SAN PABLO La Santidad |
“¿Y qué acuerdo hay ente el templo de Dios y los
ídolos? Porque vosotros sois el templo de Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán Mi pueblo (Lv. 26:12). Por lo cual, salid de en medio de ellos, y
apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré (Is.
52:11). Y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas,
dice el Señor Todopoderoso (Jer. 3:19; Os. 1:10). Así que, amados, puesto que
tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de
espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2 Cor. 6:16-7:1). “Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación;
que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia
esposa en santidad y honor” (1 Tes. 4:3-4) ¿No saben acaso que sus cuerpos son miembros de
Cristo? ¿Cómo voy a tomar los miembros de Cristo para convertirlos en
miembros de una prostituta? De ninguna manera. ¿No saben que el que se une a
una prostituta, se hace un solo cuerpo con ella? Porque dice Y nos ha elegido en él, antes de la creación del
mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el
amor. Ef. 1:4 Ver también: Col. 1:22-23; Heb. 10:10; Heb. 10:14;
Heb. 12:14-15. |
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |