“Visión de Santa Teresa”, autor: Felipe Diricksen, Técnica: Óleo sobre
lienzo. Fecha aproximada: 1630. Museo Madres Carmelitas Descalzas de Alba de
Tormes SANTA
TERESA DE JESUS Y LA VIRTUD DE LA PACIENCIA, QUE TODO LO ALCANZA Autor;
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant 1. VIVIR
CON TODA HUMILDAD, MANSEDUMBRE Y PACIENCIA Ciertamente, la paciencia es la
cualidad que puede tener cualquier persona para poder soportar reveses,
contratiempos, adversidades y dificultades y frente a esto, esperar tiempos
mejores. La Santa Madre Teresa de Jesús, en muchos aspectos se nos muestra
como una monja que ha experimentado en carne propia la necesidad de esta
virtud y la hará poesía; “La paciencia todo lo alcanza” (P9). En efecto, sobre
la paciencia, esa que todo lo alcanza o todo lo soporta ha de ser una cualidad
que debemos sembrar en nuestra vida y regarla constantemente para que de ella
germinen otros frutos necesarios para nuestra relación con el mundo del cual
participamos. Como el consejo del apóstol a sus amigos; “vivir con toda
humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor, poniendo
empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.” (Efesios 4,2) Una persona que es capaz de admirar
la paciencia de los demás, aunque sanamente la envidie por esa virtud, es
también labradora de su paciencia interior. Relata San Teresa qué; “Había una
monja enferma de grandísima enfermedad y muy dolorosa. Tenía obturación en el
vientre, que le había producido unas bocas o heridas por donde salía lo que
comía. Yo veía que todas temían aquella enfermedad; a mí me daba gran envidia
su paciencia. Pedía a Dios que si me daba tanta paciencia que me enviase las
enfermedades que quisiera” (Libro Vida 5, 2). También se dice que la paciencia
ayuda a ser perseverante en la búsqueda del bien cuando el mal busca
esclavizarlo, por tanto, la paciencia se opone al mal, porque a pesar de los
sufrimientos, el hombre paciente no se deja dominar por él. Comentando Santa Teresa
lo que pedimos en el Padrenuestro, “no nos dejes caer en tentación y líbranos
del mal”, qué a veces pensamos que es el mal, es decir es el demonio el que no
hace entender que tenemos esta virtud de la paciencia, así lo dice la santa; “Hácenos
entender el demonio que tenemos una virtud, digamos de paciencia, porque nos
determinamos y hacemos muy continuos actos de pasar mucho por Dios, y
parécenos en hecho de verdad que lo sufriríamos, y así estamos muy contentas,
porque ayuda el demonio a que lo creamos.” Entonces luego ella nos da un
aviso; “Yo os aviso no hagáis caso de estas virtudes, ni pensemos las
conocemos sino de nombre, ni que nos las ha dado el Señor, hasta que veamos
la prueba; porque acaecerá que a una palabra que os digan a vuestro disgusto,
vaya la paciencia por el suelo. Cuando muchas veces sufriereis, alabad a Dios
que os comienza a enseñar esta virtud” (Camino de Perfección 38,7-8) Miguel
de Cervantes, escribe; “Los males no tienen fuerza para acabar la vida
y no la han de tener para acabar la paciencia” Un caso sorprendente que nos trae
las escrituras es la vida de Job, que ha sido considerado durante muchos
siglos como el mejor modelo de paciencia y que no pecó, ni dijo ninguna
palabra contra Dios que había permitido que le sucedieran tantas desgracias. Santa
Teresa de Jesús también reflexionó sobre la paciencia de este santo profeta
que ante las dificultades logra demostrar su fidelidad al Creador. Escribe la
santa; “Ahora me espanto y tengo por gran merced del Señor la paciencia que
Su Majestad me dio, que se veía claro que venía de él. Mucho me aprovechó para
tenerla haber leído la historia de Job en los "Morales" de san
Gregorio, que parece me había prevenido el Señor con esto, y con haber
comenzado a hacer oración, para que yo lo pudiera llevar con tanta
conformidad. Toda mi conversación era con él. Pensaba frecuentemente estas
palabras de Job y las decía: "Pues recibimos los bienes de la mano del
Señor, ¿por qué no hemos de sufrir los males?" Me parece que esto me
daba fuerzas” (Libro Vida 5, 8). 2.
TENER PACIENCIA Y PROCURAR HACER
COSTUMBRE DE COSA TAN NECESARIA.
El alma que es paciente, se muestra
sin perder los nervios, es decir no se altera por cualquier cosa, sabe
esperar, es minuciosa, por tanto es tolerante y capaz de manejar muy bien sus
emociones, Teresa no dice; “Yo lo he probado algunas veces, y el mejor
remedio que hallo es procurar tener el pensamiento en quien enderezo las
palabras. Por eso tened paciencia y procurad hacer costumbre de cosa tan
necesaria.” (Camino de Perfección 24,5). Y el resultado que observamos es como
el alma paciente es una persona equilibrada y consigue sobreponerse a las
emociones fuertes generadas por las adversidades, los malos tratos y las
injusticas de los hombres, en especial, de aquellos que buscan hacerle daño y
le provocan aflicciones. Nosotros, como cristianos, tenemos
como modelo de paciencia a Nuestro Señor Jesucristo, y aceptamos tomar sobre
nosotros su yugo, y aprender de él, que es manso y humilde de corazón, con lo
cual, hallaremos descanso para nuestras almas. (Cfr. Mateo 11, 29) Y Teresa
nos revela que ella también pide esa paciencia del Señor; “suplicando al
Señor, si se sirve de aquello, que me dé su Majestad (El Señor) paciencia y
me esté yo así hasta la fin del mundo.
(Libro Vida 31, 3) y así, de este modo también luchar contra el pecado
capital de la Ira, que nos descontrola y nos puede llevar a hacer daño a
nuestros más cercanos hermanos. Como nos enseña Teresa; “con mucha paciencia,
que me la daba el Señor; no era inclinada a murmurar, ni a decir mal de
nadie, ni me parece podía querer mal a nadie, ni era codiciosa, ni envidia
jamás me acuerdo tener de manera que fuese ofensa grave del Señor” (Libro Vida 32, 7) Pero la paciencia requiere de
nosotros mucha madurez, y es una virtud que no es tan fácil de llevar cuando
nos llegan los sufrimientos, contrariedades y adversidades, porque de algún
modo no siempre tenemos la fortaleza de recibir desgracias sin lamentarnos.
Pero como le enseña Teresa a sus monjas; “Ningún otro remedio tiene aquí sino
paciencia y conocer su miseria y dejarse en la voluntad de Dios, que se sirva
de ella en lo que quisiere y como quisiere.”
(Las Fundaciones 29,3) Ayuda en estos casos mucho tenerle a Dios
paciencia para esperar con calma a que las cosas ocurran de otra manera, y
darle tiempo para que se reviertan, ya que; “Él sabe lo que necesitamos antes
de pedírselo.” (Cfr. Mateo 6,6) Tratando Teresa de cómo ha de tener en poco la vida el
verdadero amador de Dios, y la honra, dice qué; “Dios le dé paciencia, que se
lo ofrezcáis, que no sufriera más un santo”
(Camino de Perfección 12,8), como dice san Pablo; "el Señor
dirija vuestros corazones hacia el amor de Dios y la paciencia de
Cristo" (2 Tes 3,5), en otras palabras que el Señor
guíe nuestros corazones hacia el amor de Dios y la perseverancia y paciencia de
Cristo. “La paciencia ha de ir acompañada de obras perfectas para que seáis
perfectos e íntegros (Santiago 1, 4) 3.
EL SECRETO DE LA PACIENCIA, ES
EL AMOR
La intolerancia, exigencia y
obstinación por llevar adelante una idea fija, nos hace caer en una falta
grave y desconsideración con nuestro prójimo, imperfección que vive en
personas que se sienten superiores o que por ser superiores no tienen la
virtud de la paciencia y por tanto son especialistas en buscar condenar a los
demás. Este modelo de persona, es absolutamente contrario a lo que nos enseña
nuestro único Maestro –Jesús-, que ha venido, principalmente, para los
pecadores, e invita a que todos sepamos reconocernos como tales y es a El que
debemos rogar para que no nos falte esta virtud, Dice Teresa; “Aunque con la
flaqueza natural se sienta algo de impetuoso, luego la razón mira si es bien
para aquel alma, si se enriquece más en virtud y cómo lo lleva, el rogar a
Dios le dé paciencia y merezca en los trabajos.” (Camino de Perfección 7,3) Recuerda
también nuestra Santa Madre; “Porque una persona siempre recogida, por santa
que a su parecer sea, no sabe si tiene paciencia ni humildad, ni tiene cómo
lo saber.” (Las Fundaciones 5,15) Cuando los sufrimientos nos descomponen
el interior y el exterior y angustian el alma, de tal modo que no sabemos qué
hacer, Teresa nos recuerda que; “no da
Dios más de lo que se puede sufrir y da Su Majestad (Jesús) primero la
paciencia” (VI Moradas 1, 7). Como también le enseña Teresa a sus hijas las
monjas en la Fundación de San José de nuestra Señora de la Calle en Palencia;
“Ningún otro remedio tiene aquí sino paciencia y conocer su miseria, (lo que en
verdad somos, con todos nuestros pecados) y dejarse en la voluntad de Dios,
que se sirva de ella en lo que quisiere y como quisiere.” (Las Fundaciones 29,3) En efecto, Jesús, y para que sea
nuestro mejor ejemplo, a nadie excluye del Reino, a nadie aparta de la
salvación, porque El busca y llama a que todos pueden entrar. Mientras el
Señor, a lo largo de su vida entre los hombres en su peregrinación por la
tierra, nos muestra que El encarna la paciencia divina para con todos los
pecadores. Jesús nos ha enseñado que ningún pecado aparta al hombre de la
misericordia del Padre, y que su voluntad divina de perdón es ilimitada, como
lo muestra en el caso de la mujer adúltera. “Tampoco yo te condeno. Vete, y
en adelante no peques más”. (Juan 8, 11) Es por tanto, el secreto de la
paciencia, el amor, amor como el de Jesús, que además nos pide del
mismo modo como Él nos ha amado, así nos amemos también nosotros los unos a
los otros. (Cfr. Juan 13, 34) por eso podemos deducir que el secreto de
la paciencia de Jesús es el amor. “Pues visto el buen Jesús la necesidad,
buscó un medio admirable adonde nos mostró el extremo de amor que nos tiene”,
(Camino de Perfección 33,1) “Entendamos,
hermanas, por amor de Dios, esto que pide nuestro buen Maestro” (Camino de Perfección 33,2) “¡Oh, válgame
Dios, qué gran amor del Hijo, y qué gran amor del Padre!” (Camino de Perfección 33,3) Nos muestra
Jesús, que ama al Padre con el mismo amor que él es amado, pues es el Hijo,
entonces Jesús amor, cuando se vuelve a los hombres, los ama con el mismo
amor que el Padre y también nos hace comprender qué el amor encuentra en la
paciencia una de las mejores características de él mismo. 4.
PACIENTES CON LOS DEMÁS
Teresa escribiendo sobre cómo se han
de moderar algunas veces ciertos impulsos, nos dice qué; “es buen consuelo
para tan gran trabajo, y aplacará su pena, y gana en tener tan gran caridad
que, por servir al mismo Señor, se quiere acá sufrir un día. Es como si uno
tuviere un gran trabajo o grave dolor, consolarle y decir que tenga
paciencia.” (Camino de Perfección 32,4). El amor por nuestro prójimo, nos
invita a buscar el diálogo, y el Señor que conoce de amor paciente, nos
invita a que seamos pacientes con los demás, algo que nos lleva a respetar a
los hombres en cualquiera de su condición. Recordemos que para Jesús, amar a
los hombres es amarlos hasta en su pecado, y que el pecado de los hombres lo
condujo hasta la cruz, en esto, la mayor prueba de amor es dar su vida por
los que uno ama y con tal misericordia que llega a exclamar; "Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lucas 23,34), es decir, Jesús
ha amado a los hombres hasta el final. El hombre, muchas veces se deja dominar
por la impaciencia, por miedo a perderlo todo, al contrario de este temor,
Jesús, con su muerte en la cruz, no revela el misterio de la paciencia divina
y nos invita a perderlo todo para ganarlo todo. Teresa nos cuenta qué; “El
temor que solía tener a los sufrimientos ya está más amortiguado, porque está
más viva la fe y entiende que si los pasa por Dios, Su Majestad le dará
gracia para que los sufra con paciencia” (IV Moradas 3, 9). El Evangelista
Juan no expone; ““Aquí se requiere la paciencia de los santos, de los que
guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. (Apocalipsis 14,12) Y Teresa enseña; “aun pensará es
caridad decirle que cómo consiente aquel agravio, que Dios le dé paciencia,
que se lo ofrezcáis, que no sufriera más un santo; (Camino de Perfección 12,8) Dios nos ayude, como lo ha hecho con
Teresa de Jesús, a unir a la fe la paciencia a ejemplo de Jesús, que “soportó
la cruz” (Hb12, 2). Lejos de ser ocasión para el desánimo, la prueba tiene
que reforzar en nosotros la esperanza, porque Dios quiere servirse de ella
"para comunicarnos su propia santidad" (Hb 12,10) “Y es buen
consuelo para tan gran trabajo, y aplacará su pena, y gana en tener tan gran
caridad que, por servir al mismo Señor, se quiere acá sufrir un día. Es como si
uno tuviere un gran trabajo o grave dolor, consolarle y decir que tenga
paciencia.” (Camino de Perfección 32.4) Es así, como creyentes, vemos como
signo y ocasión de encuentro con la paciencia misericordiosa del Dios que
espera para salvar al hombre. Teresa confiesa; “Aunque yo era tan malísima tenía algún
cuidado de servir a Dios y procuraba no hacer ninguna cosa de las que en el
mundo no dan importancia, además de sufrir grandes enfermedades con la gran
paciencia que me daba el Señor” (V 32, 7). A sus monjas del glorioso San José
de Santa Ana en Burgos, decía; “Todo lo llevaba con una paciencia que me
espantaba” (Las Fundaciones 31,42) Dice el apóstol Pablo qué; “El fruto
del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad,
fidelidad, mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley.”
(Gálatas 5,22-23), por eso también es necesario pedir a Dios nos de esta
virtud; “Se enriquece más en virtud y cómo lo lleva, el rogar a Dios le dé
paciencia”. (Camino de Perfección 7,3)
“tenga paciencia, y se deje en las manos de Dios, y que cumpla en él su
voluntad, que dejarnos en ellas es lo más acertado en todo. (Camino de Perfección
19,2) 5.
DIOS NO SE MUDA; LA PACIENCIA
TODO LO ALCANZA
“Dios no se muda” (Poema 9) “Tened,
pues, paciencia, hermanos, hasta la Venida del Señor. Mirad: el labrador
espera el fruto precioso de la tierra aguardándolo con paciencia hasta
recibir las lluvias tempranas y tardías.” (Sant 5, 7) “La paciencia todo lo
alcanza”; (Poema 9) “Tened también vosotros paciencia; fortaleced vuestros
corazones porque la Venida del Señor está cerca. No os quejéis, hermanos,
unos de otros para no ser juzgados; mirad que el Juez está ya a las puertas.”
(Sant 5,8) “Quien a Dios tiene Nada le falta” (Poema 9) “Tomad, hermanos,
como modelo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en
nombre del Señor. Mirad cómo proclamamos felices a los que sufrieron con
paciencia. (Sant 5,10-11) “Sólo Dios basta” (Poema 9). Porque; “Habéis oído
la paciencia de Job en el sufrimiento y sabéis el final que el Señor le dio;
porque el Señor es compasivo y misericordioso.” (Sant 5, 11) Más de Teresa; “Vuestra reverencia
tenga paciencia. Pues le ha dado el Señor tanto deseo de padecer, alégrese de
que lo cumple con eso, que ya entiendo que no es pequeño” trabajo Carta 287,
3). “Toda la voluntad es que no se nos muera: si les duele la cabeza, parece
nos duele el alma; si los vemos con trabajos, no queda, como dicen,
paciencia; todo de esta manera.” (Camino de Perfección 7,2) Más de Pablo: “Os exhorto, pues, yo,
preso por el Señor, a que viváis de una manera digna de la vocación con que
habéis sido llamados. En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz,
paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí; contra
tales cosas no hay ley. Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la
carne con sus pasiones y sus apetencias. Si vivimos según el Espíritu,
obremos también según el Espíritu. No busquemos la gloria vana provocándonos
los unos a los otros y envidiándonos mutuamente.” (Gálatas 5,22-27) “Amala cual merece Bondad inmensa; Pero no hay amor fino Sin la paciencia” (Poema 30). Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant Diciembre
de 2015 Publicado en mi web www.caminando-con-jesus.org
sección teresa de jesus Fuentes Bibliográficas y de
referencias Obras Completas, Editorial
Monte Carmelo Mi libro, Teresa de Jesús nos
habla de Dios, Editorial Monte Carmelo Textos Bíblicos, Biblia de
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