS, EN CONTRASTE CON LAS TINIEBLAS DE EGIPTO y LA MUERTE DE LOS PRIMOGÉNITOS EGIPCIOSLos israelitas, entre tanto, gozaban de una espléndida luz. En
diferentes puntos del país, israelitas y egipcios se encontraban colindantes,
de modo que éstos, por las conversaciones y cantos de acción de gracias de
aquéllos, pudieron darse cuenta de que la plaga suspendía prodigiosamente sus
efectos sobre los israelitas. Entonces los consideraban felices aunque antes
hubieran sufrido dura opresión. Y al ver que ahora, pudiendo hacerlo, no
tomaban venganza alguna respecto de ellos, les daban gracias y pedían perdón
por los malos tratos a que los habían sometido. Más aún, no paró ahí la
protección de los israelitas. Cuando, vencida la obstinación del faraón,
partieron camino de la tierra prometida, Dios les proporcionó la nube
luminosa e inofensiva que les guiase a través del desierto. En el capítulo18 del libro de la sabiduría, el autor concluye poniendo
de relieve el hecho que motivó el castigo divino; los egipcios habían
sometido a esclavitud al pueblo escogido, por quien sería dada al mundo la
luz incorruptible de la Ley, poco después, en el monte Sinaí. Dios, entre
todos los pueblos de la tierra, escogió al pueblo hebreo para hacerlo
depositario de su revelación y su ley y preparar los caminos del Mesías, cuya
misión no estaría limitada a un pueblo, sino que venía a salvar al mundo
entero de la esclavitud del pecado y conducirlos a una bienaventuranza
eterna. Dios tuvo siempre una providencia especial sobre este pueblo suyo
escogido. En este fragmento del capítulo 18, de nuevo la ley del talión y el
paralelismo entre la justicia de Dios para con los egipcios y su misericordia
para con el pueblo de Israel. Los egipcios, para evitar el incremento de los
varones israelitas, decretaron la muerte de cuantos niños naciesen a sus
mujeres hebreas. “Como los egipcios habían resuelto hacer perecer a los hijos pequeños
de los santos”. En castigo, Dios decretó la muerte de los
primogénitos egipcios y anegó en las aguas del mar Rojo su ejército: “para
castigarlos, Tú les arrebataste un gran número de sus hijos y los hiciste
perecer a todos juntos en las aguas impetuosas”. Los patriarcas habían transmitido al pueblo la promesa de la
liberación de la tierra extranjera después de la opresión en ella. Moisés
mismo anunció para aquella noche la muerte de los primogénitos de los
egipcios y la salida de los israelitas. Por eso esperaban confiados el
castigo de los enemigos y el cumplimiento de la palabra divina. 2.2 ENTONCES ENTONARON LOS CANTOS DE LOS PADRESCuando el tremendo castigo iba a llegar, y antes de partir, los
israelitas celebraron en sus casas la cena pascual: “Aquella noche fue dada a
conocer de antemano a nuestros padres, para que, sabiendo con seguridad en
qué juramentos habían creído, se sintieran reconfortados”, verdadero sacrificio ritual que en aquellos
momentos trascendentales unió a los israelitas, los cuales se comprometen
todos a participar por igual de los bienes y de los males que llevaría
consigo la empresa que iban a comenzar al día siguiente y a compartir las
alegrías y las penas. Se concluyó con el canto de los himnos compuestos por
los patriarcas, o por Moisés y Aarón con elementos tradicionales transmitidos
por aquéllos, que dieron origen al Hallel o canto
oficial de la cena pascual, que se celebraría de generación en generación. Con el canto de los hebreos: “entonces entonaron los cantos de los
Padres”, contrastaba el clamor
y lamentaciones de los egipcios, que lloraban la muerte de sus primogénitos,
con que Dios hacía sentir su mano poderosa sobre los recalcitrantes
opresores, desde el faraón hasta el último de los egipcios: “con
el castigo que infligiste a nuestros adversarios, Tú nos cubriste de gloria,
llamándonos a ti”. La cantidad de muertos fue tal, que no había tiempo para embalsamar
los cadáveres, operación que duraba un mes, y darles sepultura, con aquellos
largos y complicados ritos funerarios que estaban en uso entre los egipcios,
lo que supondría para ellos un nuevo dolor, dada su devoción por el culto a
los muertos. Tal vez las artes de los magos no dejaron ver claramente a los
egipcios la acción de Dios en las nueve primeras plagas o las explicaban como
fenómenos puramente naturales. Pero la muerte de los primogénitos no dejaba
lugar a duda: el dedo de Dios estaba allí. Los egipcios, al fin, reconocen
que los hebreos eran el pueblo escogido por Dios. 3.
SALMÓ Sal 32, 1. 12. 18-20. 22 R. ¡Feliz el pueblo que el
Señor se eligió como herencia! Aclamen, justos, al Señor: es
propio de los buenos alabarlo. ¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, el
pueblo que Él se eligió como herencia! R. Los ojos del Señor están fijos
sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus
vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia. R. Nuestra alma espera en el
Señor: Él es nuestra ayuda y nuestro escudo. Señor, que tu amor descienda
sobre nosotros, conforme a la esperanza que tenemos en ti. R. 3.1 DIOS, CREADOR DEL UNIVERSO Y PROTECTOR DE LOS FIELES.Este
salmo es un poema y un himno a la omnipotencia y justicia del Señor. Se canta
el señorío de Dios sobre el universo como Creador y su fidelidad hacia su
pueblo elegido, Israel, y a los que le son fieles. En este sentido, la
composición es como una justificación de la exhortación a alegrarse en el
Señor. El
estilo majestuoso y solemne de los primeros versos, “Aclamen, justos, al Señor”,
es una gran invitación a alabar al Señor, por eso sigue; “Alaben al Señor con
la citara, ensálcelo con el arpa de diez cuerdas, cántenles un cántico nuevo,
etc. y luego viene el verso de la Liturgia de hoy, “La palabra del
Señor es recta y él obra siempre con lealtad; él ama la justicia y el
derecho, y la tierra está llena de su amor “, todo esto porque
Él es digno de especial alabanza y confianza: por sus atributos morales, por
su misericordia y su protección ante la muerte. “Los ojos del
Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte” La
Liturgia de este domingo, solo ha tomado algunos versos de este Salmo, por lo
que les invito a rezarlo en alguna oportunidad con toda sus estructura, a fin
de apreciar su simetría, junto a la bella y notable distribución de las
ideas, así de esta forma, darse cuenta del estilo majestuoso y solemne que
nos hace el poeta para alabar al Señor, en los versos 1 al 3, la profesión de
confianza en Dios de los versos 20 al 22, tanto por sus atributos morales,
versos 4 al 5, como por su omnipotencia creadora de los versos 6 al 9, por su
providencia de los versos 10 al 11, por la elección de Israel, versos 12 al
15, del que es Protector, versos 16 al 19. El salmista nos habla de cómo el Señor mira a sus amigos, a los fieles, “Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles”, frecuentemente agobiados y al borde del peligro de muerte, los estimula a tener esperanza en el Señor de que Él nos los abandonará y tampoco permitirá que se hundan en el abismo de la desgracia, refiriéndose a los que “esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia”. Por tanto, el salmo pasa a ser una llamada de fe y esperanza en el Señor que se compadece de la debilidad de los hombres. La omnipotencia divina está al servicio del justo, objeto de sus complacencias; por eso, en las horas de la adversidad y de la miseria, los libra de la muerte violenta y los mantiene y los sustenta en la necesidad. “sustentarlos en el tiempo de indigencia”. De los versos finales, se obtienen la conclusión de la doctrina expuesta, si el Señor es único que da la salvación y la victoria, el alma del justo debe confiarse a Él como único auxilio y escudo protector. “Él es nuestra ayuda y nuestro escudo”. Esta certeza de estar bajo la protección del Señor, “Nuestra alma espera en el Señor” “crea en el alma una íntima satisfacción y alegría, pues su nombre, lleno de misterio, es también prenda de salvación. Por tanto este salmo se termina con el deseo de ser esencia benévola de la piedad divina. Tal como era el deseo del
salmista, es también nuestro anhelo el ser objeto compasivo y amoroso de la
piedad divina, porque siempre estamos necesitados de la protección de Dios
todopoderoso, por eso nos unimos con entusiasmo al canto de la antífona, “¡Feliz el pueblo
que el Señor se eligió como herencia! 4. SEGUNDA LECTURA Heb 11, 1-2. 8-19La fe es la garantía de lo que se espera dice el apóstol, ya que nos
mantiene firmes en la espera de lo que todavía no se ve. La fe convirtió en
forasteros a Abraham, Isaac y Jacob y herederos de la promesa de Dios, Jesús
el Mesías. Lectura de la carta a los
Hebreos. Hermanos: La fe es la garantía
de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se
ven. Por ella nuestros antepasados fueron considerados dignos de aprobación.
Por la fe, Abraham, obedeciendo al llamado de Dios, partió hacia el lugar que
iba a recibir en herencia, sin saber a dónde iba. Por la fe, vivió como
extranjero en Palabra de Dios. 4.1 LA FECon ejemplos tomados de la historia, el autor va a mostrar a los
destinatarios cuánta verdad sea lo que acaba de decirles de que el justo
“vivirá de la fe.” Todos nuestros grandes antepasados, tan alabados en la
Escritura, han vivido impulsados y sostenidos por la fe. Como preludio a ese largo recuento de personajes, modelos de fe, que
va a seguir, comienza diciendo lo que es la fe, con una definición que se ha
hecho clásica: “La fe es la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza
de las realidades que no se ven”. Aunque aquí en Hebreos la
perspectiva es distinta, de la noción de fe y de su sentido complejo en las
cartas paulinas, tampoco aquí se trata de dar una definición teórica completa
de la fe; se insiste únicamente en el aspecto que interesa a la finalidad que
se pretende, considerándola en función de cosas o bienes aún no poseídos,
pero que poseeremos. Puede decirse que la “fe” aparece matizada con los
colores de la esperanza, y su objeto son las promesas. Está muy acentuado el
sentido de confianza como virtud propia del peregrino que marcha en busca de
la patria. De esos bienes aún no poseídos, que “se esperan” es la fe “garantía,”
en cuanto que no sólo nos asegura de su existencia, sino también de su
posesión, si permanecemos firmes en nuestra espera; dicho de otra manera, es
prueba o argumento de “los bienes” que “no
se ven” respecto de los cuales sólo por la fe tenemos conocimiento
cierto y seguro. Esa fe, llevada a la vida práctica, es lo que ha acreditado, ante Dios
y ante el mundo, a los grandes hombres del Antiguo Testamento: “Por
la fe, Abraham…..lo mismo que Isaac y Jacob, herederos con él de la misma
promesa”. Ahora basta al autor esa afirmación genérica; luego se darán nombres.
También es por la fe, mediante el testimonio de la Escritura, como sabemos
que el mundo fue creado en virtud del mandato divino, de suerte que “de lo invisible resultase lo visible”
(v.3). En estas últimas palabras
ven algunos una alusión, no precisamente a que el mundo fuera creado de la
nada, sino a que, antes de la creación, existían ya en Dios, de quien todo
procede, las realidades que luego habían de ser visibles. Entre los patriarcas ocupa un lugar del todo singular Abraham, y de él
se habla aquí de modo especial, al que se unen los nombres de Sara, su mujer,
y los de Isaac, Jacob y José. 4.2 POR LA FE, ABRAHAM, OBEDECIENDO AL LLAMADO DE DIOSPor lo que respecta a Abraham, se alaba su fe en tres momentos sobre
todo de su vida: al abandonar su patria para ir a morar en tierra extraña: “Por
la fe, Abraham, obedeciendo al llamado de Dios, partió hacia el lugar que iba
a recibir en herencia, sin saber a dónde iba. Por la fe, vivió como
extranjero en la Tierra prometida”, al recibir junto con Sara el
anuncio de que tendrían un hijo: “También por la fe, Sara recibió el poder
de concebir, a pesar de su edad avanzada”, al exigírsele que inmolase
a ese hijo; “cuando fue puesto a prueba, presentó a Isaac como ofrenda”.
Tangente a Isaac, se alaba su fe en las promesas de Dios cuando, ya
moribundo, bendice a sus hijos (v.20;
cf. Gen 27:1-40); igual se hace respecto de Jacob, bendiciendo a los
hijos de José (v.21; cf. Gen 48:1-20). Por
lo que toca a José, resplandece claramente esa misma fe en sus disposiciones
finales poco antes de morir (v.22; cf.
Gen 50:24-25). De todos ellos, en reflexión de conjunto, se dice que:
“ellos murieron en la fe, sin alcanzar el cumplimiento de las promesas”.
Esas promesas, lo mismo por lo que se refería a la posesión material de la
tierra de Canaán que por lo que se refería a la salud mesiánica, se
cumplirían sólo muchos años más tarde; sin embargo, su fe no viene a menos,
sino que de lejos las ven cumplidas en sus descendientes y se alegran (cf. Jn
8:56). Vemos que en estas reflexiones del autor de la carta la realidad
histórica se funde con la alegoría, y las expresiones: “reconociendo que eran
extranjeros y peregrinos en la tierra” y “patria”: “los que hablan así demuestran
claramente que buscan una patria”, tanto y más que a regiones de aquí
abajo, se refieren al mundo en contraposición al cielo. Igual hay que decir
de; “Porque Abraham esperaba aquella ciudad de sólidos cimientos, cuyo
arquitecto y constructor es Dios”, contraponiendo las tiendas, faltas
de cimientos, a la ciudad de que Dios es arquitecto, que no es otra que la
Jerusalén celestial: “nada menos que la celestial” 4.3 POR ESO RECUPERÓ A SU HIJO, Y ESTO FUE COMO UN SÍMBOLO.”“Por la fe, Abraham, cuando fue puesto a prueba, presentó a Isaac como
ofrenda”….. Por eso recuperó a su hijo, y esto fue
como un símbolo.” La última frase de este fragmento; “Por eso recuperó a su hijo, y
esto fue como un símbolo”, resulta un poco oscura, al respecto se
puede pensar que la primera parte de la frase no parece ofrecer dificultad,
ya que se afirma de Abraham que, precisamente por esa su fe heroica, pensando
que Dios tenía medios para cumplir su promesa aunque fuera volviendo a
resucitar a Isaac, “Y lo ofreció, porque pensaba que Dios tenía
poder, aún para resucitar a los muertos”, entonces recupera vivo a
éste, no permitiendo Dios que fuese sacrificado, y siendo sustituido por un
carnero (cf. Gen 22:12-13). Pero ¿qué significa también “como un símbolo”?, el
contexto no indica nada, y está sólo la simple afirmación de que Abraham
recuperó a Isaac “y esto fue como un símbolo”. La tradición exegética, sin
embargo, ya desde los Padres, ha sido constante, viendo ahí una figura, “un
símbolo” de lo que había de suceder con Cristo, el “primogénito de
entre los muertos” (cf. 1 Cor 15:20; Col 1:18), a cuyo sacrificio seguiría la
inmediata resurrección. Creemos que esta explicación, no obstante que el
autor de la carta no precisa nada al respecto, está muy fundada. Todo el
conjunto de la carta, orientada hacia Cristo y su obra redentora, la está
pidiendo. (Biblia Nacar-Colunga, comentada). 5. EVANGELIO Lc 12, 32-48El relato llama a estar atentos y vigilantes ante la espera prolongada
del Hijo del hombre pues Jesús declara dichoso al que sea encontrado
trabajando y en vela, lejos de toda actitud de ambición y abuso del
prójimo. Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo según san Lucas. Jesús dijo a sus discípulos:
“No temas, pequeño Rebaño, porque el Padre de ustedes ha querido darles el
Reino. Vendan sus bienes y denlos como limosna. Háganse bolsas que no se
desgasten y acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no se acerca el
ladrón ni destruye la polilla. Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán
también su corazón. Estén preparados, ceñidas las vestiduras y con las
lámparas encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su
señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta.
Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará
sentar a la mesa y se podrá a servirlos. ¡Felices ellos, si el señor llega a
medianoche o antes del alba y los encuentra así! Entiéndanlo bien: si el
dueño de casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría perforar
las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del
hombre llegará a la hora menos pensada”. Pedro preguntó entonces: “Señor,
¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?”. El Señor le dijo: “Cuál
es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su
personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno? ¡Feliz aquél a quien su señor,
al llegar, encuentra ocupado en este trabajo ¡Les aseguro que lo hará
administrador de todos sus bienes. Pero si este servidor piensa: “Mi señor
tardará en llegar”, y se dedica a golpear a los servidores y a sus
sirvientas, y se pone a comer, a beber y emborracharse, su señor llegará el
día y la hora menos pensada, lo castigar y le hará correr la misma suerte que
los infieles. El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo
las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá
un castigo severo. Pero aquél que sin saberlo, se hizo también culpable, será
castigado menos severamente. Al que se le dio mucho se le pedirá mucho; y al
que se les confío mucho, se le reclamara mucho más “. Palabra del Señor. 5.1 ESTÉN PREPARADOS, CEÑIDAS LAS VESTIDURAS Y CON LAS LÁMPARAS ENCENDIDAS.Jesús dijo a sus discípulos: “Estén preparados, ceñidas las vestiduras y con las lámparas encendidas. Estén preparado dice Jesús, eso es, estar dispuestos, es decir, estar prevenidos para aquello que no ha sucedido pero que está próximo a ocurrir. Sabemos que nadie pasa un examen si no se ha preparado bien. Las vestiduras deben estar “ceñidas”, esto es, listas para hacer algo importante y que además no nos estorbe para entrar en acción. Con “las lámparas encendidas”, en otras palabras, iluminados, lejos de las tinieblas de la ignorancia, lámparas provistas de suficiente aceite para que no se apague. El alma que ha recibido la luz de Dios, es lámpara y alumbra a los demás. Entonces si nosotros estamos con suficiente claridad y vigilancia y enseñemos a los demás para que también lo estén. 5.2 EL PUEDE VENIR EN CUALQUIER MOMENTOEl fin de la vida terrenal, llega sin previo aviso, ha querido Dios que así sea, para que siempre estemos preparados. Son dos cosas las que nos advierte el Señor, una es que puede venir en cualquier momento y la otra que estemos preparados para recibirlo. Pero Pedro preguntó entonces: "Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?" Entendemos que cuando Pedro dice para nosotros, se refiere a los doce íntimos apóstoles, y cuando dice para todos, lo hace pensando en los demás sean estos cristianos o no. 5.3 ADMINISTRADOR FIEL Y PREVISORAnte esta
pregunta el Señor le dijo: "¿Cuál es el administrador fiel y
previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle
la ración de trigo en el momento oportuno? Destaco tres
palabras del Señor, “Administrador fiel y previsor”.
La parábola es para todos los fieles, pero también en especial para el que es
“administrador”,
esta es la persona que se dedica a administrar bienes que no son suyos, es el
criado principal encargado del resto de la servidumbre, y es “fiel”
es decir, es una persona, que es constante en sus ideas, afectos u
obligaciones y que no defrauda la confianza que se le ha depositado, y es “previsor”
si se anticipa al daño o a un perjuicio, si es capaz de preverlo o conocerlo
de antemano o con anticipación. 5.4 JESÚS DICE A QUIEN EL SEÑOR PONDRÁ AL FRENTEEntonces el Señor se refiere a aquellas personas a las cuales se le ha otorgado la gracia y dones especiales, aquellos que les corresponde dirigir a los demás hacia un camino adecuado, con sus consejos y enseñanzas y las advertencias necesarias. Luego Jesús dice a quién “el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno”, este el alimento del alma y esta se alimenta con buen trigo. Es ración, porque cada uno de los que lo escuchan la palabra tiene una diferente capacidad y es oportuno porque todo beneficio que no se dispensa en su tiempo es infructuoso, por ejemplo el pan es apetitoso para el hambriento y no lo es para el que está harto. 5.5 LES ASEGURO QUE LO HARÁ ADMINISTRADOR DE TODOS SUS BIENES.Entonces Jesús dice; “¡Feliz aquél a quien su señor, al llegar, encuentra ocupado en este trabajo!” Es bienaventurado aquel que cuando venga el Señor, lo encuentre trabajando de corazón, no de casualidad, porque Él quiere gente constante en su misión. Luego agrega; “Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.” Este premio lo recibirá el que muestre su méritos tanto de oír bien como de enseñar bien, pero el que cumpla a la vez con fidelidad y prudencia ambas cosas, los colocará sobre todo lo que posee, es decir sobre todas las alegrías del reino de los cielos. 5.6 LOS DEFECTOS DEL SERVIDOR MALOJesús también dice; Pero si este servidor piensa: "Mi señor tardará en llegar", El Observa que entre los defectos del servidor malo está el que cree que su señor tarda en volver; Muchas veces por no pensar en nuestra última hora cometemos muchas faltas y pecados, pero si pensáramos que el Señor está por venir y que nuestra vida ha de concluir pronto, pecaríamos menos o trataríamos de no caer en faltas. En efecto también hay muchos que menospreciando el temor de Dios, no sólo se entregan a la lujuria, sino que también llenan de injurias a los que tienen a sus órdenes. Como el que “Se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas”. Se puede entenderse por maltratar a los siervos y criados el corromper los corazones de los débiles con el mal ejemplo, y dice que “Se pone a comer, a beber y a emborracharse” comer, beber y embriagarse, es decir ocuparse en los delitos y placeres mundanos que enloquecen al hombre. 5.7 EL SEÑOR LLEGARÁ EL DÍA Y LA HORA MENOS PENSADAEntonces Jesús dice: “El señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles.” El administrador desleal, incumplidor e infiel recibirá muy justamente el castigo de los infieles, porque careció de verdadera fe. Pero también nos dice; Al que se le dio mucho se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho se le reclamará mucho más". Lo que Dios nos entrega, no es un elemento decorativo, es un elemento de trabajo, esto es un medio para que ejerzamos mejor nuestro apostolado. Dios le ha dado a todos los hombres las gracias necesarias para salvarse, porque Él quiere que todos nos salvemos. Pero también el Señor nos distingue y nos da más, entonces no corresponde dar más, y nuestra forma de vida debe ser mejor. Hay algo muy importante que Dios nos da a todos los hombres, esas son las gracias necesaria para salvarnos, no tengamos ninguna duda, Él quiere que nos salvemos todos y que todos lleguemos a conocer la verdad, y al decir todos, es sin ninguna distinción, pero quizás las gracias no sean para todos las mismas, si queremos saber porque, miremos cuanto amor le damos nosotros a Dios, cuanto nos dedicamos a Él, cuanto conversamos con El, cuanto le pedimos, es decir cuánto oramos. No olvidemos el Evangelio de Mateo 7, 7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. La paz del Señor sea en su alma Pedro Sergio Antonio Donoso Brant Publicado
en este link: PALABRA DE DIOS XIX
DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C Fuentes Bibliográficas: Biblia Nácar Colunga y Biblia de Jerusalén Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M.
Magdalena ocd. Julio Alonso Ampuero, Meditaciones
Bíblicas sobre el Año Litúrgico |
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