SAN PABLO Renovación
espiritual y la vida cristiana |
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura
es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Cor. 5:17).
“Porque todos los que habéis sido bautizados en
Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay
esclavo, ni libre; ni varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en
Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham
sois, y herederos según la promesa. … Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no
satisfagáis los deseos de la carne” (Gal. 3:27-29; 5:16). “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las
cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la
mirada en las cosas de arriba, no a las de la tierra. Porque habéis muerto, y
vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida,
se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con El en
gloria. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza,
pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por
las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las
cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.
Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia,
blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los
otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del
nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el
conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión e incircuncisión, bárbaro ni escita,
siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Vestios,
como elegidos de Dios, santos y armados, de entrañable misericordia, de
benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a
otros, y perdonándoos unos o otros si alguno tuviera queja contra otro. De la
manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas
estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios
gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un
solo Cuerpo; y sed agradecidos. “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo:
¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor
está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de
Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es
verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo
lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en
esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí,
esto haced; el Dios de la paz estará con vosotros” (Fil. 4:4-9). “También os rogamos, hermanos, a que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos. Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno uno para con otros, y para con todos. Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. No apaguéis al Espíritu. Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal” (1 Tes. 5:14-22). |
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |