¿ALGUIEN SE INTERESA POR OIR A SUS PROFETAS?

Mc 6, 1-6a

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


 

En el Evangelio de Marcos 6, 1-6ª, se nos relata que Jesús regresa a su pueblo, después de haber enseñado a otras gentes donde recibieron sus palabras con admiración y alegría, pero al llegar donde los suyos, esto discuten sus palabras y lo cuestionan.  “Vino a su patria.” Su patria era Nazaret, en donde había nacido. Sin embargo, mucha es la ceguedad de los nazarenos, que menosprecian, diciendo: “¿De dónde le vienen a éste tales cosas, y qué sabiduría es esta que le ha sido dada, y cómo se hacen por su mano tales milagros?”

EVANGELIO Mc 6, 1-6a

Salió de allí y vino a su patria, siguiéndole sus discípulos. Llegado el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga; y la muchedumbre que le oía se maravillaba, diciendo: ¿De dónde le vienen a éste tales cosas, y qué sabiduría es esta que le ha sido dada, y cómo se hacen por su mano tales milagros? ¿No es acaso el artesano, hijo de María, y el hermano de Santiago, y de José, y de Judas, y de Simón? Y sus hermanas, ¿no viven aquí entre nosotros? y se escandalizaban de Él. Jesús les decía: Ningún profeta es tenido en poco sino en su patria y entre sus parientes y en su familia. Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de que a algunos enfermos les impuso las manos y los curó. Él se admiraba de su incredulidad.

Palabra del Señor

1.    JESÚS SIGUE SIENDO PARA ELLOS ÚNICAMENTE “EL CARPINTERO” DEL PUEBLO, EL “HIJO DE MARÍA”.

Jesús sale probablemente de Cafarnaúm y vino a “su patria.” Esta es Nazaret y allí desarrolla este episodio, en la sinagoga de Nazaret. El relato está situado al final del primer ciclo de milagros del evangelio de Marcos y representa el rechazo de los que son más íntimos a Jesús, la gente de su tierra, de su casa. Nazaret es un tan pequeño e insignificante que ni siquiera aparece nombrado en el Antiguo Testamento, con todo, sabemos que había llegado la noticia de los prodigios realizados por él en toda la Galilea.

La primera reacción, después de haber escuchado su Palabra autorizada, es la de “admiración”, una señal del evangelista para indicar el carácter de revelación de la predicación de Jesús. Las cinco preguntas que se hacen indican la duda de sus hermanos y conocidos. El problema tiene que ver, esencialmente, con el origen de Jesús ¿De dónde...”, lo que equivale a decir que el conocimiento directo de su ambiente familiar les impide reconocer en él al enviado de Dios. Jesús sigue siendo para ellos únicamente “el carpintero” del pueblo, el “hijo de María”.

“Y no pudo hacer allí ningún milagro”. La imposibilidad de hacer milagros en la que se encuentra Jesús pretende significar que la incredulidad, en cuanto rechazo de la oferta salvífica de Dios, impide la manifestación de cualquier acontecimiento de salvación. Frente a ese rechazo, Jesús “estaba sorprendido”, y toma sus distancias respecto a ellos, declara su “no-complicidad” con su falta de fe, (“Él se admiraba de su incredulidad”) para mostrar el contraste radical entre el plano de la salvación de Dios y la incredulidad de los hombres.

  1. LA INCREDULIDAD” QUE TENÍAN EN JESÚS

“¿Cómo se hacen por su mano tales milagros?” Los nazaretanos oyeron hablar de los milagros de Jesús, y reconocen que los realiza, pero como un simple instrumento o intermediario. Por eso, la sabiduría que tiene “le ha sido dada,” y los “milagros se hacen por su mano.” Es lo mismo que se dice de Moisés. Pero su creencia en El, aun como quien hace milagros, es muy rudimentaria. Por conocer a sus familiares desestiman sus poderes y se “escandalizan” de Él. Probablemente desconfían del valor de sus obras, mientras no sean reconocidas por tales en Jerusalén por los doctores (Jn 7:3-5). Es un caso de estrechez aldeana y familiar. Aparte, que era creencia que no se sabría el origen del Mesías.

“No es acaso el artesano” A Jesús se le hace “artesano”, que trabaja preferentemente en madera Pero entonces, y en aquel pequeño poblado, los oficios de un “artesano” podían extenderse a otros trabajos menores.

“Hermano de Santiago, y de José, y de Judas, y de Simón? Se citan “hermanos” y “hermanas” de Jesús. Estos son “parientes” en grado diverso del mismo, porque lo judíos se hablaba de hermanos no solamente para referirse a los hijos de uno o ambos progenitores, sino también a los parientes, a los miembros de una misma tribu, a los integrantes de un mismo clan, una misma raza, de la misma religión, a las personas que tienen un mismo oficio, vecinos del mismo pueblo entre otros sentidos.

“Ningún profeta es tenido en poco sino en su patria y entre sus parientes y en su familia.” No deja de extrañar el que Jesús diga aquí que sólo en su patria y entre los suyos es desestimado un profeta, cuando precisamente viene de la región de los gerasenos, de donde le rogaron se marchase. Acaso las escenas que tienen esta afinidad literaria no la tengan históricamente tan inmediata. Mateo, en su relato del Evangelio lo pone en otra situación literaria, sin que la condicione su esquema sistemático. La frase es un proverbio. En todo caso, Jesús en la región de Gerasa se presentó como un desconocido, mientras que en Nazaret vino precedido de la gran fama de los milagros.

“Él se admiraba de su incredulidad.” Esta admiración verdadera que Jesús tiene a causa de la “incredulidad” que tenían en Él, en nada va contra la plena sabiduría que tiene por su ciencia sobrenatural, ya que esto no es más que un caso del ejercicio de su ciencia experimental, como la teología enseña  Y, sobre todo, la descripción popular: un modo de acusar su actitud ante ellos.

No se admiraba como si fuese algo que nos esperaba, ya que Jesús conoce todas las cosas aun antes de ser hechas, no obstante conociendo hasta lo más secreto de los corazones de los hombres, Jesús manifiesta que se admira de la ceguedad de los judíos, que ni quisieron creer lo que sus profetas les decían de Cristo, ni tampoco en El que nació entre ellos. En sentido místico, Jesús, es despreciado en su casa y en su patria, es despreciado en su propio pueblo.

“A algunos enfermos les impuso las manos y los curó.” Hizo allí algunos milagros, para que no pudieran excusarse del todo; pero hoy hace todos los días mayores milagros en medio de las naciones, no tanto por la salud de los cuerpos, sino por la del espíritu de los hombres.

  1. ¿A QUIEN ESCUCHAMOS HOY?, ¿QUE DIRÁ DIOS HOY DE NUESTRO PUEBLO?

Es de espantarse cuanta tontería se escucha hoy, y cuanta atención se pone a tanta estupidez que se habla en los medios de comunicación, aquí en mi país, se ha puesto de moda decir palabras groseras, y en la televisión ya se apagaron los pitos que denunciaban un garabato. Pareciera que a nadie le interesa que, tanto en televisión, como en las radios se hable de valores morales o de  la fe, salvo algunas pocas radios de instituciones religiosas, que viene a poner un poco de bálsamo a los oídos de tanta bobería. Los llamados “Reality”, elevan la sintonía, personajes copiados en malos modelos de vida, denominados “Farándula”, atraen al público. Todo lo que sea libertinaje, se vende estupendamente. También es más fácil que salga la gente a la calle detrás de las llamadas marchas del orgullo gay, para pedir libertad de sexo, uniones homosexuales, divorcios, abortos y muchas otras incomprensibles peticiones, que a defender una vida de fe. ¿Y qué hacemos nosotros?

Pero esto no es nuevo, cuando el pueblo vio que Moisés tardaba en bajar del monte, se reunió y  todo el pueblo se quitó los pendientes de oro que llevaba en las orejas, hicieron un molde y fundieron un becerro. Entonces ellos exclamaron: “Este es tu Dios, Israel, el que te ha sacado de la tierra de Egipto”, levantaron un altar e hicieron una fiesta, ofrecieron holocaustos y presentaron sacrificios de comunión. Luego se sentó el pueblo a comer y beber, y después se levantaron para divertirse. Entonces habló el Señor a Moisés, y dijo: “¡Anda, baja! Porque tu pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto, ha pecado. Bien pronto se han apartado el camino que yo les había prescrito. Se han hecho un becerro fundido y se han postrado ante él; le han ofrecido sacrificios y han dicho: "Este es tu Dios” Y dijo el Señor a Moisés: “Ya veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz” (Cfr. Éxodo 32). ¿Qué dirá Dios hoy de nuestro pueblo?.

  1. ¿ALGUIEN SE INTERESA POR OIR A SUS PROFETAS?

Sinceramente, algunas veces no sé si es más fácil oír la Palabra de Dios que nos demanda una actitud de vida coherente con nuestra fe o escuchar sobre las oportunidades que nos ofrece la vida moderna, quizá me equivoco al juzgar que mucho de nuestros hermanos de fe “endurecen el corazón”, cuando se les llaman a no dejarse llevar por las malas prácticas de la vida mundana, no obstante, hay mucha incredulidad para los que han sido llamado a contemplar la revelación de Dios.

De ahí la pregunta que debemos contestar desde el fondo de nuestro corazón, ¿Estamos interesado en oír a nuestros nuevos profetas?, los rechazamos porque los consideramos, poca cosa?, lo cierto, es que no se da crédito al apóstol porque se presenta de un modo completamente ordinario, casi sumiso y buscamos que nos hablen grandes hombres, donde nos importa más, lo grande que son que sus palabras.

¿No es acaso el artesano, hijo de María” El pueblo de Nazaret, no concibió posible que el Mesías maravilloso que se esperaba, saliera del seno de una familia conocida y sin mucha trascendencia, como lo eran José y María. Por eso, sus paisanos atacados fuertemente por la tentación de triunfalismo, no podían aceptarlo como profeta. Sin embargo, Dios elige a la gente sencilla, para enseñar y confundir a los sabios y entendidos. Ya lo cantó María en el Magníficat: “Derribó de su trono a los poderosos y despidió a los ricos con las manos vacías”.

Muchas veces dijo Jesús a la gente: “El que tenga oídos, que oiga”.

El Señor nos bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

www.caminando-con-jesus.org

caminandoconjesus@vtr.net

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

………