SAN PABLO La familia y las
obligaciones de sus miembros |
Los deberes de los esposos Sean dóciles los unos a los otros por consideración a
Cristo: las mujeres a su marido, como si fuera el Señor, porque el varón es
la cabeza de la mujer, como Cristo es Así como Maridos, amen a su esposa, como Cristo amó a Del mismo modo, los maridos deben amar a su mujer
como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo. Nadie menosprecia a su propio cuerpo, sino que lo
alimenta y lo cuida. Así hace Cristo por Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre
para unirse a su mujer, y los dos serán una sola carne. Este es un gran misterio: y yo digo que se refiere a
Cristo y a Los deberes de los padres y de los hijos Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor porque esto
es lo justo, ya que el primer mandamiento que contiene una promesa es este:
Honra a tu padre y a tu madre, para que seas feliz y tengas una larga vida en
la tierra. Padres, no irriten a sus hijos; al contrario,
edúquenlos, corrigiéndolos y aconsejándolos, según el espíritu del Señor. Ef.
6:1-4; Los deberes familiares Mujeres, sean dóciles a su marido, como corresponde a
los discípulos del Señor. Maridos, amen a su mujer, y no le amarguen la vida.
Hijos, obedezcan siempre a sus padres, porque esto es agradable al Señor. Padres,
no exasperen a sus hijos, para que ellos no se desanimen. Col. 3:18-21; Que las mujeres, por su parte, se
arreglen decentemente, con recato y modestia, sin usar peinados rebuscados,
ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos. Que se adornen más bien con buenas
obras, como conviene a personas que practican la piedad. Que las mujeres
escuchen la instrucción en silencio, con todo respeto. No permito que ellas
enseñen, ni que pretendan imponer su autoridad sobre el marido: al contrario,
que permanezcan calladas. Porque primero fue creado Adán, y después Eva. Y no
fue Adán el que se dejó seducir, sino que Eva fue engañada y cayó en el
pecado. Pero la mujer se salvará, cumpliendo sus deberes de madre, a
condición de que persevere en la fe, en el amor y en la santidad, con la
debida discreción.1 Tim. 2:9-15 |
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |