SAN PABLO Sobre la ayuda a
los necesitados |
“Por eso digo: El que siembra escasamente, también
segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también
segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por
necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que
abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las
cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra. Como está escrito:
Repartió, dio a los pobres; su justicia permanece para siempre (Sal. 112:9).
Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y
multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia,
para que estéis enriquecidos en todo para toda libertad, la cual produce por
medio de nosotros acción de gracias a Dios. Porque la ministración
de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que
también abunda en muchas acciones de gracias a Dios” (2 Cor. 9:6-12) En cuanto a la colecta en favor de los santos, haced
también vosotros tal como mandé a las Iglesias de Galacia. Cada primer día de
la semana, cada uno de vosotros reserve en su casa lo que haya podido
ahorrar, de modo que no se hagan las colectas cuando llegue yo. Cuando me
halle ahí, enviaré a los que hayáis considerado dignos, acompañados de
cartas, para que lleven a Jerusalén vuestra liberalidad. Y si vale la pena de
que vaya también yo, irán conmigo. 1 Cor. 16:1-4 Esta no es una orden: solamente quiero que
manifiesten la sinceridad de su amor, mediante la solicitud por los demás. Ya
conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo que, siendo rico, se hizo
pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza. Por eso, quiero
darles un consejo que les será provechoso, ya que ustedes, el año pasado,
fueron los primeros, no sólo en emprender esta obra, sino también en decidir
su realización. Llévenla ahora a término, para que los hechos respondan, según
las posibilidades de cada uno, a la decisión de la voluntad. Porque cuando
existe esa decisión, a uno se lo acepta con lo que tiene y no se hace
cuestión de lo que no tiene. No se trata de que ustedes sufran necesidad para
que otros vivan en la abundancia, sino de que haya igualdad. En el caso
presente, la abundancia de ustedes suple la necesidad de ellos, para que un
día, la abundancia de ellos supla la necesidad de ustedes. Así habrá
igualdad, de acuerdo con lo que dice |
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |