SAN PABLO La vida – combate
espiritual |
“Vestios de toda la
armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del
diablo... Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros
lomos con Pero ustedes, hermanos, no viven en las tinieblas
para que ese Día los sorprenda como un ladrón: 5 todos ustedes son hijos de
la luz, hijos del día. Nosotros no pertenecemos a la noche ni a las
tinieblas. No nos durmamos, entonces,
como hacen los otros: permanezcamos despiertos y seamos sobrios. Los que
duermen lo hacen de noche, y también los que se emborrachan. Nosotros, por el
contrario, seamos sobrios, ya que pertenecemos al día: revistámonos con la
coraza de la fe y del amor, y cubrámonos con el casco de la esperanza de la
salvación. 1 Tes. 5:4-8; Porque, aunque vivimos en la carne, no combatimos con
medios carnales. No, las armas de nuestro combate no son carnales, pero, por la
fuerza de Dios, son suficientemente poderosas para derribar fortalezas. Por
eso destruimos los sofismas y toda clase de altanería que se levanta contra
el conocimiento de Dios, y sometemos toda inteligencia humana para que
obedezca a Cristo. 2 Cor. 10:3-5; En efecto, ustedes, hermanos, siguieron el ejemplo de
las Iglesias de Dios, unidas a Cristo Jesús, que están en Judea, porque han
sufrido de parte de sus compatriotas el mismo trato que ellas sufrieron de
parte de los judíos. Ellos mataron al Señor Jesús y a los profetas, y también
nos persiguieron a nosotros; no agradan a Dios y son enemigos de todos los
hombres, 16 ya que nos impiden predicar a los paganos para que se salven.
Así, constantemente están colmando la medida de sus pecados, pero la ira de
Dios ha caído sobre ellos para siempre. Col. 2:14-15. |
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |