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SABADO SANTO - VIGILIA PASCUAL LITURGIA |
Hoy es día de silencio y de
espera. Jesús, que compartió toda experiencia humana, pasa por la experiencia
de la muerte. Con esperanza estamos junto al sepulcro, confiando en que la
muerte no tendrá la última palabra. Ninguna celebración se realiza en este
día. Será recién por la noche, entre el sábado y el domingo, la que nos
permitirá celebrar el retorno de Jesús a la vida. Durante el Sábado Santo, En este día, la comunión sólo
puede darse a modo de viático. MISA DE En la solemne Vigilia Pascual,
toda Las distintas lecturas del Antiguo
Testamento nos llevan a contemplar la obra del Padre a través de la historia.
Él estuvo siempre presente con su voluntad de salvar a la humanidad. Salvar
del pecado, de la opresión, de la desesperanza. Él dio siempre su Palabra
para que su pueblo viva, y fue generoso al regalarnos su gracia. La
resurrección de su Hijo Jesús y el don del Espíritu son su regalo más grande. LITURGIA DE Solemne comienzo de BENDICIÓN DEL FUEGO Y PREPARACIÓN DELCIRIO SALUDO DEL MINISTRO INTRODUCCIÓN DEL CELEBRANTE Queridos hermanos: En esta noche
santa en la que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerte a la vida, BENDICIÓN DEL FUEGO Oremos. Señor, Padre nuestro, por
medio de tu Hijo que es la luz del mundo, has dado a los hombres la claridad
de tu luz. Dígnate bendecir + esta llama que brilla en la noche y enciende en
nosotros durante estas fiestas pascuales, un deseo
tan grande del cielo, que podamos llegar con un corazón limpio a las fiestas
de la eterna luz. Por Jesucristo nuestro Señor. El sacerdote enciende el cirio,
valiéndose del fuego recién bendecido, mientras dice: La luz de Cristo, que resucita
glorioso, disipe las tinieblas del corazón y del espíritu. PROCESIÓN En la procesión que iniciamos,
Jesucristo nos precede como Luz que guía. Por eso toda nuestra celebración
estará presidida por el cirio pascual, símbolo de Cristo Resucitado. La luz de Cristo. Y la asamblea contesta: Demos gracias a Dios. Todos avanzan hacia el templo
totalmente a oscuras, precedidos por el diácono (o el sacerdote) con el cirio
pascual. En la puerta de la iglesia, el diácono se detiene y, levantando el
cirio, vuelve a cantar: La luz de Cristo. Y la asamblea contesta: Demos gracias a Dios. Todos encienden sus velas de la
llama del cirio pascual, y entran en la iglesia. Cuando ha llegado frente al,
altar, el diácono se vuelve hacia la asamblea, y levantando de nuevo el
cirio, canta por tercera vez: La luz de Cristo. Y asamblea contesta: Demos gracias a Dios. Se encienden entonces todas las
luces en la iglesia, excepto los cirios del altar, y se da inicio al pregón
pascual. LITURGIA DE En esta Vigilia, madre de todas
las Vigilias, se proponen nueve lecturas: siete del Antiguo Testamento y dos
del Nuevo (epístola y evangelio). Antes de comenzar las lecturas, el
sacerdote se dirige al pueblo con estas palabras u otras semejantes: Hermanos: Después de comenzar
solemnemente esta Vigilia, escuchemos con atención 1ª LECTURA Gén 1, 1-2, 2 Del libro del Génesis. Al principio, Dios creó el cielo y
la tierra. La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el
abismo, y el soplo de Dios se cernía sobre las aguas. Entonces Dios dijo:
"Que exista la luz". Y la luz existió. Dios vio que la luz era
buena, y separó la luz de las tinieblas; y llamó Día a la luz y Noche a las
tinieblas. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el primer día. Dios
dijo: "Que haya un firmamento en medio de las aguas, para que establezca
una separación entre ellas". Y así sucedió. Dios hizo el firmamento, y
éste separó las aguas que están debajo de él, de las que están encima de él;
y Dios llamó Cielo al firmamento. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue
el segundo día. Dios dijo: "Que se reúnan en un solo lugar las aguas que
están bajo el cielo, y que aparezca el suelo firme". Y así sucedió. Dios
llamó Tierra al suelo firme y Mar al conjunto de las aguas. Y Dios vio que
esto era bueno. Entonces dijo: "Que la tierra produzca vegetales,
hierbas que den semilla, y árboles frutales que den sobre la tierra frutos de
su misma especie con su semilla adentro". Y así sucedió. La tierra hizo
brotar vegetales, hierba que da semilla según su especie y árboles que dan
fruto de su misma especie con su semilla adentro. Y Dios vio que esto era
bueno. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el tercer día. Dios dijo:
"Que haya astros en el firmamento del cielo para distinguir el día de la
noche; que ellos señalen las fiestas, los días y los años, y que estén como
lámparas en el firmamento del cielo para iluminar la tierra". Y así
sucedió. Dios hizo los dos grandes astros -el astro mayor para presidir el
día y el menor para presidir la noche- y también hizo las estrellas. Y los
puso en el firmamento del cielo para iluminar la tierra, para presidir el día
y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y Dios vio que esto era
bueno. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el cuarto día. Dios dijo: "Que
las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes y que vuelen pájaros
sobre la tierra, por el firmamento del cielo". Dios creó los grandes
monstruos marinos, las diversas clases de seres vivientes que llenan las
aguas deslizándose en ellas y todas las especies de animales con alas. Y Dios
vio que esto era bueno. Entonces los bendijo, diciendo: "Sean fecundos y
multiplíquense; llenen las aguas de los mares y que las aves se multipliquen
sobre la tierra". Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el quinto
día. Dios dijo: "Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes:
ganado, reptiles y animales salvajes de toda especie". Y así sucedió.
Dios hizo las diversas clases de animales del campo, las diversas clases de
ganado y todos los reptiles de la tierra, cualquiera sea su especie. Y Dios
vio que esto era bueno. Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen,
según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las
aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que
se arrastran por el suelo". Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a
imagen de Dios, los creó varón y mujer. Y los bendijo, diciéndoles:
"Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a
los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven
sobre la tierra". Y continuó diciendo: "Yo les doy todas las
plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que dan
frutos con semilla: ellos les servirán de alimento. Y a todas la fieras de la
tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se
arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde". Y así
sucedió. Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo
una tarde y una mañana: éste fue el sexto día. Así fueron terminados el cielo
y la tierra, y todos los seres que hay en ellos. El séptimo día, Dios
concluyó la obra que había hecho, y cesó de hacer la obra que había
emprendido. Palabra de Dios. COMENTARIO La creación del mundo descubierta,
revela al Creador. De ese descubrimiento surge el relato de la creación, en
el que la palabra poderosa de Dios es proclamada en la raíz del cosmos y del
hombre. Visto desde el Creador; el mundo es todo bueno. SALMO Sal 103, 1-2a.5-6.10.12-14ab.24.35 R. Señor, envía tu Espíritu y
renueva toda la tierra. Bendice al Señor, alma mía:
¡Señor, Dios mío, qué grande eres! Estás vestido de esplendor y majestad y te
envuelves con un manto de luz. R. Afirmaste la tierra sobre sus
cimientos: ¡no se moverá jamás! El océano la cubría como un manto, las aguas
tapaban las montañas. R. Haces brotar fuentes en los
valles, y corren sus aguas por las quebradas. Las aves del cielo habitan
junto a ellas y hacen oír su canto entre las ramas. R. Desde lo alto riegas las montañas,
y la tierra se sacia con el fruto de tus obras. Haces brotar la hierba para
el ganado y las plantas que el hombre cultiva. R. ¡Qué variadas son tus obras,
Señor! ¡Todo lo hiciste con sabiduría, la tierra está llena de tus criaturas!
¡Bendice al Señor, alma mía! R. ORACIÓN Oremos: Padre eterno y
todopoderoso, que actúas siempre con admirable sabiduría; concede a los
hombres que has redimido comprender que la creación al principio del mundo no
tiene mayor dignidad que el sacrificio de Cristo, nuestra Pascua, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de
los siglos. 2ª LECTURA Gén 22, 1-18 Del libro del Génesis. Dios puso a prueba a Abraham.
"¡Abraham!", le dijo. Él respondió: "Aquí estoy".
Entonces Dios le siguió diciendo: "Toma a tu hijo único, el que tanto
amas, a Isaac; ve a la región de Moria, y ofrécelo
en holocausto sobre la montaña que Yo te indicaré". A la madrugada del
día siguiente, Abraham ensilló su asno, tomó consigo a dos de sus servidores
y a su hijo Isaac, y después de cortar la leña para el holocausto, se dirigió
hacia el lugar que Dios le había indicado. Al tercer día, alzando los ojos,
divisó el lugar desde lejos, y dijo a sus servidores: "Quédense aquí con
el asno, mientras yo y el muchacho seguimos adelante. Daremos culto a Dios, y
después volveremos a reunirnos con ustedes". Abraham recogió la leña
para el holocausto y la cargó sobre su hijo Isaac; él, por su parte, tomó en
sus manos el fuego y el cuchillo, y siguieron caminando los dos juntos. Isaac
rompió el silencio y dijo a su padre Abraham: "¡Padre!". Él
respondió: "Sí, hijo mío". "Tenemos el fuego y la leña
-continuó Isaac- pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?".
"Dios proveerá el cordero para el holocausto", respondió Abraham. Y
siguieron caminando los dos juntos. Cuando llegaron al lugar que Dios le
había indicado, Abraham erigió un altar, dispuso la leña, ató a su hijo
Isaac, y lo puso sobre el altar encima de la leña. Luego extendió su mano y
tomó el cuchillo para inmolar a su hijo. Pero el Ángel del Señor lo llamó
desde el cielo: "¡Abraham, Abraham!". "Aquí estoy",
respondió él. Y el Ángel le dijo: "No pongas tu mano sobre el muchacho
ni le hagas ningún daño. Ahora sé que temes a Dios, porque no me has negado
ni siquiera a tu hijo único". Al levantar la vista, Abraham vio un
carnero que tenía los cuernos enredados en una zarza. Entonces fue a tomar el
carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Abraham llamó a ese
lugar: "El Señor proveerá", y de allí se origina el siguiente
dicho: "En la montaña del Señor se proveerá". Luego el Ángel del
Señor llamó por segunda vez a Abraham desde el cielo, y le dijo: "Juro
por mí mismo -oráculo del Señor-: porque has obrado de esa manera y no me has
negado a tu hijo único, Yo te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu
descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la
orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos,
y por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra, ya que
has obedecido mi voz". Palabra de Dios. COMENTARIO El hijo del sacrificio es el que
salva a Abrahán. La confianza en que no lo perdería le anima a no retenerlo.
Abrahán recobra al hijo multiplicado en un pueblo; en él está Dios que se lo
devuelve. SALMO Sal 15, 5.8-11 R. Protégeme, Dios mío, porque en
ti me refugio. El Señor es la parte de mi
herencia y mi cáliz, ¡tú decides mi suerte! Tengo siempre presente al Señor:
Él está a mi lado, nunca vacilaré. R. Por eso mi corazón se alegra, se
regocijan mis entrañas y todo mi ser descansa seguro: porque no me entregarás
a la muerte ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. R. Me harás conocer el camino de la
vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha.
R. ORACIÓN Oremos: Señor, Padre de los
creyentes, al derramar la gracia de la adopción has multiplicado sobre toda
la tierra los hijos de tu promesa, y por el misterio pascual, has hecho de tu
servidor Abraham el padre de todas las naciones, tal como lo habías
prometido. Concede a tu Pueblo saber también responder a tu Palabra. Por
Jesucristo nuestro Señor. 3ª LECTURA Éx 14, 15-15, 1a Del libro del Éxodo. El Señor dijo a Moisés:
"Ordena a los israelitas que reanuden la marcha. Y tú, con el bastón en
alto, extiende tu mano sobre el mar y divídelo en dos, para que puedan
cruzarlo a pie. Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios, y ellos
entrarán en el mar detrás de los israelitas. Así me cubriré de gloria a
expensas del Faraón y de su ejército, de sus carros y de sus guerreros. Los
egipcios sabrán que soy el Señor, cuando Yo me cubra de gloria a expensas del
Faraón, de sus carros y de sus guerreros". El Ángel de Dios, que
avanzaba al frente del campamento de Israel, retrocedió hasta colocarse
detrás de ellos; y la columna de nube se desplazó también de adelante hacia
atrás, interponiéndose entre el campamento egipcio y el de Israel. La nube
era tenebrosa para unos, mientras que para los otros iluminaba la noche, de
manera que en toda la noche no pudieron acercarse los unos a los otros.
Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo retroceder el
mar con un fuerte viento del este, que sopló toda la noche y transformó el
mar en tierra seca. Las aguas se abrieron, y los israelitas entraron a pie en
el cauce del mar, mientras las aguas formaban una muralla, a derecha e
izquierda. Los egipcios los persiguieron, y toda la caballería del Faraón,
sus carros y sus guerreros, entraron detrás de ellos en medio del mar. Cuando
estaba por despuntar el alba, el Señor observó las tropas egipcias desde la
columna de fuego y de nube, y sembró la confusión entre ellos. Además, frenó
las ruedas de sus carros de guerra, haciendo que avanzaran con dificultad.
Los egipcios exclamaron: "Huyamos de Israel, porque el Señor combate en
favor de ellos contra Egipto". El Señor dijo a Moisés: "Extiende tu
mano sobre el mar, para que las aguas se vuelvan contra los egipcios, sus
carros y sus guerreros". Moisés extendió su mano sobre el mar y, al
amanecer, el mar volvió a su cauce. Los egipcios ya habían emprendido la
huida, pero se encontraron con las aguas, y el Señor los hundió en el mar.
Las aguas envolvieron totalmente a los carros y a los guerreros de todo el
ejército del Faraón que habían entrado en medio del mar para perseguir a los
israelitas. Ni uno solo se salvó. Los israelitas, en cambio, fueron caminando
por el cauce seco del mar, mientras las aguas formaban una muralla, a derecha
e izquierda. Aquel día, el Señor salvó a Israel de las manos de los egipcios.
Israel vio los cadáveres de los egipcios que yacían a la orilla del mar, y
fue testigo de la hazaña que el Señor realizó contra Egipto. El pueblo temió
al Señor, y creyó en él y en Moisés, su servidor. Entonces Moisés y los
israelitas entonaron este canto en honor del Señor: COMENTARIO La liberación concreta de una
opresión histórica, la de Israel en Egipto, se hizo paradigma de todas las
liberaciones. Tuvo significado infinito porque Dios vino en ella al encuentro
como el Salvador. SALMO Éx 15, 1b-6.17-18 R. Cantaré al Señor, que se ha
cubierto de gloria. Cantaré al Señor, que se ha
cubierto de gloria: Él hundió en el mar los caballos y los carros. El Señor
es mi fuerza y mi protección, él me salvó. Él es mi Dios y yo lo glorifico,
es el Dios de mi padre y yo proclamo su grandeza. R. El Señor es un guerrero, su nombre
es "Señor". Él arrojó al mar los carros del Faraón y su ejército,
lo mejor de sus soldados se hundió en el Mar Rojo. R. El abismo los cubrió, cayeron como
una piedra en lo profundo del mar. Tu mano, Señor, resplandece por su fuerza,
tu mano, Señor, aniquila al enemigo. R. Tú llevas a tu pueblo, y lo
plantas en la montaña de tu herencia, en el lugar que preparaste para tu
morada, en el Santuario, Señor, que fundaron tus manos. ¡EI Señor reina
eternamente! R. ORACIÓN Oremos: Señor, Padre nuestro, con
la luz del Evangelio has dado su sentido a los milagros realizados en el
Antiguo Testamento: reconocemos en el paso del Mar Rojo el anuncio del agua
bautismal; y viendo al pueblo de Israel librado de la esclavitud de Egipto,
comprendemos la liberación del pueblo cristiano. Haz que todos los hombres,
gracias a la fe, participen del privilegio de Israel siendo hijos tuyos, y
sean recreados al recibir tu Espíritu. Por Jesucristo nuestro Señor. 4ª LECTURA Is 54, 5-14 Del libro de Isaías. Tu esposo es Aquel que te hizo: su
nombre es Señor de los ejércitos; tu redentor es el Santo de Israel: Él se
llama "Dios de toda la tierra". Sí, como a una esposa abandonada y
afligida te ha llamado el Señor: "¿Acaso se puede despreciar a la esposa
de la juventud?", dice el Señor. Por un breve instante te dejé
abandonada, pero con gran ternura te uniré conmigo; en un arrebato de
indignación, te oculté mi rostro por un instante, pero me compadecí de ti con
amor eterno, dice tu redentor, el Señor. Me sucederá como en los días de Noé,
cuando juré que las aguas de Noé no inundarían de nuevo la tierra: así he
jurado no irritarme más contra ti ni amenazarte nunca más. Aunque se aparten
las montañas y vacilen las colinas, mi amor no se apartará de ti, mi alianza
de paz no vacilará, dice el Señor, que se compadeció de ti. ¡Oprimida,
atormentada, sin consuelo! ¡Mira! Por piedras, te pondré turquesas y por
cimientos, zafiros; haré tus almenas de rubíes, tus puertas de cristal y todo
tu contorno de piedras preciosas. Todos tus hijos serán discípulos del Señor,
y será grande la paz de tus hijos. Estarás afianzada en la justicia, lejos de
la opresión, porque nada temerás, lejos del temor, porque no te alcanzará.
Palabra de Dios. SALMO Sal 29, 2.4-6.11-12a.13b R. Yo te glorifico, Señor, porque
tú me libraste. Yo te glorifico, Señor, porque tú
me libraste y no quisiste que mis enemigos se rieran de mí. Tú, Señor, me
levantaste del Abismo y me hiciste revivir, cuando estaba entre los que bajan
al sepulcro. R. Canten al Señor, sus fieles; den
gracias a su santo Nombre, porque su enojo dura un instante, y su bondad,
toda la vida: si por la noche se derraman lágrimas, por la mañana renace la
alegría. R. Escucha, Señor, ten piedad de mí;
ven a ayudarme, Señor. Tú convertiste mi lamento en júbilo. ¡Señor, Dios mío,
te daré gracias eternamente! R. ORACIÓN Oremos: Padre eterno y
todopoderoso, por el honor de tu nombre multiplica la descendencia prometida
a los patriarcas a causa de su fe, aumenta el número de tus hijos adoptivos,
de tal manera que tu Iglesia vea, desde ahora, la realización de la promesa,
de la cual no dudaron ni los mismos patriarcas. Por Jesucristo nuestro Señor. 5ª LECTURA Is 55, 1-11 Del libro de Isaías. Así habla el Señor: ¡Vengan a
tomar agua, todos los sedientos, y el que no tenga dinero, venga también!
Coman gratuitamente su ración de trigo, y sin pagar, tomen vino y leche. ¿Por
qué gastan dinero en algo que no alimenta y sus ganancias, en algo que no
sacia? Háganme caso y comerán buena comida, se deleitarán con sabrosos
manjares. Presten atención y vengan a mí, escuchen bien y vivirán. Yo haré
con ustedes una alianza eterna, obra de mi inquebrantable amor a David. Yo lo
he puesto como testigo para los pueblos, jefe y soberano de naciones. Tú llamarás
a una nación que no conocías, y una nación que no te conocía correrá hacia
ti, a causa del Señor, tu Dios, y por el Santo de Israel, que te glorifica.
¡Busquen al Señor mientras se deja encontrar, llámenlo mientras está cerca!
Que el malvado abandone su camino y el hombre perverso, sus pensamientos; que
vuelva al Señor, y él le tendrá compasión, a nuestro Dios, que es generoso en
perdonar. Porque los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos
de ustedes son mis caminos -oráculo del Señor-. Como el cielo se alza por
encima de la tierra, así sobrepasan mis caminos y mis pensamientos a los
caminos y a los pensamientos de ustedes. Así como la lluvia y la nieve
descienden del cielo y no vuelven a él sin haber empapado la tierra, sin
haberla fecundado y hecho'germinar, para que dé la
semilla al sembrador y el pan al que come, así sucede con la palabra que sale
de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo
quiero y cumple la misión que yo le encomendé. Palabra de Dios. SALMO Is 12, 2-6 R. Sacarán aguas con alegría de
las fuentes de la salvación. Éste es el Dios de mi salvación:
yo tengo confianza y no temo, porque el Señor es mi fuerza y mi protección;
él fue mi salvación. R. Ustedes sacarán agua con alegría
de las fuentes de la salvación. Den gracias al Señor, invoquen su Nombre,
anuncien entre los pueblos sus proezas, proclamen qué sublime es su Nombre.
R. Canten al Señor porque ha hecho
algo grandioso: ¡que sea conocido en toda la tierra! ¡Aclama y grita de
alegría, habitante de Sión, porque es grande en
medio de ti el Santo de Israel! R. ORACIÓN Oremos. Padre todopoderoso y
eterno, única esperanza del mundo, que por la voz de tus profetas anunciaste
los misterios de los tiempos presentes; alienta los deseos de tu pueblo,
porque ninguno de tus fieles puede progresar en la virtud sin la inspiración
de tu gracia. Por Jesucristo nuestro Señor. 6ª LECTURA Bar 3, 9-15. 32-4, 4 Del libro de Baruc. Escucha, Israel, los mandamientos
de vida; presta atención para aprender a discernir. ¿Por qué, Israel, estás
en un país de enemigos y has envejecido en una tierra extranjera? ¿Por qué te
has contaminado con los muertos, contándote entre los que bajan al abismo?
¡Tú has abandonado la fuente de la sabiduría! Si hubieras seguido el camino
de Dios, vivirías en paz para siempre. Aprende dónde está el discernimiento,
dónde está la fuerza y dónde la inteligencia, para conocer al mismo tiempo
dónde está la longevidad y la vida, dónde la luz de los ojos y la paz. ¿Quién
ha encontrado el lugar de SALMO Sal 18, 8-11 R. Señor, tú tienes palabras de
vida eterna. La ley del Señor es perfecta,
reconforta el alma; el testimonio del Señor es verdadero, da sabiduría al
simple. R. Los preceptos del Señor son
rectos, alegran el corazón; los mandamientos del Señor son claros, iluminan
los ojos. R. La palabra del Señor es pura,
permanece para siempre; los juicios del Señor son la verdad, enteramente
justos. R. Son más atrayentes que el oro, que
el oro más fino; más dulces que la miel, más que el jugo del panal. R. ORACIÓN Oremos. Padre, que llamando a
todos los hombres haces crecer sin cesar a tu Iglesia; defiende con tu
constante protección a cuantos purificas con el agua del bautismo. Por
Jesucristo nuestro Señor. 7ª LECTURA Ez 36, 17a.18-28 De la profecía de Ezequiel. La palabra del Señor me llegó en
estos términos: "Hijo de hombre, cuando el pueblo de Israel habitaba en
su propio suelo, lo contaminó con su conducta y sus acciones. Entonces
derramé mi furor sobre ellos, por la sangre que habían derramado sobre el
país y por los ídolos con que lo habían contaminado. Los dispersé entre las
naciones y ellos se diseminaron por los países. Los juzgué según su conducta
y sus acciones. Y al llegar a las naciones adonde habían ido, profanaron mi
santo Nombre, haciendo que se dijera de ellos: 'Son el pueblo del Señor, pero
han tenido que salir de su país'. Entonces yo tuve compasión de mi santo
Nombre, que el pueblo de Israel profanaba entre las naciones adonde había
ido. Por eso, di al pueblo de Israel: 'Así habla el Señor: Yo no obro por
consideración a ustedes, casa de Israel, sino por el honor de mi santo
Nombre, que ustedes han profanado entre las naciones adonde han ido. Yo
santificaré mi gran Nombre, profanado entre las naciones, profanado por
ustedes. Y las naciones sabrán que Yo soy el Señor -oráculo del Señor- cuando
manifieste mi santidad a la vista de ellas, por medio de ustedes. Yo los
tomaré de entre las naciones, los reuniré de entre todos los países y los
llevaré a su propio suelo. Los rociaré con agua pura, y ustedes quedarán
purificados. Los purificaré de todas sus impurezas y de todos sus ídolos. Les
daré un corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu nuevo: les arrancaré de
su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Infundiré mi
espíritu en ustedes y haré que sigan mis preceptos, y que observen y
practiquen mis leyes. Ustedes habitarán en la tierra que Yo he dado a sus
padres. Ustedes serán mi Pueblo y Yo seré su Dios'". Palabra de Dios. SALMO Sal 41, 3.5bcd; 42, 3-4 R. Mi alma tiene sed de Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del
Dios viviente: ¿Cuándo iré a contemplar el rostro de Dios? R. ¡Cómo iba en medio de la multitud
y la guiaba hacia Envíame tu luz y tu verdad: que
ellas me encaminen y me guíen a tu santa Montaña, hasta el lugar donde
habitas. R. Y llegaré al altar de Dios, el
Dios que es la alegría de mi vida; y te daré gracias con la cítara, Señor,
Dios mío. R. ORACIÓN Oremos: Señor, Padre nuestro,
poder que no se debilita y luz que no se apaga, mira con bondad a toda O bien (si hay bautizandos) Oremos: Padre todopoderoso y
eterno, hazte presente en estos misterios que manifiestan tu amor, y envía tu
Espíritu de adopción para dar nueva vida a los pueblos que nacerán por causa tuya
de la fuente bautismal; así por tu poder, los gestos de nuestro humilde
ministerio lleguen a ser eficaces. Por Jesucristo nuestro Señor. Después de la última lectura del
Antiguo Testamento con su salmo responsorial y la
correspondiente oración, se encienden los cirios del altar y el sacerdote
entona el himno "Gloria", que todos prosiguen mientras se tocan las
campanas, de acuerdo con las costumbres del lugar. ORACIÓN COLECTA Padre, que iluminas esta noche
santa con la gloria de la resurrección del Señor, aviva en tu Iglesia el
espíritu filial para que, renovados en cuerpo y alma, nos entreguemos
plenamente a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo. EPÍSTOLA Rom 6, 3-11 De la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma. Hermanos: ¿No saben ustedes que
todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su
muerte? Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así
como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una
Vida nueva. Porque si nos hemos identificado con Cristo por una muerte
semejante a la suya, también nos identificaremos con él en la resurrección.
Comprendámoslo: nuestro hombre viejo ha sido crucificado con él, para que
fuera destruido este cuerpo de pecado, y así dejáramos de ser esclavos del
pecado. Porque el que está muerto, no debe nada al pecado. Pero si hemos
muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él. Sabemos que Cristo,
después de resucitar, no muere más, porque la muerte ya no tiene poder sobre
él. Al morir, él murió al pecado, una vez por todas; y ahora que vive, vive
para Dios. Así también ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para
Dios en Cristo Jesús. Palabra de Dios. COMENTARIO El Sacramento del Bautismo esta
directamente asociado a la fiesta de Pascua. En SALMO Sal 117, 1-2.16-17.22-23 R. Aleluya, Aleluya, Aleluya. ¡Den gracias al Señor, porque es
bueno, porque es eterno su amor! Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno
su amor! R. La mano del Señor es sublime, la
mano del Señor hace proezas. No, no moriré: viviré para publicar lo que hizo
el Señor. R. La piedra que desecharon los
constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y
es admirable a nuestros ojos. R. Concluida la lectura todos se
ponen de pie y el sacerdote entona solemnemente el Aleluya, que todos
repiten: Aleluya, Aleluya, Aleluya. Luego un salmista o un cantor entona el salmo, al que el pueblo responde con el Aleluya.
Si es necesario, el Aleluya inicial es cantado por el mismo salmista. Para proclamar el Evangelio no se
llevan cirios, sino sólo el incienso, si se usa. EVANGELIO Mt 28, 1-10 Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo según san Mateo. Pasado el sábado, al amanecer del
primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el
sepulcro. De pronto, se produjo un gran temblor de tierra: el Ángel del Señor
bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Su
aspecto era como el de un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la
nieve. Al verlo, los guardias temblaron de espanto y quedaron como muertos.
El Ángel dijo a las mujeres: "No teman, yo sé que ustedes buscan a
Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo había
dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba y vayan en seguida a decir a sus discípulos:
"Ha resucitado de entre los muertos, e irá antes que ustedes a Galilea:
allí lo verán". Esto es lo que tenía que decirles". Las mujeres,
atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del sepulcro y
corrieron a dar la noticia a los discípulos. De pronto, Jesús salió a su
encuentro y las saludó, diciendo: "Alégrense". Ellas se acercaron
y, abrazándole los pies, se postraron delante de él. Y Jesús les dijo:
"No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me
verán". Palabra del Señor. COMENTARIO "Cuando Jesús murió con la
acusación 'el rey de los judíos', escrita en la cruz sobre su cabeza, la
tierra tembló, salieron los muertos de sus tumbas; todo lo cual vieron el
centurión pagano y los soldados que estaban con él. Y ahora nuevamente
tiembla la tierra, para proclamar la resurrección de Jesús. El foco principal
del relato de la pasión en el evangelio de Mateo ha sido el papel de Jesús en
la historia de la salvación de Israel; pero Mateo desea marcar que Jesús es,
desde su nacimiento hasta su muerte y resurrección, de importancia cósmica,
sacudiendo los fundamentos del mundo y resucitando aun a quienes llevaban
largo tiempo muertos"'(R. Brown, Un Cristo
resucitado en tiempo pascual). LITURGIA BAUTISMAL La liturgia bautismal contiene dos
temas fundamentales: LETANÍA DE LOS SANTOS La liturgia bautismal tiene como
preludio el canto de la letanía de los santos. Imploremos la intercesión de
la comunidad de los santos, para que un día merezcamos compartir, en su
compañía, la vida eterna y cantar las alabanzas del Señor. LETANÍAS Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros. Santa María, Madre de Dios. Ruega
por nosotros. San Miguel. Ruega por nosotros. Santos Ángeles de Dios. Rueguen... San Juan Bautista. Ruega... San José. Ruega... Santos Pedro y Pablo. Rueguen... San Andrés. Ruega... San Juan. Ruega... Santa María Magdalena. Ruega... San Esteban. Ruega... San Ignacio de Antioquía.
Ruega... San Lorenzo. Ruega... Santas Perpetua
y Felicitas. Rueguen... Santa Inés. Ruega... San Gregorio. Ruega... San Agustín. Ruega... San Atanasio. Ruega... San Basilio. Ruega... San Martín. Ruega... San Benito. Ruega... Santos Francisco y Domingo.
Rueguen... San Francisco Javier. Ruega... San Juan María Vianney.
Ruega... Santa Catalina de Siena. Ruega... Santa
Teresa de Ávila. Ruega... Todos los santos y santas de Dios.
Rueguen... Por tu bondad. Líbranos, Señor. De todo mal. Líbranos, Señor. De todo pecado. Líbranos, Señor De la muerte eterna. Líbranos,
Señor. Por el misterio de tu encarnación.
Líbranos, Señor. Por tu muerte y tu resurrección.
Líbranos, Señor. Por la venida del Espíritu Santo.
Líbranos, Señor. Nosotros que somos pecadores, te
pedimos. Escúchanos, Señor. Si hay bautizandos: Para que por la gracia del
bautismo hagas renacer a estos elegidos tuyos. Escúchanos, Señor. Si no hay bautizandos: Para que con tu gracia santifiques
esta fuente en la que han de renacer tus hijos. Escúchanos, Señor. Jesús, Hijo del Dios vivo.
Escúchanos, Señor. Cristo, óyenos. Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos. Cristo,
escúchanos. Si hay bautizandos,
el sacerdote, con las manos juntas, dice la siguiente oración: Padre todopoderoso y eterno,
acompaña con tu poder los sacramentos de tu inmensa bondad y envía el
espíritu de adopción para engendrar nuevos pueblos que la fuente bautismal
dará a luz para ti, y así logre, con tu ayuda, plena eficacia, lo que obramos
por nuestro humilde ministerio. Por Jesucristo nuestro Señor. BENDICIÓN DEL AGUA COMÚN Si no hay bautizandos
ni se ha de bendecir el agua bautismal, el sacerdote bendice agua común con
la siguiente oración: Queridos hermanos: Invoquemos con
humildad a nuestro Dios y Señor para que bendiga esta agua con la cual
seremos rociados en recuerdo de nuestro bautismo. Que él nos renueve a fin de
permanecer fieles al Espíritu Santo que hemos recibido. Y después de una breve pausa de
oración en silencio, con las manos juntas, prosigue: Señor y Padre nuestro, en esta
noche en que celebramos la maravilla de nuestra creación y la maravilla más
grande aún de nuestra redención, dígnate bendecir esta agua. Tú la has creado
para dar a la tierra su fecundidad y para dar a nuestro cuerpo frescura y
limpieza. Tú has hecho de ella también el instrumento de tu misericordia; por
ella has libertado a tu pueblo de la esclavitud y has apagado su sed en el
desierto; por ella los profetas han anunciado la nueva alianza que tu querías
sellar con todos los hombres; por ella que Jesús santificó en el Jordán, tú
has renovado nuestra naturaleza pecadora en el baño del nuevo nacimiento. Que
esta agua, una vez más nos haga revivir y nos haga participar de la alegría
de nuestros hermanos que han sido bautizados en esta Pascua. Por Jesucristo
nuestro Señor. RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS DEL BAUTISMO Queridos hermanos, (nosotros
también) por el Misterio Pascual, hemos sido sepultados con Cristo en el
bautismo, a fin de que, vivamos una vida nueva. Por lo tanto, después de
haber terminado el tiempo de la cuaresma, renovemos la renuncia a Satanás que
hemos hecho en nuestro bautismo; renovemos nuestra profesión de fe en el Dios
vivo y verdadero y en su Hijo Jesucristo, prometiendo servir fielmente a Dios
en la santa Iglesia católica. Por lo tanto: ¿Prometen apartarse del pecado,
para vivir en la libertad de los hijos de Dios? Sí, prometemos. ¿Prometen rechazar todas las se-ducciones del mal, para que no domine en ustedes el
pecado? Sí, prometemos. ¿Prometen renunciar al demonio,
padre y autor del pecado? Sí, prometemos. Después el sacerdote prosigue,
diciendo: ¿Creen en Dios Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra? Sí, creemos. ¿Creen en Jesucristo, su único
Hijo, nuestro Señor, que nació de santa María Virgen, padeció y fue
sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del
Padre? Sí, creemos. ¿Creen en el Espíritu Santo, en la
santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los
pecados, en la resurrección de los muertos y en Sí, creemos. Y el sacerdote concluye: Dios todopoderoso, Padre de
nuestro Señor Jesucristo, que nos hizo nacer de nuevo por el agua y el
Espíritu Santo, y que nos concedió la remisión de los pecados, nos guarde en
su gracia en el mismo Jesucristo nuestro Señor, para la vida eterna. El sacerdote rocía al pueblo con
el agua bendita, mientras se entona un canto bautismal. Cuando el sacerdote
concluye la aspersión, se hace LITURGIA DE ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Padre, recibe con estas ofrendas
las oraciones de tu pueblo, de manera que lo que hemos comenzado a celebrar
en los misterios pascuales nos aproveche como
remedio para la eternidad. Por Jesucristo nuestro Señor. ANTÍFONA DE COMUNIÓN 1 Cor 5, 7-8 Cristo, nuestra Víctima pascual,
ha sido inmolado. Celebremos, entonces, esta fiesta con los panes ácimos de la pureza y la verdad. Aleluya. ORACIÓN DESPUÉS DE Padre, infúndenos tu espíritu de
caridad para que saciados por ti con los sacramentos pascuales,
permanezcamos unidos con la gracia de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor. |
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |