Caminando con Jesús Pedro Sergio Antonio Donoso Brant |
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Mirar al buen Jesús. "No os pido más que le miréis... Él no os ha dejado de mirar aunque hayáis pecado. Mirad que no está aguardando otra cosa sino que le miremos; como le quisiereis le hallaréis. Tiene en tanto que le volvamos a mirar que no quedará por diligencia suya" (Camino 26,3). "Como la mujer ha de estar triste y alegre con el marido, así vosotros con el Esposo. (Ib). Si estáis alegre, miradle resucitado. Si estáis triste, miradle camino del huerto ¡qué aflicción tan grande llevaba en el alma, o miradle atado a la columna, perseguido de unos, escupido de otros, negado de sus amigos, sin nadie que vuelva por él, helado de frío, en tanta soledad, y el uno con el otro os podéis consolar... O miradle cargado con la cruz... Os mirará él con unos ojos tan hermosos y piadosos, llenos de lágrimas y olvidará sus dolores por consolar los vuestros, sólo porque os vayáis con él a consolar y volváis la cabeza a mirarle (Camino 26,5). Habladle como amigo, esposo, padre, hermano. Unas veces de una manera, otras de otra. Es muy buen amigo Cristo”. HALLAZGO DE Habla con Él de todo: lo divino y lo humano. Todo es materia
de conversación, de oración. Es una amistad viva y comprometida. Contagia
como por ósmosis, su trato. El trato con Jesús y el trato de ella con las
personas. No es posible comprender todo el alcance y significado de la
oración en Santa Teresa. Pero tenemos algunas pistas para comprobar que la
oración explica toda la razón de ser de su existencia. Toda su vida
espiritual, su nacimiento, su progreso sus retrocesos, su plenitud, van
acordes con sus niveles de oración. Sus caídas, sus dudas, sus tiempos bajos
coinciden con el abandono práctico de la oración. Cada cristiano experimenta
que esto es así. En la oración Teresa se encuentra como el pez en el agua. Le
sirve para todo: para tener paciencia en las enfermedades, y conformidad en
las adversidades; en ella aprende el amor y el temor de Dios; encuentra
fuerza para evitar los pecados y superarlos; la oración es la puerta de todas
las mercedes; en sus fundaciones, es en la oración donde encuentra fuerza
para superar resistencias y contratiempos, murmuraciones y críticas y malas
interpretaciones y sabiduría para orientarse en las encrucijadas y carencias.
Y de la oración cosecha los grandes frutos para Al tiempo de morir Teresa, en la huerta, al pie de la
ventana de su celda, las ramas secas de un arbolito, que nunca llevó fruto,
han reventado en una prodigiosa floración, cubriéndolo todo de armiño; ha
repicado sencillamente a gloria con las campanillas blancas y sonrosadas de
sus fragantes florecillas, que llenaron el aire de perfume ¡en octubre, y en
la meseta castellana! Era un prodigio, realmente un prodigio, entre los
muchos que acaecieron... Pero el arbolito cubierto de flores con sus corolas
rientes y encendidas, tiene una connotación de doble signo: de la voz del
Esposo de los Cantares: "Levántate, amada mía, ven a mí, porque ha
pasado el invierno, y brotan flores en la vega y la viña en flor difunde
perfume"; y de la primavera de gracia que, a su muerte, dejaba la madre
en Jesús Marti Ballester |
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PREPARADO POR PEDRO
SERGIO ANTONIO DONOSO BRANT |