|
MEDITACIONES SOBRE NUESTRA FE Pedro Sergio Antonio Donoso Brant EL CREDO |
El Credo, la oración que contiene los principales artículos de la fe
enseñada por los apóstoles Creer en algo que se ve, que se palpa, es algo fácil, pero
en algo que no es así en el mundo normal parece difícil, tampoco pensar en algo que a la vista del hombre no es
visible, en el mundo natural no parece posible, menos poder comprender como
es y que es, aún más, muchos niegan aceptar leves sospechas, o una mínima
opinión, o alguna consideración de algo como probable o posible, si sus ojos no ven directamente y sus manos
no lo palpan. El decir creo o ya lo creo lo utilizamos para cosas
evidentes, ¿pero como es que decimos creo en las verdades de mi fe, las
verdades reveladas por Dios y las propuesta por la Iglesia? "CREDO-CREO-CREEMOS" El Credo en Cada domingo, recitamos en El Credo, llamado también “Símbolo de la fe”, no nació en
la liturgia eucarística, sino en la liturgia bautismal. Cuando una persona
quería ser bautizada antes debía recitar el Credo, es decir, hacer una
declaración pública de su fe. Sólo en el siglo V se introdujo en la liturgia
eucarística, en el Oriente cristiano, de lengua griega. El primer lugar del
Occidente cristiano donde se recitó el Credo en la Misa fue en España, por
mandato del rey Recaredo (siglo VI). De ahí pasó a las demás liturgias
occidentales, hasta implantarse en Roma, en el año 1014. Los dos “Credos” más conocidos son el apostólico usado en
Roma ya en el siglo III, y el niceno-constantinopolitano, que recoge la fe de
los Concilios de Nicea (año 325) y Constantinopla (año 381) Hasta 1983 sólo
se podía usar en la Misa el Credo niceno-constantinopolitano a partir de ese
año coexisten los dos. La Oración que tiene toda nuestra fe El Credo, no es solo una oración más de También resulta extremadamente interesante recitarla
mostrando una gran convicción, sobretodo cuando estamos en una celebración en
la cual participan hermanos que no practican la fe, especialmente si para
ellos el ir al templo es solo para ocasiones o eventos especiales como el
asistir a un servicio religioso tales como, funerales, bautismos o bodas. En
efecto para alguien que no es devoto, el oír el credo, le invita a la
reflexión. Recitar con fe el Credo es recordar nuestro Bautismo y
entrar en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, es también entrar
en comunión con toda la Iglesia que nos transmite la fe y en el seno de la
cual creemos. EL CREDO Credo
de los Apóstoles El Credo de los Apóstoles o Símbolo de los Apóstoles,
también conocido como el credo corto, es llamado de los apóstoles por que es
considerado con justicia como el resumen fiel de la fe de los apóstoles. Es
el antiguo símbolo bautismal de Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor, que fue concebido
por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; Padeció bajo el poder de Poncio
Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre
los muertos, subió a los cielos y está sentado
a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a
los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. Hablemos del CREDO frase a frase "Creo en Dios, Padre todopoderoso, Manifestamos, tenemos la convicción, ponemos nuestra fe, Dios
existe, no tenemos dudas, no necesitamos pruebas Creador del cielo y de la tierra." Dios es el principio de todo; y el fin de todas las cosas,
son para él y su mayor gloria por lo que es Dueño y Señor de todas las
cosas, Infinitamente sabio, conoce y
sabe todo es Omnisciente, Dios lo puede todo es Omnipotente "Creo en Jesucristo, su Único hijo, Nuestro
Señor..." Jesús: Significa "Dios salva". Cristo:
"Mesías” Hijo de Dios, filiación intima con Dios, Señor: Es el nombre
con el cual Dios se reveló a Moisés “...que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen..." Esta parte es muy importante El Espíritu Santo hizo la
obra porque es bondad y amor. En el momento de la concepción ya existía antes
sólo como Dios, en "...padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue
crucificado, muerto y sepultado..." Esto es que Cristo
no redimió y entonces tuvo que sufrir mucho,
y lo hizo por amor, y esto
no podemos ignorarlo, esto es tener
plena conciencia del sufrimiento de Jesús, de cada uno de sus azotes, de cada
una sus caídas camino al calvario, de haber sido clavado y roto sus huesos, y
de haber muerto en la cruz, todo esto durante el gobierno de Pilatos. "...descendió a los infiernos, al tercer día resucito
de entre los muertos..." No se refiere al infierno sino al limbo de los justos,
este era el lugar a donde, hasta nuestra redención, iban las almas de los que
morían en gracia de Dios. "...subió a los
cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso." Subió a los cielos en la ascensión y esta a la derecha
porque tiene la misma gloria., además
Jesús como naturaleza humana esta en el cielo y en la eucaristía, y con naturaleza divina en todas partes,
porque es Dios "Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y
muertos." En esta parte, tenemos conciencia que el Juicio es
inmediatamente después de la muerte, importante advertencia, porque se nos va
a juzgar según nuestras obras. El
sentido de los vivos y muertos, es decir los buenos y los malos. "Creo en el Espíritu Santo,..." Estamos concientes que los dones no dependen del hombre,
aunque éste debe pedirlos y una vez recibidos usarlos, entonces los dones
dependen del espíritu Santo que los
infunde en nosotros para aumentar nuestras virtudes. "... Creo en ..la comunión de los santos,..." Estamos todos unidos y debemos rezar por todos y por
nosotros, en la tierra, en el purgatorio o en el cielo, y aquí nos acordamos
de los ya partieron y rezamos por ellos, para que intercedan por nosotros
ante Dios "...el perdón de los pecados,..." No somos perfectos,
algo malo habremos hecho, pero lo que importa es si estamos realmente
arrepentidos y nos acercamos a Dios para servirle en adelante todo nos
perdonará porque su misericordia es infinita. "... la resurrección de la carne y la vida
eterna." Cristo vendrá a juzgar a los vivos y muertos y quienes
merecieron el cielo, y el purgatorio ya que este es un paso previo para purificar
al alma, resucitaran y tendrán un cuerpo glorioso como el de Jesucristo luego
de su resurrección. Credo
de Nicea-Constantinopla El Credo de Nicea-Constantinopla, es más largo por ser más
explícito. Debe su gran autoridad al hecho de que es fruto de los dos
primeros Concilios ecuménicos, como su nombre lo indica respectivamente
Concilio de Nicea año 325 y el Concilio de Constantinopla año 381. Sigue
siendo hoy el símbolo común de todas las Iglesias de Oriente y Occidente. Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo
invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios
verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza
del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por
nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de
María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en
tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día,
según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del
Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a, vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo-en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y
apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén. El Credo de San Atanasio También se conoce por sus primeras palabras de la versión latina:
"Quicumque". Se le llama de San Atanasio no porque el lo escribiera
sino porque recoge sus expresiones e ideas. Algunos piensan que fue escrito
por San Ambrosio. Texto del
Credo Atanasiano: "Todo el que quiera salvarse, ante todo es menester
que mantenga Ahora bien, la fe católica es que veneremos a un solo Dios
en la Trinidad, y a la Trinidad en la unidad; sin confundir las personas ni
separar las sustancias. Porque una es la persona del Padre y el Hijo y otra
(también) Hay, consiguientemente, un solo Padre, no tres padres; un
solo Hijo, no tres hijos; un solo Espíritu Santo, no tres espíritus santos; y
en esta Trinidad, nada es antes ni después, nada mayor o menor, sino que las
tres personas son entre sí coeternas y coiguales,
de suerte que, como antes se ha dicho, en todo hay que venerar lo mismo la
unidad de la Trinidad que la Trinidad en Pero es necesario para la eterna salvación creer también
fielmente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo. Es, pues, la fe
recta que creemos y confesamos que nuestro Señor Jesucristo, hijo de Dios, es
Dios y hombre. Es Dios engendrado de la sustancia del Padre antes de los
siglos, y es hombre nacido de la madre en el siglo: perfecto Dios, perfecto
hombre, subsistente de alma racional y de carne humana; igual al Padre según
la divinidad, menor que el Padre según Esta es la fe
católica y el que no la creyere fiel y firmemente no podrá salvarse." CATECISMO CATOLICO Creo" o "Creemos". Cuando profesamos nuestra fe, comenzamos diciendo:
"Creo" o "Creemos". Antes de exponer la fe de la Iglesia
tal como es confesada en el Credo, celebrada en la Liturgia, vivida en la
práctica de los Mandamientos y en la oración, nos preguntamos qué significa
"creer". La fe es la respuesta del hombre a Dios que se revela y se
entrega a él, dando al mismo tiempo una luz sobreabundante al hombre que
busca el sentido último de su vida. Por ello consideramos primeramente esta
búsqueda del hombre (capítulo primero), a continuación la Revelación divina,
por LOS SIMBOLOS DE LA FE 185
Quien dice "Yo creo", dice "Yo me adhiero a lo que nosotros
creemos". La comunión en la fe necesita un lenguaje común de la fe,
normativo para todos y que nos una en la misma confesión de fe. 186
Desde su origen, la Iglesia apostólica expresó y transmitió su propia fe en
fórmulas breves y normativas para todos (cf. Rom 10,9; 1 Cor 15,3–5; etc.).
Pero muy pronto, la Iglesia quiso también recoger lo esencial de su fe en
resúmenes orgánicos y articulados destinados obre todo a los candidatos al
bautismo: Esta síntesis de la fe no ha sido hecha según las
opiniones humanas, sino que de toda la Escritura ha sido recogido lo que hay
en ella de más importante, para dar en su integridad la única enseñanza de 187 Se
llama a estas síntesis de la fe "profesiones de fe" porque resumen
la fe que profesan los cristianos. Se les llama "Credo" por razón
de que en ellas la primera palabra es normalmente :
"Creo". Se les denomina igualmente "símbolos de la fe". 188 La
palabra griego "symbolon" significaba la
mitad de un objeto partido (por ejemplo, un sello) que se presentaban como
una señal para darse a conocer. Las partes rotas se ponían juntas para
verificar la identidad del portador. El "símbolo de la fe" es,
pues, un signo de identificación y de comunión entre los creyentes. "Symbolon" significa también recopilación, colección
o sumario. El "símbolo de la fe" es la recopilación de las
principales verdades de 189 La
primera "profesión de fe" se hace en el Bautismo. El "símbolo
de la fe" es ante todo el símbolo bautismal. Puesto que el Bautismo es
dado "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt
28,19), las verdades de fe profesadas en el Bautismo son articuladas según su
referencia a las tres personas de 190 El
Símbolo se divide, por tanto, en tres partes: "primero habla de 191 "Estas
tres partes son distintas aunque están ligadas entre sí. Según una
comparación empleada con frecuencia por los Padres, las llamamos artículos.
De igual modo, en efecto, que en nuestros miembros hay ciertas articulaciones
que los distinguen y los separan, así también, en esta profesión de fe, se ha
dado con propiedad y razón el nombre de artículos a las verdades que debemos
creer en particular y de una manera distinta" (Catch.R.
1,1,4). Según una antigua tradición, atestiguada ya
por S. Ambrosio, se acostumbra a enumerar doce artículos del Credo,
simbolizando con el número de los doce apóstoles el conjunto de la fe
apostólica (cf.symb. 8). 193
Ninguno de los símbolos de las diferentes etapas de la vida de la Iglesia
puede ser considerado como superado e inútil. Nos ayudan a captar y
profundizar hoy la fe de siempre a través de los diversos resúmenes que de
ella se han hecho. Entre todos los símbolos de la fe, dos ocupan un lugar muy
particular en la vida de la Iglesia: 194 El
Símbolo de los Apóstoles, llamado así porque es considerado con justicia como
el resumen fiel de la fe de los apóstoles. Es el antiguo símbolo bautismal de
la Iglesia de Roma. Su gran autoridad le viene de este hecho: "Es el
símbolo que guarda la Iglesia romana, la que fue sede de Pedro, el primero de
los apóstoles, y a la cual él llevó la doctrina común" (S. Ambrosio, symb. 7). 195 El
Símbolo llamado de Nicea–Constantinopla debe su
gran autoridad al hecho de que es fruto de los dos primeros Concilios
ecuménicos (325 y 381). Sigue siendo todavía hoy el símbolo común a todas las
grandes Iglesias de Oriente y Occidente. 196
Nuestra exposición de la fe seguirá el Símbolo de los Apóstoles, que
constituye, por así decirlo, "el más antiguo catecismo romano". No
obstante, la exposición será completada con referencias constantes al Símbolo
de Nicea–Constantinopla, que con frecuencia es más
explícito y más detallado. 197 Como
en el día de nuestro Bautismo, cuando toda nuestra vida fue confiada "a
la regla de doctrina" (Rom 6,17), acogemos el Símbolo de esta fe nuestra
que da Este Símbolo es el sello espiritual, es la meditación de
nuestro corazón y el guardián siempre presente, es, con toda certeza, el
tesoro de nuestra alma (S. Ambrosio, symb. 1). Dios le Bendiga Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |