COMPASION, AMOR MISERICORDIOSO DE DIOS

“Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella”, (Mc 6, 34)

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


1.    DEL AMOR DEL SEÑOR  ESTÁ LLENA LA TIERRA.  (Salmos 33,5)

Desde el primer relato de la creación, se nos muestra a un Dios que al terminar cada una de sus obras se complace en el feliz resultado, “y vio Dios que estaba bien”.  (Génesis 1), es la bondad de todo lo que su palabra ha llamado a la existencia.  Los salmistas, conscientes  en la grandeza de lo creado, celebran una y otra vez, junto con su gloria, su amor, su fidelidad y su misericordia, de donde nació su acto creativo y por las cuales se regula su dirección del mundo; “Bendice al Señor, alma mía, del fondo de mi ser, su santo nombre, bendice al Señor, alma mía, no olvides sus muchos beneficios. El, que todas tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias, rescata tu vida de la fosa, te corona de amor y de ternura, (Salmo 103 y ss) “¡Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! ….El solo hizo maravillas, porque es eterno su amor. Hizo los cielos con inteligencia, porque es eterno su amor”  (Salmo 136 y ss) “Yo te ensalzo, oh Rey Dios mío, y bendigo tu nombre para siempre jamás;  todos los días te bendeciré, por siempre jamás alabaré tu nombre…..insondable su grandeza.”  (Salmo 145 y ss) “Alabad al Señor, que es bueno salmodiar, a nuestro Dios, que es dulce la alabanza…él sana a los de roto corazón, y venda sus heridas.”  (Salmo 147 y ss)

Reflexionando sobre estos atributos divinos, el autor del libro de la Sabiduría, reconoce la grandeza del Señor  manifestando a modo de oración: Señor, “Te compadeces de todos porque todo lo puedes y disimulas los pecados de los hombres para que se arrepientan.” Y luego, continua adorando al Señor Dios; “Amas a todos los seres y nada de lo que hiciste aborreces, pues, si algo odiases, no lo habrías hecho.” Y el sabio mismo, descubre el porqué del amor de Dios;  “Y ¿cómo habría permanecido algo si no hubieses querido? ¿Cómo se habría conservado lo que no hubieses llamado? Más tú con todas las cosas eres indulgente, porque son tuyas, Señor que amas la vida” (Sabiduría 11, 23-26) “pues tu espíritu incorruptible está en todas ellas.” (Sabiduría 12,1) En verdad, si todo lo que hay en el mundo es obra de Dios, nada se sustrae a su protección, a su providencia, y por tanto tampoco a su amor compasivo. Por eso el salmista puede cantar: "del amor del Señor  está llena la tierra.” (Salmos 33,5). Y, de forma específica para el hombre, el sabio puede decir que; “El que vive eternamente lo creó todo por igual… Por eso el Señor es paciente con ellos, y derrama sobre ellos su misericordia…..y La misericordia del Señor abarca a todo el mundo.”  (Eclesiástico 18,1-13) Que bello es comprender cómo la misericordia divina es realmente universal y no conoce límites ni admite barreras de ninguna clase.

2.    EN JESÚS, DIOS SALE AL ENCUENTRO DE LA HUMANIDAD QUE SUFRE

“Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso.”  (Mateo 11,28) Compasión frente al dolor, misericordia, piedad para los pobres, los enfermos, los angustiados, los pecadores, esa es la actitud de Jesús, que se conmueve por los hombres y mujeres víctimas de males, dolores físicos, en otros casos sociales, psíquicos y morales. Jesús se encuentra con ellos, no huye, los busca, los consuela, les da alivio. En Jesús, Dios sale al encuentro de la humanidad que sufre para liberarla de la opresión del mal.

Los milagros de Jesús son el signo de la compasión de Jesús y de la irrupción de la fuerza del reino de Dios en el mundo humano. Una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba Jesús comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume, y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume….Y le dijo a ella: “Tus pecados quedan perdonados.” Y luego Jesús dijo a la mujer: “Tu fe te ha salvado. Vete en paz.” (Lucas 7, 37-50). En otro caso una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que no había podido ser curada por nadie, se acercó por detrás y tocó la orla de su manto, y al punto se le paró el flujo de sangre…..Él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz.”  (Lucas 8, 43-48)

Los milagros de Jesús son la demostración visible del deseo de Dios de liberar al hombre del mal y de restituirle una plena humanidad. Esto aparece de manera ejemplar en la curación del endemoniado de Gerasa, “un hombre con espíritu inmundo”… “a quien nadie podía ya tenerle atado ni siquiera con cadenas”…… “nadie podía dominarle” (Marcos 5,1-5). El hombre está convulsionado, furioso, enfrentado con la sociedad, bajo la manía de autodestrucción y de delirio masoquista “dando gritos e hiriéndose con piedras” (Marcos  5,5) Una vez liberado por Jesús, aquel hombre está "sentado, vestido y en su sano juicio”  (Marcos 5,15).

Hoy con la siquiatría de estos tiempos, se podría clasificar al endemoniado como una mal entre lo físico y lo moral, sometido al poder del mal. En algunos casos, como para el paralítico que “le vienen a traer llevado entre cuatro.”  (Marcos 2, 3), en este caso, Jesús se da cuenta que hay un relación entre los problemas físicos de salud y el de la moral de los hombres, es así como “viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.” (Marcos 2, 5) y lo que hace primero le perdona el pecado y luego le cura la enfermedad: "A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa." Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la vista de todos”  (Marcos 2, 11-12). No obstante, esto no significa que exista una relación de parentesco de los males y pecados personales de la persona que sufre, como los podemos comprender en el caso de la curación del ciego de nacimiento que se relata en Juan 9, 1-40. Efectivamente, en ese relato Jesús niega la conexión entre la enfermedad y el pecado de la persona enferma o de sus padres y así lo aclara: “Ni él pecó ni sus padres; es para que se manifiesten en él las obras de Dios.” (Juan  9,3) El pecado es el mal esencial.

3.    LA COMPASIÓN DE JESÚS

En los evangelios vemos cómo se conmueve frecuentemente ante las necesidades de los hermanos y "siente compasión" por todos, sea cual sea su enfermedad o su necesidad; “Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: -Si quieres, puedes limpiarme.- Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: Quiero; queda limpio.”  (Marcos  1, 40-41), al endemoniado; “Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti. “  (Marcos 5,19), Así, Jesús, “vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.” (Marcos  6,34), Y habiendo de nuevo mucha gente y no teniendo qué comer, llama Jesús a sus discípulos y les dice: “Siento compasión de esta gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer.” (Marcos 8, 1-2) Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y al ver a la muchedumbre, “sintió compasión de ella.” (Mateo 9, 35-36), A una madre viuda que enterraba a su hijo; “Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: No llores.”  (Lucas  7,13) Por eso, todos los que recurren a él lo hacen como si se dirigieran a Dios mismo, invocando su misericordia; “si algo puedes, ayúdanos, compadécete de nosotros.” (Marcos 9,22) Un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: “¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!” Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!  (Marcos 10, 47-48). Al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia  y, levantando la voz, dijeron: “¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!”  (Lucas 17, 13-14) El ciego que suplica; “¡Señor, ten compasión de nosotros, Hijo de David!”  Entonces Jesús se detuvo, los llamó y dijo: “¿Qué queréis que os haga?” Dícenle: ¡Señor, que se abran nuestros ojos! Movido a compasión Jesús tocó sus ojos, y al instante recobraron la vista; y le siguieron.” (Mateo 20, 30-31)

4.    JESUS, LA IMAGEN VIVA DEL AMOR ILIMITADO DEL PADRE

“Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: -Este acoge a los pecadores y come con ellos-. Entonces les dijo esta parábola.” (Lucas 15, 1-2) Jesús, como un modo de defenderse de las acusaciones de los fariseos y para explicar su comportamiento, lleno de compasión y de condescendencia con los publícanos y los pecadores, narra tres parábolas, todas ellas inmensamente bellas y significativas, como la de la oveja perdida, que se cierran con una alusión a la alegría que causa en el cielo el hallazgo y la conversión, aunque sea de un solo pecador. “¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra?  Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros;  y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido." Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversión.” (Lucas 15, 4-7). En otro caso la de un dracma perdida, la cual también se cierran con una alusión a la alegría que causa en el cielo el hallazgo y la conversión, aunque sea de un solo pecador. “O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra?. Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido."  Del mismo modo, os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.”  (Lucas 15, 8-10). Y luego expone una tercera parábola, llena de indicaciones de la fina personalidad paternal, donde muestra cómo un hijo pródigo y libertino es esperado afanosamente por su propio padre, que vigila su retorno y que, al divisarlo de lejos, “conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente.”  (Lucas 15, 11-32). Es la imagen más viva del amor ilimitado del Padre celestial, que Jesús nos revela de una forma incomparable, como sólo él podía hacerlo.

Los hombres tienen que conocer y experimentar este amor; y por eso Jesús, después de curar al endemoniado que quería seguirle por agradecimiento, le ordena con decisión: “Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti. “  (Marcos 5,19), Con estas palabras parece como si nos quisiera ofrecer la clave para entender todos sus milagros en su significado más profundo. Es el Padre el que actúa en él; “Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo también trabajo. “ (Juan  5,17) y el que en su persona manifiesta visiblemente su misericordia.

5.    TESTIMONIO DE SU AMOR MISERICORDIOSO

El autor de la Carta a los Hebreos, refiriendo a Jesucristo, no dice que habiéndose hecho en todo semejante a los hermanos y habiendo experimentado en su propia carne la dureza del sufrimiento humano (He 2,17-18), con esta experiencia acepta libremente morir en la cruz por la redención del mundo. Es también éste -más aún, éste sobre todo- un testimonio de su amor misericordioso, que no ha disminuido con su ascensión al santuario celestial, en donde está sentado a la derecha del Padre como "para ser misericordioso y Sumo Sacerdote fiel en lo que toca a Dios”  (Hebreos 2,17) al que podemos dirigirnos; "Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna. (Hebreos 4,16)

El Señor nos Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Textos Bíblicos de la Sagrada Biblia de Jerusalén

Información teológica del Diccionario Teológico RAVASI

Julio 2015

Publicado en este link: REFLEXIONES INTIMAS EN AMISTAD CON DIOS

www.caminando-con-jesus.org

caminandoconjesus@vtr.net

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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