SAN PABLO La conciencia |
“Este mandamiento, hijo Timoteo,
te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto
a ti, milites por ellas la buena milicia, manteniendo la fe y buena
conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos” (1 Tim. 1:18-19). ¡Cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu
Eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras
muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo! Heb. 9:14 Acerquémonos con sincero corazón , en plenitud de fe, purificados los corazones de conciencia mala y lavados los cuerpos con agua pura. Heb. 10:22. |
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |