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EL
SACRAMENTO DE Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant |
ARTÍCULO 6 1536 El Orden es el sacramento gracias
al cual la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue siendo ejercida
en (Sobre
la institución y la misión del ministerio apostólico por Cristo ya se ha
tratado en la primera parte. Aquí sólo se trata de la realidad sacramental
mediante la que se transmite este ministerio) I El nombre de
sacramento del Orden 1537 La palabra Orden
designaba, en la antigüedad romana, cuerpos constituidos en sentido civil,
sobre todo el cuerpo de los que gobiernan. Ordinatio
designa la integración en un ordo. En 1538 La integración en uno de estos
cuerpos de II El sacramento del
Orden en la economía de la salvación El
sacerdocio de 1539 El pueblo elegido fue constituido
por Dios como "un reino de sacerdotes y una nación consagrada" (Ex
19,6; cf Is 61,6). Pero dentro del pueblo de Israel, Dios escogió una de las
doce tribus, la de Leví, para el servicio litúrgico (cf. Nm
1,48-53); Dios mismo es la parte de su herencia (cf. Jos
13,33). Un rito propio consagró los orígenes del sacerdocio de 1540 Instituido para anunciar la
palabra de Dios (cf Ml 2,7-9) y para restablecer la
comunión con Dios mediante los sacrificios y la oración, este sacerdocio de 1541 No obstante, la liturgia de Dios
y Padre de nuestro Señor Jesucristo...has establecido las reglas de 1542 En la ordenación de presbíteros, Señor,
Padre Santo...en 1543 Y en la oración consecratoria para la ordenación de diáconos, Dios
Todopoderoso...tú haces crecer a El
único sacerdocio de Cristo 1544 Todas las prefiguraciones del
sacerdocio de 1545 El sacrificio redentor de Cristo
es único, realizado una vez por todas. Y por esto se hace presente en el sacrificio
eucarístico de Dos
modos de participar en el único sacerdocio de Cristo 1546 Cristo, sumo sacerdote y único
mediador, ha hecho de 1547 El sacerdocio ministerial o
jerárquico de los obispos y de los presbíteros, y el sacerdocio común de
todos los fieles, "aunque su diferencia es esencial y no sólo en grado,
están ordenados el uno al otro; ambos, en efecto, participan, cada uno a su
manera, del único sacerdocio de Cristo" (LG 10). ¿En qué sentido?
Mientras el sacerdocio común de los fieles se realiza en el desarrollo de la
gracia bautismal (vida de fe, de esperanza y de caridad, vida según el
Espíritu), el sacerdocio ministerial está al servicio del sacerdocio común,
en orden al desarrollo de la gracia bautismal de todos los cristianos. Es uno
de los medios por los cuales Cristo no cesa de construir y de conducir
a su Iglesia. Por esto es transmitido mediante un sacramento propio, el
sacramento del Orden. In
persona Christi Capitis... 1548 En el servicio eclesial del
ministro ordenado es Cristo mismo quien está presente a su Iglesia como
Cabeza de su cuerpo, Pastor de su rebaño, sumo sacerdote del sacrificio
redentor, Maestro de El
ministro posee en verdad el papel del mismo Sacerdote, Cristo Jesús. Si,
ciertamente, aquel es asimilado al Sumo Sacerdote, por la consagración
sacerdotal recibida, goza de la facultad de actuar por el poder de Cristo
mismo a quien representa (virtute ac persona ipsius Christi) (Pío XII, enc.
Mediator Dei) "Christus
est fons totius sacerdotii; nan sacerdos legalis erat figura ipsius, sacerdos autem novae legis
in persona ipsius operatur"
("Cristo es la fuente de todo sacerdocio, pues el sacerdote de la
antigua ley era figura de EL, y el sacerdote de la nueva ley actúa en
representación suya" (S. Tomás de A., s.th. 3,
22, 4). 1549 Por el ministerio ordenado,
especialmente por el de los obispos y los presbíteros, la presencia de Cristo
como cabeza de 1550 Esta presencia de Cristo en el
ministro no debe ser entendida como si éste estuviese exento de todas las
flaquezas humanas, del afán de poder, de errores, es decir del pecado. No
todos los actos del ministro son garantizado s de la misma manera por la
fuerza del Espíritu Santo. Mientras que en los sacramentos esta garantía es
dada de modo que ni siquiera el pecado del ministro puede impedir el fruto de
la gracia, existen muchos otros actos en que la condición humana del ministro
deja huellas que no son siempre el signo de la fidelidad al evangelio y que
pueden dañar por consiguiente a la fecundidad apostólica de 1551 Este sacerdocio es ministerial.
"Esta Función, que el Señor confió a los pastores de su pueblo, es un
verdadero servicio" (LG 24). Está enteramente referido a Cristo y a los
hombres. Depende totalmente de Cristo y de su sacerdocio único, y fue
instituido en favor de los hombres y de la comunidad de “En
nombre de toda 1552 El sacerdocio ministerial no
tiene solamente por tarea representar a Cristo –Cabeza de 1553 "En nombre de toda III Los tres grados del
sacramento del Orden 1554 "El ministerio eclesiástico,
instituido por Dios, está ejercido en diversos órdenes que ya desde antiguo
reciben los nombres de obispos, presbíteros y diáconos" (LG 28). La
doctrina católica, expresada en la liturgia, el magisterio y la práctica
constante de Que
todos reverencien a los diáconos como a Jesucristo, como también al obispo,
que es imagen del Padre, y a los presbíteros como al senado de Dios y como a
la asamblea de los apóstoles: sin ellos no se puede hablar de Iglesia (S.
Ignacio de Antioquía, Trall. 3,1) La
ordenación episcopal, plenitud del sacramento del Orden 1555 "Entre los diversos
ministerios que existen en 1556 "Para realizar estas
funciones tan sublimes, los Apóstoles se vieron enriquecidos por Cristo con
la venida especial del Espíritu Santo que descendió sobre ellos. Ellos mismos
comunicaron a sus colaboradores, mediante la imposición de las manos, el don
espiritual que se ha transmitido hasta nosotros en la consagración de los
obispos" (LG 21). 1557 El Concilio Vaticano II
"enseña que por la consagración episcopal se recibe la plenitud del sacramento
del Orden. De hecho se le llama, tanto en la liturgia de 1558 "La consagración episcopal
confiere, junto con la función de santificar, también las funciones de
enseñar y gobernar... En efecto...por la imposición de las manos y por las
palabras de la consagración se confiere la gracia del Espíritu Santo y queda marcado con el carácter sagrado. En consecuencia, los
obispos, de manera eminente y visible, hacen las veces del mismo Cristo,
Maestro, Pastor y Sacerdote, y actúan en su nombre (in eius
persona agant)" (ibid.).
"El Espíritu Santo que han recibido ha hecho de los obispos los
verdaderos y auténticos maestros de la fe, pontífices y pastores" (CD 2). 1559 "Uno queda constituido
miembro del Colegio episcopal en virtud de la consagración episcopal y por la
comunión jerárquica con 1560 Cada obispo tiene, como vicario
de Cristo, el oficio pastoral de 1561 Todo lo que se ha dicho explica
por qué La
ordenación de los presbíteros - cooperadores de los obispos 1562 "Cristo, a quien el Padre
santificó y envió al mundo, hizo a los obispos partícipes de su misma
consagración y misión por medio de los Apóstoles de los cuales son sucesores.
Estos han confiado legítimamente la función de su ministerio en diversos
grados a diversos sujetos en 1563 "El ministerio de los
presbíteros, por estar unido al Orden episcopal, participa de la autoridad
con la que el propio Cristo construye, santifica y gobierna su Cuerpo. Por
eso el sacerdocio de los presbíteros supone ciertamente los sacramentos de la
iniciación cristiana. Se confiere, sin embargo, por aquel sacramento peculiar
que, mediante la unción del Espíritu Santo, marca a los sacerdotes con un
carácter especial. Así quedan identificados con Cristo Sacerdote, de tal
manera que puedan actuar como representantes de Cristo Cabeza" (PO 2). 1564 "Los presbíteros, aunque no
tengan la plenitud del sacerdocio y dependan de los obispos en el ejercicio
de sus poderes, sin embargo están unidos a éstos en el honor del sacerdocio
y, en virtud del sacramento del Orden, quedan consagrados como verdaderos
sacerdotes de 1565 En virtud del sacramento del
Orden, los presbíteros participan de la universalidad de la misión confiada
por Cristo a los apóstoles. El don espiritual que recibieron en la ordenación
los prepara, no para una misión limitada y restringida, "sino para una
misión amplísima y universal de salvación `hasta los extremos del
mundo'" (PO 10), "dispuestos a predicar el evangelio por todas
partes" (OT 20). 1566 "Su verdadera función
sagrada la ejercen sobre todo en el culto o en la comunión eucarística.
En ella, actuando en la persona de Cristo y proclamando su Misterio, unen la
ofrenda de los fieles al sacrificio de su Cabeza; actualizan y aplican en el
sacrificio de la misa, hasta la venida del Señor, el único Sacrificio de 1567 "Los presbíteros, como
colaboradores diligentes de los obispos y ayuda e instrumento suyos, llamados
para servir al Pueblo de Dios, forman con su obispo un único presbiterio,
dedicado a diversas tareas. En cada una de las comunidades locales de fieles
hacen presente de alguna manera a su obispo, al que están unidos con
confianza y magnanimidad; participan en sus funciones y preocupaciones y las
llevan a la práctica cada día" (LG 28). Los presbíteros sólo pueden
ejercer su ministerio en dependencia del obispo y en comunión con él. La promesa
de obediencia que hacen al obispo en el momento de la ordenación y el beso de
paz del obispo al fin de la liturgia de la ordenación significa que el obispo
los considera como sus colaboradores, sus hijos, sus hermanos y sus amigos y
que a su vez ellos le deben amor y obediencia. 1568 "Los presbíteros,
instituidos por la ordenación en el orden del presbiterado, están unidos
todos entre sí por la íntima fraternidad del sacramento. Forman un único
presbiterio especialmente en la diócesis a cuyo servicio se dedican bajo la
dirección de su obispo" (PO 8). La unidad del presbiterio encuentra una
expresión litúrgica en la costumbre de que los presbíteros impongan a su vez
las manos, después del obispo, durante el rito de la ordenación. La
ordenación de los diáconos, “en orden al ministerio” 1569 "En el grado inferior de la
jerarquía están los diácon os, a los que se les
imponen las 'para realizar un servicio y no para ejercer el sacerdocio'"
(LG 29; cf CD 15). En la ordenación al diaconado, sólo el obispo impone las manos , significando así que el diácono está especialmente
vinculado al obispo en las tareas de su "diaconía" (cf S. Hipólito,
trad. ap. 8). 1570 Los diáconos participan de una
manera especial en la misión y la gracia de Cristo (cf LG 41; AA 16). El
sacramento del Orden los marco con un sello (carácter) que nadie puede
hacer desaparecer y que los configura con Cristo que se hizo
"diácono", es decir, el servidor de todos (cf Mc 10,45; Lc 22,27;
S. Policarpo, Ep 5,2). Corresponde a los diáconos,
entre otras cosas, asistir al obispo y a los presbíteros en la celebración de
los divinos misterios sobre todo de 1571 Desde el Concilio Vaticano II, IV La celebración de
este sacramento 1572 La celebración de la ordenación
de un obispo, de presbíteros o de diáconos, por su importancia para la vida
de 1573 El rito esencial del
sacramento del Orden está constituido, para los tres grados, por la
imposición de manos del obispo sobre la cabeza del ordenando así como por una
oración consecratoria específica que pide a Dios la
efusión del Espíritu Santo y de sus dones apropiados al ministerio para el
cual el candidato es ordenado (cf Pío XII, const. ap. Sacramentum
Ordinis, DS 3858). 1574 Como en todos los sacramentos,
ritos complementarios rodean la celebración. Estos varían notablemente en las
distintas tradiciones litúrgicas, pero tienen en común la expresión de
múltiples aspectos de la gracia sacramental. Así, en el rito latino, los
ritos iniciales - la presentación y elección del ordenando, la alo cución del obispo, el interrogatorio del ordenando, las
letanías de los santos - ponen de relieve que la elección del candidato se
hace conforme al uso de V El ministro de este
sacramento 1575 Fue Cristo quien eligió a los
apóstoles y les hizo partícipes de su misión y su autoridad. Elevado a la
derecha del Padre, no abandona a su rebaño, sino que lo guarda por medio de
los apóstoles bajo su constante protección y lo dirige también mediante estos
mismos pastores que continúan hoy su obra (cf MR, Prefacio de Apóstoles). Por
tanto, es Cristo "quien da" a unos el ser apóstoles, a otros
pastores (cf. Ef 4,11). Sigue actuando por medio de los obispos (cf LG 21). 1576 Dado que el sacramento del Orden
es el sacramento del ministerio apostólico, corresponde a los obispos, en
cuanto sucesores de los apóstoles, transmitir "el don espiritual"
(LG 21), "la semilla apostólica" (LG 20). Los obispos válidamente
ordenados, es decir, que están en la línea de la sucesión apostólica,
confieren válidamente los tres grados del sacramento del Orden (cf DS 794 y
802; CIC, can. 1012; CCEO, can. 744; 747). VI Quién puede recibir
este sacramento
1578 Nadie tiene derecho a
recibir el sacramento del Orden. En efecto, nadie se arroga para sí mismo
este oficio. Al sacramento se es llamado por Dios (cf Hb 5,4). Quien cree
reconocer las señales de la llamada de Dios al ministerio ordenado, debe
someter humildemente su deseo a la autoridad de 1579 Todos los ministros ordenados de 1580 En las Iglesias Orientales, desde
hace siglos está en vigor una disciplina distinta: mientras los obispos son
elegidos únicamente entre los célibes, hombres casados pueden ser ordenados
diáconos y presbíteros. Esta práctica es considerada como legítima desde
tiempos remotos; estos presbíteros ejercen un ministerio fructuoso en el seno
de sus comunidades (cf PO 16). Por otra parte, el celibato de los presbíteros
goza de gran honor en las Iglesias Orientales, y son numerosos los
presbíteros que lo escogen libremente por el Reino de Dios. En Oriente como
en Occidente, quien recibe el sacramento del Orden no puede contraer
matrimonio. VII Los efectos del
sacramento del Orden 1581 Este sacramento configura con
Cristo mediante una gracia especial del Espíritu Santo a fin de servir de
instrumento de Cristo en favor de su Iglesia. Por la ordenación recibe la
capacidad de actuar como representante de Cristo, Cabeza de 1582 Como en el caso del Bautismo y de
1583 Un sujeto válidamente ordenado
puede ciertamente, por causas graves, ser liberado de las obligaciones y las
funciones vinculadas a la ordenación, o se le puede impedir ejercerlas (cf
CIC, can. 290-293; 1336,1, nn 3º y 5º; 1338,2),
pero no puede convertirse de nuevo en laico en sentido estricto (cf. CC. de
Trento: DS 1774) porque el carácter impreso por la ordenación es para
siempre. La vocación y la misión recibidas el día de su ordenación, lo marcan
de manera permanente. 1584 Puesto que en último término es
Cristo quien actúa y realiza la salvación a través del ministro ordenado, la
indignidad de éste no impide a Cristo actuar (cf Cc. de Trento: DS 1612;
1154). S. Agustín lo dice con firmeza: En
cuanto al ministro orgulloso, hay que colocarlo con el diablo. Sin embargo,
el don de Cristo no por ello es profanado: lo que llega a través de él
conserva su pureza, lo que pasa por él permanece limpio y llega a la tierra
fértil...En efecto, la virtud espiritual del sacramento es semejante a la
luz: los que deben ser iluminados la reciben en su pureza y, si atraviesa
seres manchados, no se mancha (Ev. Ioa. 5, 15). La
gracia del Espíritu Santo 1585 La gracia del Espíritu Santo
propia de este sacramento es la de ser configurado con Cristo Sacerdote,
Maestro y Pastor, de quien el ordenado es constituido ministro. 1586 Para el obispo, es en primer
lugar una gracia de fortaleza ("El Espíritu de soberanía": Oración
de consagración del obispo en el rito latino): la de guiar y defender con
fuerza y prudencia a su Iglesia como padre y pastor, con amor gratuito para
todos y con predilección por los pobres, los enfermos y los necesitados (cf
CD 13 y 16). Esta gracia le impulsa a anunciar el evangelio a todos, a ser el
modelo de su rebaño, a precederlo en el camino de la santificación
identificándose en Concede,
Padre que conoces los corazones, a tu siervo que has elegido para el
episcopado, que apaciente tu santo rebaño y que ejerza ante ti el supremo
sacerdocio sin reproche sirviéndote noche y día; que haga sin cesar propicio
tu rostro y que ofrezca los dones de tu santa Iglesia, que en virtud del
espíritu del supremo sacerdocio tenga poder de perdonar los pecados según tu
mandamiento, que distribuya las tareas siguiendo tu orden y que desate de
toda atadura en virtud del poder que tú diste a los apóstoles; que te agrade
por su dulzura y su corazón puro, ofreciéndote un perfume agradable por tu
Hijo Jesucristo... (S. Hipólito, Trad. Ap. 3). 1587 El don espiritual que confiere la
ordenación presbiteral está expresado en esta oración propia del rito
bizantino. El obispo, imponiendo la mano, dice: Señor,
llena del don del Espíritu Santo al que te has dignado elevar al grado del
sacerdocio para que sea digno de presentarse sin reproche ante tu altar, de
anunciar el evangelio de tu Reino, de realizar el ministerio de tu palabra de
verdad, de ofrecerte dones y sacrificios espirituales, de renovar tu pueblo
mediante el baño de la regeneración; de manera que vaya al encuentro de
nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, tu Hijo único, el día de su segunda
venida, y reciba de tu inmensa bondad la recompensa de una fiel
administración de su orden (Euchologion). 1588 En cuanto a los diáconos,
"fortalecidos, en efecto, con la gracia del sacramento, en comunión con
el obispo y sus presbíteros, están al servicio del Pueblo de Dios en el
ministerio de la liturgia, de la palabra y de la caridad" (LG 29). 1589 Ante la grandeza de la gracia y del oficio sacerdotales, los santos doctores sintieron la
urgente llamada a la conversión con el fin de corresponder mediante toda su
vida a aquel de quien el sacramento los constituye ministros. Así, S.
Gregorio Nazianceno, siendo joven sacerdote,
exclama: Es
preciso comenzar por purificarse antes de purificar a los otros; es preciso
ser instruido para poder instruir; es preciso ser luz para iluminar,
acercarse a Dios para acercarle a los demás, ser santificado para santificar,
conducir de la mano y aconsejar con inteligencia (Or.
2, 71). Sé de quién somos ministros, donde nos encontramos y adonde nos
dirigimos. Conozco la altura de Dios y la flaqueza del hombre, pero también
su fuerza (ibid. 74) (Por tanto, ¿quién es el sacerdote?
Es) el defensor de la verdad, se sitúa junto a los ángeles, glorifica con los
arcángeles, hace subir sobre el altar de lo alto las víctimas de los
sacrificios, comparte el sacerdocio de Cristo, restaura la criatura,
restablece (en ella) la imagen (de Dios), la recrea para el mundo de lo alto,
y, para decir lo más grande que hay en él, es divinizado y diviniza (ibid. 73). Y
el santo Cura de Ars dice: "El sacerdote continua la obra de redención
en la tierra"..."Si se comprendiese bien al sacerdote en la tierra
se moriría no de pavor sino de amor"..."El sacerdocio es el amor
del corazón de Jesús". 1590 S. Pablo dice a su discípulo
Timoteo: "Te recomiendo que reavives el carisma de Dios que está en ti
por la imposición de mis manos" (2 Tm 1,6), y
"si alguno aspira al cargo de obispo, desea una noble función" (1 Tm 3,1). A Tito decía: "El motivo de haberte dejado
en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras
presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené" (Tt
1,5). 1591 1592 El sacerdocio ministerial difiere
esencialmente del sacerdocio común de los fieles porque confiere un poder
sagrado para el servicio de los fieles. Los ministros ordenados ejercen su
servicio en el pueblo de Dios mediante la enseñanza (munus
docendi), el culto divino (munus
liturgicum) y por el gobierno pastoral (munus regendi). 1593 Desde los orígenes, el
ministerio ordenado fue conferido y ejercido en tres grados: el de los
Obispos, el de los presbíteros y el de los diáconos. Los ministerios
conferidos por la ordenación son insustituibles para la estructura orgánica
de 1594 El obispo recibe la plenitud
del sacramento del Orden que lo incorpora al colegio episcopal y hace de él
la cabeza visible de 1595 Los presbíteros están unidos a
los obispos en la dignidad sacerdotal y al mismo tiempo dependen de ellos en
el ejercicio de sus funciones pastorales; son llamados a ser cooperadores
diligentes de los obispos; forman en torno a su Obispo el presbiterio que
asume con él la responsabilidad de 1596 Los diáconos son ministros
ordenados para las tareas de servicio de 1597 El sacramento del Orden es
conferido por la imposición de las manos seguida de una oración consecratoria solemne que pide a Dios para el ordenando
las gracias del Espíritu Santo requeridas para su ministerio. La ordenación imprime
un carácter sacramental indeleble. 1598 1599 En 1600 Corresponde a los Obispos
conferir el sacramento del Orden en los tres grados. |
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant |