“hagan que todos los pueblos sean mis discípulos,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” Mt 28, 16-20: Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant 1. LOS ONCE
DISCÍPULOS FUERON A GALILEA, A LA MONTAÑA DONDE JESÚS LOS HABÍA CITADO Los once discípulos, cumpliendo la orden del Señor que les
transmitió mediante el ángel y las mujeres, van a Galilea, esto puede haber
sucedido después de de las apariciones en Jerusalén. Lo que esta claro es los
que dice el evangelio, “a la montaña donde Jesús los había citado”, y puede ser también que el mismo Señor, le
hubiera dicho donde reunirse en alguna de sus apariciones en Jerusalén. Y los cita a la montaña, ¿Cuál?, he leído a autores que
suponen el Tabor, aunque el evangelio no lo dice. Sin embargo lo que hay que
destacar que muchos sucesos interesantes en los evangelios suceden en la
montaña, o el monte, lugar predilecto de Cristo apara subir a orar. 2. AL VERLO, SE
POSTRARON DELANTE DE ÉL Relata Mateo: “Al verlo, se postraron delante de él; sin
embargo, algunos todavía dudaron”. Entendemos que en cuanto apareció Cristo
se postraron en señal de una profunda reverencia. Pero tenemos algo extraño
en el relato: “algunos todavía dudaron”,
y suponemos que solo estaban los once, que eran sus íntimos amigos y
no otros, porque ellos fueron citados, ya sea por el mensaje de los ángeles a
las mujeres o el de Cristo a la mujeres o finalmente porque el Señor solo a
los once les había prometido antecederles allí en Galilea. Llama la atención esto de la duda, porque ya habían visto
en otras ocasiones al Señor Resucitado, recordemos que además con cierta
pruebas, como mostrarles las manos, los pies con los agujeros de los clavos,
en incluso tocarle y comer con ellos. 3. PERO EN UN PRIMER INSTANTE, ¿NO
ESTUVIERON SEGUROS QUE ERA EL SEÑOR? Puede suceder también que el relato nos quiere decir que
en un primer instante no estuvieron seguros que era el Señor quien se le
aparecía, esto también sucede en otros relatos, como por ejemplo después de
la multiplicación de los panes, cuando a la noche estaban remando en el lago,
vino el Señor “a ellos andando sobre el mar.” Pero ellos, “viéndolo andar
sobre el mar, se turbaron y decían: Es un fantasma.” “Y después que El les
dijo quién era, todavía Pedro le dijo: “Señor, si eres tú, mándame ir a ti
sobre las aguas” (Mt 14). Otros caso se presenta
por ejemplo en el relato de los peregrinos de Emaús
o también lo que le sucedió a Magdalena, que pensó que era el hortelano (Jn 20:15). Y en el mismo lago de Genesaret,
mientras estaban pescando, se les apareció el Señor y los llamó, pero “los
discípulos no se dieron cuenta que era Jesús” (Jn
21:4) hasta posteriormente, y sólo Juan fue el primero en caer en la cuenta (Jn 21:7). ¿No sucede hoy a nosotros lo mismo?, ¿porque dudamos que
sea Cristo quien se dirige a nosotros?, En un momento, a los apóstoles no les
fue fácil creer en la resurrección de Jesucristo, pero los hechos les dieron
mayor firmeza, al comprobar directamente la realidad de los sucesos que
estaban presenciando. Ojala que nos demos cuenta siempre de la presencia del
Señor en nuestras vidas y para ello, hay que orar siempre para que tengamos
mucha fe. 4. “YO HE
RECIBIDO TODO PODER EN EL CIELO Y EN LA TIERRA” “Acercándose, Jesús les dijo: “Yo he recibido todo poder
en el cielo y en la tierra.” El Señor, nos esta manifestando algo muy grande,
El ha recibido toda la autoridad del cielo, dada por el Padre, con plenitud
de poder, en el cielo y en la tierra, en el cielo sobre lo celestial y en la
tierra sobre toda la humanidad. El evangelista San Juan relata que el Padre
le dio poder sobre toda carne, para que (a todos los que Tú le diste) les dé
la vida eterna” (Jn 17:2). Cristo Jesús, ejerce
poderes divinos, ya que tiene el poder de Dios autoridad sobre todo lo
creado y que terminará ejerciéndola en
el juicio final (Mt c.25). Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos,
les dice le Señor, es una exigencia las que nos hace también hoy Cristo
Jesús, ir a predicar el evangelio, y a instruir a todo el mundo sobre sus
enseñanzas, para que se hagan sus discípulos. 5. “VAYAN Y BAUTICEN”. Y el Señor dice
Bautizar no es solo sumergir, es además lavar, purificar. Es el
Bautismo cristiano, que hace nacer del y del Espíritu y sin él “no se puede
entrar en el reino de los cielos” (Jn 3, 3.5.6.7),
y San Pablo enseña que el bautismo hace “convivir” con Cristo (Rom 6:4; 6:1-11). Y agrega que este bautismo debe ser en el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo. Algo importante en el encargo que les hace el Señor: “y
enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado”. ¿Y que nos ha mandado
el Señor?: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros.
Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros.
En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos
a los otros. (Jn 13, 34-35) 6.
YO ESTARÉ CON USTEDES TODOS LOS DÍAS
HASTA EL FIN DEL MUNDO Y también el Señor nos va a asistir, y en forma constante,
“yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”, es decir
siempre contamos con su ayuda y su protección para que llevemos adelante la
misión que el nos encomienda Con la orden de Cristo de ir a todos los pueblos, a
predicar el Evangelio a todas las gentes, junto con el bautismo, se observa
ya el universalismo cristiano en acción entre los gentiles. Este es el gran
mandato, es decir la gran misión que nos dio el Señor, que debemos hacer con
fidelidad en todos los tiempos y en todas las circunstancias. Es así como Jesús, envía a sus apóstoles, por todo el
mundo, a predicar a todas las gentes de todas las naciones, para que la
predicación apostólica, que antes fue rechazada por la soberbia de los
judíos, venga en nuestro auxilio. Cuando Jesús dice a todos los pueblos, esta
diciendo a los creyentes e incrédulos. Porque el que crea y se bautice se
salvará. El que no crea se condenará. Porque no basta creer, porque el que
cree y no está bautizado todavía, no ha alcanzado aún la salvación, sino imperfectamente. Así se dirá tal vez cada cual a sí mismo: Yo seré salvo
porque he creído. Y así será en efecto, si une las obras a la fe; porque la
verdadera fe consiste en que no se contradiga la obra con lo que dice la
palabra. “Pero el que no creyere será condenado”. (Mc
15-16) 7. EN EL NOMBRE
DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO Nos pide
Nuestro Señor Jesucristo: “sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo
que Yo les he mandado”. El Espíritu Santo, es el que nos hará hablar,
predicar y enseñar a cumplir los que nos ha mandado Jesucristo, el mismo Espíritu Santo que habló por los
profetas, el que hace escribir y escuchar y dar gracias, el que nos llena de
gozo, el que nos da fuerza, luz, consuelo, El que está lleno de bondad, dulce
huésped del alma y suave alivio de los hombres. ¡OH mis Tres, mí Todo, me
abandono a vuestro amor!.... ¡Oh Dios mío, Trinidad
a quien adoro! Ayúdame a olvidarme totalmente de mí para establecerme en Vos,
inmóvil y tranquila, como si mi alma estuviera ya en la eternidad. Que nada
pueda turbar mí paz, ni hacerme salir de Vos, Oh mi
Inmutable, sino que cada momento me sumerja más íntimamente en la profundidad
de vuestro misterio. Pacificad mi alma; haced de
ella vuestro cielo, vuestra morada predilecta, el lugar de vuestro descanso.
Que nunca os deje allí solo sino que permanezca totalmente con Vos, vigilante
en mi fe, en completa adoración y en entrega absoluta a vuestra acción
creadora. (Beata Isabel de la
Trinidad) Muchas Bendiciones Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |
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