“Caminaré en la presencia del Señor”. Reflexión desde el Sal 114, 1-6. 8-9 Autor: Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant ocds En
medio del dolor, viene la ayuda del Señor, por eso el salmo canta la gratitud
de quien se siente socorrido por Dios. R.
Caminaré en la presencia del Señor. Amo
al Señor, porque él escucha el clamor de mi súplica, porque inclina su oído
hacia mí, cuando yo lo invoco. Los
lazos de la muerte me envolvieron, me alcanzaron las redes del Abismo, caí en
la angustia y la tristeza; entonces invoqué al Señor: "¡Por favor,
sálvame la vida!" El
Señor es justo y bondadoso, nuestro Dios es compasivo; el Señor protege a los
sencillos: yo estaba en la miseria y me salvó. Él
libró mi vida de la muerte, mis ojos de las lágrimas y mis pies de la caída. Yo
caminaré en la presencia del Señor, en la tierra de los vivientes. “AMO AL SEÑOR, PORQUE ÉL ESCUCHA EL CLAMOR DE MI SÚPLICA”, Este
salmo eucarístico nos describe la liberación de un inminente peligro de
muerte como consecuencia de una enfermedad. El salmista, liberado de un peligro
de muerte; “Él
libró mi vida de la muerte, mis ojos de las lágrimas y mis pies de la caída”. Reconocido
a los beneficios recibidos, el salmista declara su amor para con el Señor,
que nunca ha desoído sus plegarias; “Amo al Señor, porque él escucha el
clamor de mi súplica”, pero ahora esto tiene un
particular sentido, ya que el Señor le ha dispensado una gracia excepcional
al salvarlo de un peligro grave de muerte a causa de una enfermedad que no
especifica. En el momento crítico de su vida, el Señor inclino sus oídos
hacia él desde el cielo para recibir y despachar su ansiosa súplica. “porque
inclina su oído hacia mí, cuando yo lo invoco”. En
efecto, se hallaba en angustia mortal, pues habían hecho presa de él los
lazos de la muerte, “Los
lazos de la muerte me envolvieron”, que
en el lenguaje bíblico significan las enfermedades. El salmista se hace eco
de la opinión popular — tomada de los babilonios — de que las enfermedades
son emisarios de la región de los muertos para poblarla con nuevos inquilinos.
Poéticamente, el salmista presenta a la muerte y del abismo como dos
cazadores al acecho de vidas humanas, poniendo lazos — enfermedades — para
que éstos caigan en ellos. “Los lazos de la muerte me
envolvieron, me alcanzaron las redes del Abismo, caí en la angustia y la
tristeza; Pero bastó la invocación confiada al
Señor; “entonces
invoqué al Señor: "¡Por favor, sálvame la vida!" para verse libre de su crítica situación, pues el Dios de
Israel tiene predilección por los sencillos y humildes que confían en El. El
salmista ha sentido la mano bienhechora de su Dios, y de nuevo quiere volver
a la quietud para darle gracias sin ansiedades ni sobresaltos. Recuperada la
salud y alejado el peligro de ir a la tierra de los muertos, el salmista
tiene el firme propósito de conformar su vida a la ley divina; “Caminaré
en la presencia del Señor”, en su existencia terrena: “en
la tierra de los vivientes” que son los únicos que pueden cantar
las alabanzas a Dios y reconocer sus beneficios. El Señor les Bendiga Pedro Sergio Domingo XXIV Ciclo B Reflexiones de los Salmos
Dominicales en este link: Fuentes: Algunos comentarios están tomados de la Biblia Nácar Colunga, adaptación pedagógica: del Dr. Carlos Etchevarne, Bach. Teología, otros comentarios están tomados de Maximiliano García Cordero, en la Biblia comentada de la BAC |
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