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JUEVES SANTO CON AMOR INMENSO TE AME |
Autor: Jesus Marti
Ballester |
1. "Sabiendo Jesús que había llegado la hora de
pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el
mundo, los amó hasta el extremo" Juan 13,1. El amor inmenso de Dios a
sus discípulos y en ellos a todos los hombres, encerrado en el Corazón de
Cristo, como un embalse gigantesco, parece que se va a desbordar en la
expresión del evangelista: "los amó hasta el extremo". La
manifestación de ese amor extremado va a ser la institución de 2. La característica más típica de la pascua hebrea
era que había de celebrarse "de prisa". Su celebración es anterior
a la vida del pueblo de Israel en Egipto. Era una fiesta de pastores, que se
celebraba en la primavera. En el plenilunio, sin sacerdote y en familia, se
sacrificaba un cordero y con su sangre ungían los palos de la tienda. Este
gesto tenía carácter propiciatorio. Asaban el cordero y lo comían con pan ázimo y con hierbas amargas. 3. Con la liberación de Egipto, 4. De los romanos habían aprendido los judíos que
sólo los esclavos comen de pie, mientras los hombres libres comen sentados.
En tiempo de Jesús comían ya sentados. El Cenáculo está situado en la parte
superior de Jerusalén. Cuando todo estaba preparado, Jesús, que había visto
celebrar y había celebrado toda su vida la cena pascual, se reunió con sus
discípulos, y, recostados todos alrededor de la mesa, se dispusieron a
celebrar Jesús recita una breve oración para bendecir la mesa
y todos se lavan las manos. Después bendice una primera copa que circula
entre todos de mano en mano, y dice: "¡Cuánto he deseado cenar con
vosotros esta Pascua antes de mi Pasión! Porque os digo que nunca más la
comeré hasta que tenga su cumplimiento en el Reino de Dios". A
continuación se sirve el pan ázimo, con las hierbas
amargas untadas con salsa roja de dátiles, almendras, higos y canela,
amargura y colorido del sufrimiento del pueblo de Dios, oprimido por los
egipcios. Finalmente se sirve el cordero asado, símbolo del Cordero de Dios
que va a rescatar al mundo del pecado universal. Es la acción más imponente
que vamos a conmemorar y a vivir, el rescate de la vida y la creación total y
nueva del hombre amado por Dios. Mientras Jesús explica el significado de 5. Recostados como están sobre cojines, comen el
cordero pascual asado y las hierbas silvestres, y mientras todos beben la
segunda copa, dice Jesús: "Tomad esto y repartidlo entre vosotros.
Porque os digo que ya no beberé el vino de la vid hasta la llegada del Reino
de Dios". 6. Entonces, los discípulos van a contemplar atónitos
una escena inaudita, trascendental e imponente: Jesús se puso en pie, tomó
una jofaina y comenzó a lavarles los pies y a secárselos con la toalla. Pedro
se resiste y Jesús le dice que si no se deja lavar los pies, no puede ser su
discípulo. Sólo entonces Pedro cede y se deja, aunque no lo comprende. El
quiere hacer cosas por Cristo, hasta morir por él. Piensa que puede
purificarse él solo; es necesario que Pedro se deje salvar por Jesús. Que se
deje amar por el Señor. Que acepte su servicio salvífico
y redentor. Este lavatorio tiene un calado más profundo de lo que parece: no
sólo es un acto de amor y un humilde servicio a sus discípulos, y un acto
ejemplar que deben realizar unos con otros; es un bautismo, anticipación y
profecía del bautismo de sangre de mañana, Viernes Santo, cuando la derrame
por Pedro y por todos los hombres en el Calvario. Lavar es purificar. La
misión de Jesús es engendrar un pueblo de purificados. Así se comprenden las
palabras dichas a Pedro. Que el pequeño se incline ante el grande, no es
humildad, es normalidad. Que el grande se abaje al pequeño, eso es humildad.
Es lo que hace Jesús, el Hijo de Dios: "Cristo, a pesar de su condición
divina, no se aferró a su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su
rango y tomó la condición de esclavo, haciéndose uno de tantos". Pero,
sin la fe y el amor de los discípulos, ni la muerte ni la resurrección que
significa el lavatorio, serán eficaces. Por eso Judas, que estaba presente,
sigue manchado. Jesús, desde su amor, quiere crear una comunidad de amor
entre los hombres. Por eso les purifica de todo lo que se opone al amor.
Ahora Pedro exagera: los pies y la cabeza. Basta la aceptación de la
purificación. 7. Como cuando Juan escribe su evangelio, los tres
sinópticos ya han relatado la institución de 8. De Mateo, Lucas y Marcos, recibimos la narración
escalofriante, hecha con toda sencillez y laconismo: "Mientras comían,
Jesús cogió un pan, pronunció la bendición y lo partió; luego lo dio a sus
discípulos, diciendo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y cogiendo una copa,
pronunció la acción de gracias y se la pasó, diciendo: Bebed todos, que esta
es mi sangre, la sangre de la alianza, que se derrama por todos para el
perdón de los pecados". 9. Veinticinco años más tarde, Pablo testifica que él
ha recibido la misma tradición del Señor 1 Corintios 11,23. 10. Hoy, estamos reunidos para celebrar el sacrificio
del Señor, cuyo amor inmenso, abismo de fuego al que apenas podemos
asomarnos, nos produce vértigo. El Señor ha roto
nuestras cadenas con la sangre de Cristo derramada. El no quiere que muramos.
Nos creó para vivir eternamente, por eso le cuesta nuestra muerte, y si
permite la muerte natural, es para que sea la puerta de la vida eterna, que
es la suya, inmortal y gloriosa porque hemos comido su carne y bebido su
sangre. Al comer este pan y beber este cáliz esta tarde y quedar incorporados
a su misma vida y a su mismo amor, y al de todos los hermanos, cantemos de
corazón con el salmista: "El cáliz que bendecimos es la comunión de la
sangre de Cristo. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Te
ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor" Salmo
115. JESUS MARTI BALLESTER. |
JESUS MARTI BALLESTER |
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant |